Alarma en la industria del cine porno
La muerte de cinco estrellas de cine para adultos alerta de los riesgos de la industria y ha activado las alertas sobre los riesgos mentales de esta industria
Un d¨ªa antes de morir a los 23 a?os, la joven estrella del porno Olivia Lua tuite¨®: "Ya nada me da miedo", con una foto suya vestida de negro y mirando a la c¨¢mara con gesto grave. El jueves pasado, 18 de enero, la hallaban muerta en el centro de rehabilitaci¨®n de West Hollywood (Los ?ngeles) donde hab¨ªa ingresado d¨ªas atr¨¢s por una reca¨ªda. Una mezcla de alcohol y pastillas acabaron con la vida de Lua, hundida por la adicci¨®n a las drogas y quien pasaba un bache laboral.
Lua ¡ªtambi¨¦n conocida como Olivia Voltaire¡ª es la quinta actriz de cine para adultos que ha muerto en circunstancias tr¨¢gicas en Norteam¨¦rica desde el fallecimiento el 9 de noviembre de la canadiense Shyla Stylez, de 35 a?os, en casa de su madre en Calgary. Su familia se limit¨® a informar de que muri¨® "mientras dorm¨ªa". Stylez era una veterana del cine de sexo que hace una d¨¦cada lleg¨® al llamado Valle del Porno (California). En 2016, despu¨¦s de una acelerada carrera en la que rod¨® m¨¢s de 400 pel¨ªculas, hab¨ªa decidido retirarse.
Las otras tres muertes sucesivas de actrices porno ¡ªsin conexi¨®n entre s¨ª¡ª fueron las de Olivia Nova, de 20 a?os y que llevaba menos de un a?o como int¨¦rprete, fallecida el 7 de enero en Las Vegas a causa de una sepsis; August Ames, de 23 a?os, que se ahorc¨® el 6 de diciembre en Los ?ngeles y hab¨ªa pasado una fase muy dura tras ser acusada de hom¨®foba por hacer una menci¨®n negativa al porno gay; y Yuriza Beltr¨¢n o Yuri Luv, de 31 a?os, que perdi¨® la vida tambi¨¦n en diciembre en su natal ciudad californiana, capital del porno estadounidense, por una sobredosis de p¨ªldoras. Meses antes de esta cadena de cinco muertes de actrices, en julio se hab¨ªa suicidado en San Francisco, tambi¨¦n colg¨¢ndose, January Seraph, que a sus 34 a?os hab¨ªa rodado m¨¢s de medio centenar de pel¨ªculas pornogr¨¢ficas y padec¨ªa una severa depresi¨®n.
Estas tragedias han activado las alertas sobre los riesgos mentales de la industria del porno y las deficientes condiciones laborales de sus trabajadoras, muchas de ellas sin seguro m¨¦dico, sin suficientes recursos para lidiar en terapia con las complejidades de su oficio y en un contexto de deterioro del mercado de trabajo en el sector. Pirater¨ªa, nuevas plataformas de difusi¨®n y un aumento exponencial del n¨²mero de personas que buscan empleo en el porno han golpeado el sector y cada vez a las actrices les cuesta m¨¢s trabajar e ingresar dinero con regularidad. A eso se unen otros factores de estr¨¦s psicol¨®gico como el estigma social, el miedo a envejecer y los vaivenes emocionales de una actividad adrenal¨ªnica que causa profundos vac¨ªos en los intervalos sin contratos.
"Tenemos que crear m¨¢s redes de cooperaci¨®n y m¨¢s comunidad entre las trabajadoras. Es importante no sentir que tienes un secreto sucio y poder encontrar terapia", ha dicho la actriz Ginger Banks tras la serie de muertes. "La manera en que nos mira la sociedad nos deprime m¨¢s y nos hace sentirnos ciudadanas de segunda clase". El psic¨®logo Gad Saad, que ha estudiado el mundo del cine porno, ha declarado a Fox News: "Cuando la c¨¢mara est¨¢ encendida, todo el mundo est¨¢ feliz. El problema es cuando el trabajo escasea, el tel¨¦fono deja de sonar y las actrices se preguntan: '?Y ahora qu¨¦?'. Las estrellas del porno no son las m¨¢s dadas a hacer planes de futuro". Saad considera que una estrategia ¨²til es ayudarlas a pensar alternativas de vida a medio plazo.
Together we can help end the stigma surrounding the sex work industry. #WeAreMany @ManyVids pic.twitter.com/cLgGhdDF8q
— ?Ginger Banks?Xbiz LA? (@gingerbanks1) December 1, 2017
La exactriz Ela Darling, que fue presidenta de una organizaci¨®n de defensa de int¨¦rpretes del porno, ha puesto el dedo en la llaga de la precariedad laboral, afirmando que los reducidos salarios (unos 700 d¨®lares por rodar con otra mujer y unos mil con un hombre) llevan a las trabajadoras a aceptar guiones con pr¨¢cticas de sexo m¨¢s fuertes ¡ª"cualquier cosa extrema"¡ª. "El porno no es un mal trabajo", ha dicho Darling, "lo duro es que eres freelance y son muy duros los periodos con poco trabajo en los que est¨¢s sola contigo misma pregunt¨¢ndote si volver¨¢s a trabajar. Para una actriz porno no es tan f¨¢cil dejar su oficio y, digamos, hacerse profesora. Y no estar ocupada puede llevarte a cosas negativas".
EE UU es la meca del cine porno, con un volumen econ¨®mico en 2016 de 17.200 millones de d¨®lares en este pa¨ªs, que concentra un 60% de su producci¨®n en el condado de Los ?ngeles. Mundialmente, la cifra sube a 97.000 millones. Un negocio tremendo en el que detr¨¢s de la pantalla quedan olvidados los dramas de mujeres sin un ambiente de auxilio a mano. El shock de esta serie de muertes ha hecho preguntarse a EE UU: ?Y a las actrices porno, qui¨¦n las cuida?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.