A Europa le crecer¨¢n las u?as

Europa no puede ense?ar las u?as. No hablemos ya de utilizarlas para defenderse o realizar una intervenci¨®n exterior, como las que protagonizan Rusia y Estados Unidos o las que har¨¢ China en alg¨²n momento cercano. ?Qu¨¦ har¨ªa la Uni¨®n Europea ante una crisis de seguridad de la misma envergadura que la crisis econ¨®mica y financiera que puso en peligro la solvencia de varios de sus pa¨ªses y lleg¨® a erosionar la credibilidad del euro?

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Hasta ahora, los europeos, unos m¨¢s a gusto que otros, hemos confiado en la OTAN como marco institucional para la seguridad y la defensa del continente. Seg¨²n se nos ha repetido desde ambas orillas atl¨¢nticas, es la alianza m¨¢s exitosa de la historia, puesto que gan¨® una guerra, la fr¨ªa, sin disparar ni una bala. Casi tres d¨¦cadas despu¨¦s de aquella haza?a, hay en la Casa Blanca un personaje que ha dado suficientes muestras de desconfianza respecto al papel de la Alianza como para que los propios europeos tambi¨¦n desconfiemos de Estados Unidos a la hora de defendernos.

Donald Trump hizo su campa?a con el lema de que la OTAN era una alianza obsoleta y que los europeos deb¨ªamos pagarnos nuestra seguridad. Luego se desdijo y sus asesores militares le convencieron de que ratificara su compromiso con el art¨ªculo 5 del Tratado Atl¨¢ntico, que obliga a todos los socios a defender al socio que sea atacado. Pero su credibilidad es tan escasa que Angela Merkel, al terminar en mayo la gira que hizo el presidente estadounidense por Europa, dej¨® bien claro que ¡°los europeos tenemos que tomar el destino en nuestras manos¡±.

Los peligros son crecientes y acumulativos: terrorismo, guerras h¨ªbridas (que incluyen los ataques digitales y fake news), crisis de los refugiados¡­ A la tensi¨®n con Rusia se suma ahora la ofensiva antikurda de Erdogan en Siria, donde ataca las milicias patrocinadas por Washington. Dos socios atl¨¢nticos se dividen en una guerra, mientras el Kremlin observa complacido la oportunidad de romper la OTAN por el flanco medioriental.

La Alianza no sabe como resolver este fenomenal embrollo. Su ¨²ltimo Concepto Estrat¨¦gico, el documento que define su acci¨®n, es de 2010 y nadie se atreve a sacar a debate uno nuevo. Esta ¡°excepcional comunidad de valores comprometida con los principios de la libertad individual, la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho¡±, tal como se defini¨® entonces, dif¨ªcilmente puede incluir a la autocr¨¢tica Turqu¨ªa de Erdogan.

No es extra?o que los socios de la UE incrementen sus presupuestos de defensa, se replanteen el servicio militar, discutan nuevas estrategias o resuciten el proyecto escondido en el Tratado de Lisboa (2009), la bella durmiente lo llaman los expertos, de una estructura permanente de cooperaci¨®n (PESCO), relanzada el pasado noviembre como un Schengen de la defensa. Despu¨¦s de las reformas para consolidar el euro, ahora tocar¨¢ construir el Pent¨¢gono europeo, el departamento de defensa que convierta a la UE en agente global y garant¨ªa de seguridad para los europeos.