Los padres y el m¨®vil
Cafeter¨ªa en Londres: una mujer habla. Su hija, de unos 5 o 6 a?os, est¨¢ a su lado. La ni?a la mira con los ojos muy abiertos pero no dice nada, solo habla la madre y yo me pregunto qu¨¦ le estar¨¢ contando que la tiene tan absorta. De pronto me doy cuenta de que no habla con su hija sino por tel¨¦fono con el manos libres. Metro de Madrid: una joven con un cochecito mira su tel¨¦fono m¨®vil mientras su beb¨¦ hace sonidos y se mueve para captar su atenci¨®n. Finalmente, se lanza hacia adelante para poder tocar con sus manos el rect¨¢ngulo luminoso que parece tener hipnotizada a la madre. La joven da un puntapi¨¦ al cochecito y lo aparta. Cafeter¨ªa en Girona: un hombre teclea compulsivamente el tel¨¦fono mientras su peque?a hija da vueltas alrededor de la mesa, cantando. De vez en cuando, dice: ¡°?Pap¨¢! ?pap¨¢!¡±, para que la mire. El padre no responde.
Nos quejamos mucho del uso del m¨®vil de nuestros hijos pero, ?y los padres?¡ª N¨²ria Carreras Jordi. Banyoles (Girona).
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