?Qu¨¦ pasar¨ªa si desaparecen los pediatras de atenci¨®n primaria?
Unas declaraciones del consejero de salud asturiano ponen en jaque a esta especialidad

No es nuevo el debate de cu¨¢l es el modelo de atenci¨®n a la infancia id¨®neo, desde que en los a?os sesenta se creara lo que hoy se conoce como pediatr¨ªa de atenci¨®n primaria, muchas veces ha reverdecido la pol¨¦mica de si es necesario o no, hasta que edad se considere ¨®ptimo, y sobre todo quien debe asumir esa atenci¨®n.
Al principio la atenci¨®n diferenciada entre adultos y ni?os fue hasta los siete a?os, posteriormente hasta los 14 y siempre se habl¨® de los 18 para abarcar toda la adolescencia, casi un 10% de mi grupo tiene m¨¢s de 14 a?os porque me interesa la adolescencia y porque quiero creer que ellos se sienten a gusto conmigo. El caso evidente es que los ni?os no son adultos bajitos, tienen sus enfermedades espec¨ªficas y tienen su enfermar diferenciado, no digamos nada ya de los menores de tres a?os con los problemas y avatares propios de la crianza y el primer desarrollo.
El sistema parece consolidado en Espa?a, aunque excepcional, ya que en el resto del mundo no es lo habitual. En Europa es raro ver a un pediatra formado como especialista atendiendo en atenci¨®n primaria, funci¨®n que queda reservada para los m¨¦dicos generalistas o de familia que atienden al conjunto del n¨²cleo familiar. Esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes, de ah¨ª el debate. Pediatras formados en la atenci¨®n al menor en exclusividad defienden su especialidad y su "pastel" y m¨¦dicos de familia formados adecuadamente pretenden acceder a un trozo de la tarta, mientras otros m¨¦dicos de familia abominan de todo lo que tenga menos de 1,20 metros de altura.
Hoy por hoy no hay un censo exacto, pero se habla de que la pediatr¨ªa de atenci¨®n primaria est¨¢ siendo atendida por casi un 40% de m¨¦dicos de familia que pasa consulta de ni?os en exclusividad. En la ciudad de Madrid, seg¨²n datos del Sermas, casi 300.000 ni?os estar¨ªan siendo atendidos por m¨¦dicos de familia sin menoscabo de la salud, ni aumento de ¨ªndices de morbimortalidad como sugieren algunas sociedades de pediatr¨ªa que reclaman la exclusividad. Cada d¨ªa son menos los especialistas en pediatr¨ªa que recalan en la primaria, la mayor parte no abandona el hospital en que se form¨® para seguir su formaci¨®n o para acceder a otro modo de atenci¨®n m¨¢s especializada, no tan general como es el centro de salud. Cada vez m¨¢s vacantes, ya no hay suplentes que cubran bajas o vacaciones, ya no hay quien vaya a cubrir turnos de tarde que imposibilitan la conciliaci¨®n familiar, ese trabajo no deseado lo cubrimos en precario m¨¦dicos generalistas formados, pero a los que no se nos permite acceder a la oposici¨®n, ni a poder consolidar el puesto a pesar de llevar once a?os en ¨¦l como eventual no interino.
En este mar revuelto aparece un consejero de sanidad, alguien que tiene algo que ver y que decir, aunque sea solo en su comunidad asturiana y dice:
¡°...de aqu¨ª al a?o 2025 probablemente la especialidad de Atenci¨®n Primaria pedi¨¢trica desaparezca..." y que "...se camina hacia el modelo del norte de Europa donde la pediatr¨ªa es asumida por m¨¦dicos generalistas...".
Ya est¨¢ para que quieres m¨¢s. Se volvi¨® a desatar la pol¨¦mica. Palabras que pod¨ªan haber pasado sin m¨¢s, pero que tuvieron su realce y cobertura en la prensa. Ante este ¡°grave ataque¡± de un gestor de la sanidad p¨²blica, las sociedades de pediatr¨ªa montan en c¨®lera y emiten un comunicado mostrando su malestar en defensa nuevamente de su ¡°pastel¡±.
?Podr¨¢n contener la que se avecina?
?Podr¨¢n los taxistas evitar que empresas como Uber o Cabify les quiten su monopolio? El futuro ya est¨¢ aqu¨ª, por mucho que nos resistamos los carteros dejar¨¢n de repartir cartas, las cajeras del hipermercado desaparecer¨¢n sustituidas por c¨¢maras y esc¨¢neres, muchas profesiones desaparecer¨¢n, incluso los conductores ya sean taxistas, de Cabify o de Uber dentro de unos a?os habr¨¢n sucumbido a los coches aut¨®nomos que ya est¨¢n en nuestras calles. ?Seremos los m¨¦dicos una excepci¨®n?
Por mucho que se empe?en las sociedades del ramo, el modelo de atenci¨®n a la infancia est¨¢ cambiando, ya son minor¨ªa los profesionales que dedican su especializaci¨®n en pediatr¨ªa para hacer primaria, no es nada atractivo, los salarios no son adecuados, en un libre mercado cuando una profesi¨®n es muy demandada y con muy poca oferta, los salarios podr¨ªan multiplicarse como ocurre en la medicina privada o en el extranjero que si pueden ser atractivos y reclamo de profesionales. Horarios y contratos basura que no permiten a una profesi¨®n ni la m¨¢s m¨ªnima conciliaci¨®n familiar de verdad, nada sexy la pediatr¨ªa de centro de salud para un joven reci¨¦n acabado en la ¨¦lite, con las mejores notas en selectividad y en el Mir para poder ejercer una profesi¨®n altamente demandada.
Durante a?os la atenci¨®n se ha ido hipertrofiando siendo cada vez necesarios m¨¢s y m¨¢s profesionales, se ha conseguido desde esas mismas sociedades y desde el estado inutilizar a la poblaci¨®n para que acuda al profesional que sabe de ni?os, se han creado enfermedades y programas preventivos que han masificado consultas, decenas de visitas a ni?os sanos para felicitar a los padres por lo bien que lo est¨¢n haciendo y para m¨¢s gloria del profesional que supervisa tal desatino.
Una burbuja de poder alrededor de revisiones con poca o nula evidencia cient¨ªfica, una burbuja que como todas las burbujas deben explotar, cegados sin querer ver el futuro que ya tenemos aqu¨ª, los pediatras siguen reclamando con voz ponente, pero probablemente in¨²til con un comunicado de consumo interno, un devenir inexorable, un cambio del paradigma de atenci¨®n en donde pasar de una pediatr¨ªa para satisfacer al cliente-votante-padres, a un modelo donde lo importante sea de verdad el menor, un menor no medicalizado, ni institucionalizado desde el primer d¨ªa de su vida.
Lo que desaparece es el sistema en s¨ª mismo independientemente de que lo atiendan pediatras formados para una medicina hospitalaria con menos de dos meses de paso por el centro de salud en sus 10 a?os de formaci¨®n, o m¨¦dicos de familia correctamente formados, o incluso profesionales de otras latitudes formados en sus pa¨ªses, lo que falla es el modelo, da igual quien atienda la consulta, quiz¨¢s el consejero agorero tenga raz¨®n. Escuecen sus palabras, quiz¨¢s las m¨ªas tambi¨¦n, pero no importa, el futuro pasar¨¢ por encima de todos nosotros y o bien estamos atentos o nos arrollar¨¢ por mucho que griten desde las poltronas.
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