?C¨®mo influye la lectura de cuentos en el cerebro del beb¨¦?

La lectura en voz alta de cuentos infantiles es considerada un recurso para estimular la atenci¨®n y desarrollo cognitivo de los m¨¢s peque?os. Sin embargo, hasta ahora no se sab¨ªa desde qu¨¦ edad el cerebro del beb¨¦ est¨¢ preparado para reaccionar a los est¨ªmulos de esa narraci¨®n.

Seg¨²n un reciente estudio publicado en la revista Child Development, a partir de la temprana edad de seis meses, los beb¨¦s ya se fijan visualmente y memorizan mejor los personajes de los cuentos infantiles cuando tienen un nombre: la ¡°Gata Flora¡±, en vez de simplemente ¡°la Gata¡±, por ejemplo. Y esto, a su vez, ayudar¨¢ al desarrollo de su lenguaje.

El experimento, coordinado por la investigadora Lisa S. Scott, que lleva m¨¢s de una d¨¦cada estudiando c¨®mo funciona la atenci¨®n de los beb¨¦s, consist¨ªa en monitorizar la actividad cerebral de los ni?os -a los seis y nueve meses- con t¨¦cnicas de seguimiento ocular y electroencefalograma.

En ese tiempo, los padres leyeron en casa a sus hijos una media de 10 minutos de cuentos infantiles con ¡°etiquetas individuales¡± (nombres propios) o ¡°etiquetas de categor¨ªa¡± (descripci¨®n del animal) o ninguna etiqueta. El grupo de beb¨¦s que recibi¨® libros con personajes identificados con nombres propios mostr¨® una actividad cerebral mayor al reconocer a sus protagonistas en las im¨¢genes mientras sus padres le¨ªan el cuento.

La clave del desarrollo emocional

¡°Los estudios indican que hay una mejor¨ªa en el vocabulario, entre otros beneficios de la lectura. Pero estas investigaciones se han centrado en el desarrollo de las capacidades cognitivas a trav¨¦s del acto de la lectura, y olvidan mencionar elementos que tienen un efecto directo en el desarrollo del cerebro del ni?o: el desarrollo emocional, que a trav¨¦s del v¨ªnculo facilita y expande el desarrollo cognitivo. Leer en voz alta implica una dedicaci¨®n y una presencia que, en s¨ª mismas, ya son beneficiosas para el desarrollo del beb¨¦¡±, afirma Jara Ac¨ªn y Rivera, psic¨®loga intantojuvenil y co-autora del libro ?Ay¨²dale a despegar! (Editorial Aurum Volatile).

En su opini¨®n, leer a los beb¨¦s con intenci¨®n -no de forma autom¨¢tica-, poniendo atenci¨®n a la prosodia, la entonaci¨®n, las pausas, intercambiando miradas y usando gestos que acompa?en la lectura pueden hacer m¨¢s por el desarrollo cerebral del beb¨¦ que solamente la escucha pasiva de un cuento.

¡°La lectura intencional tiene un efecto de ¡°sincronizador de hemisferios¡±. No solo del izquierdo, poco desarrollado cuando son tan peque?os, sino del derecho, que se identifica con lo emocional de forma predominante. Por otro lado, el hecho de que los cuentos en los que los protagonistas tengan nombre sean mejor aceptados, se relaciona con la idea de que el pensamiento infantil es muy concreto, por lo que resulta m¨¢s sencillo identificarse con un sujeto concreto, Pepito, que con la idea de un perro en general¡±, a?ade la psic¨®loga.

Otra de las recomendaciones para que la lectura familiar tenga efectos beneficiosos en el desarrollo del ni?o es repetir durante varios d¨ªas el mismo cuento. Eso permitir¨¢ que se fije m¨¢s en el personaje e incluso en el mensaje que tenga el cuento cuando alcance la edad para comprenderlo.

¡°Escuchar muchos de estos cuentos en la infancia facilita la capacidad, m¨¢s adelante, de expresarse mejor, comunicarse, escuchar con atenci¨®n, aprender a escribir y leer mejor y m¨¢s r¨¢pidamente, de desenvolver una iniciativa creadora, desarrollar la imaginaci¨®n y creatividad. M¨¢s tarde, podr¨¢n resolver problemas con mayor facilidad como si de una aventura se tratase¡±, se?ala Raquel Rodr¨ªguez, especialista en formaci¨®n Waldorf y fundadora y directora de la Escuela Libre Allegra.

A los cuatro meses de vida, los beb¨¦s empiezan a articular sonidos y gorgojeos que se convierten en balbuceos a los seis meses, cuando adquieren su condici¨®n social. Y a partir de los nueve meses, las primeras palabras que identifican los objetos y seres queridos cercanos van articulando el lenguaje.

¡°Es mucho mejor que los cuentos sean ¡°narrados¡± y no le¨ªdos¡±, apunta la profesora. ¡°En el caso de los cuentos ilustrados debemos elegir aquellos con im¨¢genes suaves, sencillas, que tengan que ver con im¨¢genes que el ni?o ve en la vida real. Hasta los tres a?os yo recomendar¨ªa libros con este tipo de ilustraciones, que los padres pueden encontrar, por ejemplo, en la editorial ING Edicions. Cuando vaya creciendo recomendar¨ªa buscar cuentos originales, como Caperucita Roja o Hansel y Gretel, que ayudan a verbalizar y superar temores como el miedo al malvado (lobo) o al abandono (como los hermanos). Si leemos un cuento antes de ir a la cama, que sea solo uno para que el ni?o se vaya a dormir con esa imagen en su interior¡±, concluye.