All¨ª donde hay humanos, los animales se mueven menos
Los mam¨ªferos que viven en zonas alteradas han reducido sus desplazamientos en m¨¢s de un 50%
Hay una nueva ley de la selva: all¨ª donde los humanos han dejado su huella, los animales se mueven mucho menos. Y es una ley universal, se cumple en las selvas, en los bosques, la tundra o la sabana. Y la siguen casi todos los mam¨ªferos, ya sean herb¨ªvoros, carn¨ªvoros u omn¨ªvoros. Un estudio apoyado en el seguimiento por GPS de centenares de ejemplares muestra que aquellos que viven en paisajes alterados por los humanos han reducido sus movimientos hasta entre un 50% y un 70%.
El sedentarismo, tan del humano moderno, es algo extra?o para la mayor¨ªa de los animales. Ya sean grandes o peque?os, se mueven para buscar agua o comida, para encontrar pareja, perseguir a la presa o escapar del depredador. Adem¨¢s de servir a la propia supervivencia de las poblaciones, ese movimiento es un elemento fundamental en muchos ecosistemas: permite la transferencia de nutrientes, la recuperaci¨®n de los pastos y el suelo, el intercambio gen¨¦tico...
Ahora, una investigaci¨®n en la que ha participado un centenar de cient¨ªficos muestra que ese movimiento de la vida se est¨¢ reduciendo a un ritmo muy r¨¢pido. Con datos de localizadores GPS colocados a m¨¢s de 800 animales de 57 especies, el estudio ha comprobado que, de media, los animales que viven en zonas relativamente libres de la acci¨®n humana recorren 21,5 km cada 10 d¨ªas. Mientras, en las zonas con presencia humana, los desplazamientos se han reducido hasta los 6,6 km.
Los animales de zonas libres de humanos recorren 21,5 km cada 10 d¨ªas de media, los que viven en ¨¢reas humanas, 6,6 km
"Los estudios anteriores sobre el impacto de las actividades humanas en los movimientos de los animales se hab¨ªan centrado en especies o zonas determinadas", comenta la investigadora del Centro Senckenberg para la Investigaci¨®n Clim¨¢tica y Biodiversidad (Fr¨¢ncfort, Alemania) y principal autora del estudio, Marlee Tucker. "Nuestros resultados han identificado un patr¨®n global de reducci¨®n de los movimientos de los mam¨ªferos", a?ade.
En efecto, esta reducci¨®n la han encontrado independientemente de la latitud, del tipo de ecosistema o de la especie concreta. Tambi¨¦n se ha producido en todos los rangos de movimientos, desde los animales m¨¢s peque?os que solo recorren cortas distancias a herb¨ªvoros como el asno salvaje asi¨¢tico, la jirafa o la gacela de Mongolia, que pueden desplazarse decenas de kil¨®metros en unos d¨ªas. Un ejemplo es el de los elefantes de bosque de la cuenca del r¨ªo Congo. Los ejemplares que habitan en las zonas m¨¢s alejadas recorren una media de 44 km cada 10 d¨ªas. Sus cong¨¦neres m¨¢s expuestos a los humanos, solo 22 km.
El estudio, publicado en la revista Science, ha cotejado los datos de movimiento de los 803 animales con collares GPS con los mapas del llamado ?ndice de la Huella Humana (IHH). Formado por infinidad de im¨¢genes por sat¨¦lite, este ¨ªndice recoge las diversas alteraciones humanas del paisaje: ciudades, carreteras, l¨ªneas de ferrocarril, campos de cultivo, ¨¢reas de ganader¨ªa... A cada zona, en funci¨®n de su modificaci¨®n, le corresponde un ¨ªndice. As¨ª, en una escala del 0 al 50, el Pantanal, escondido en lo m¨¢s profundo de la selva amaz¨®nica, tendr¨ªa un ¨ªndice 1 y una ciudad como Nueva York un ¨ªndice 48, por eso de las zonas verdes.
La causa principal de esta sedentarizaci¨®n forzada es la disminuci¨®n de las ¨¢reas naturales y, en especial, su fragmentaci¨®n. "Cuanto m¨¢s cerca de los humanos y sus infraestructuras, m¨¢s reducido es el h¨¢bitat usado por las diferentes especies", comenta en una nota el director del Instituto Max Planck de Ornitolog¨ªa (Alemania) y coautor del trabajo, Martin Wikelski. Y pone el ejemplo de las cebras, que est¨¢n entre los animales que mayores distancias recorren en busca de comida. "Las restricciones espaciales y la fragmentaci¨®n de sus h¨¢bitats lleva a un disminuci¨®n de sus poblaciones", dice.
Oportunistas, como zorros, coyotes o jabal¨ªes, se mueven menos por la mayor abundancia junto a los humanos
Pero hay animales a los que la expansi¨®n humana les viene bien y ha reducido sus movimientos porque no necesitan ir m¨¢s all¨¢. "Es el caso de muchas especies oportunistas, como las carro?eras, que aprovechan la mayor disponibilidad de recursos cerca de los humanos", recuerda el investigador de la Universidad de Valencia y coautor del estudio, Pascual L¨®pez L¨®pez. Zorros, chacales, coyotes, jabal¨ªes u osos est¨¢n medrando en zonas con un IHH elevado.?
El problema, como apunta L¨®pez, es que se est¨¢n produciendo desajustes en muchos ecosistemas: "Oportunistas como el jabal¨ª o el zorro prosperan mientras que sus depredadores, los lobos, se enfrentan a barreras que reducen sus movimientos".
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