Lecciones de Davos
El aislacionismo y la desigualdad da?an el comercio y la estabilidad econ¨®mica
La cumbre del Foro Econ¨®mico Mundial en Davos ha descrito la situaci¨®n de la econom¨ªa mundial con trazos firmes. Si, por un lado, hay una confianza casi absoluta de Gobiernos e inversores en que la tasa de crecimiento mundial este a?o se aproximar¨¢ al 4% y el comercio mundial aumentar¨¢ en torno al 4,6%, por otro aparecen con gran pujanza viejos obst¨¢culos para la estabilidad financiera global.
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Tienen nombres, incluso apellidos. Son el proteccionismo encubierto de la nueva Administraci¨®n estadounidense, con un Donald Trump que se empe?a en esconder su fobia instintiva a la libertad de comercio detr¨¢s de eufemismos como ¡°comercio justo¡± o la pretensi¨®n de que Estados Unidos ¡°fije sus propios t¨¦rminos en los acuerdos comerciales¡±; el populismo y el nacionalismo que est¨¢n reduciendo las posibilidades de crecimiento a trav¨¦s de secesiones pol¨ªticas consumadas (Brexit) o en ebullici¨®n (Catalu?a) y una desigualdad econ¨®mica creciente y acelerada que no solo compromete la estabilidad social sino que, al negar la difusi¨®n de los beneficios del crecimiento sobre las llamadas clases medias, compromete la sostenibilidad del crecimiento a largo plazo.
Los l¨ªderes pol¨ªticos y empresariales presentes en Davos habr¨¢n podido tomar nota de estas amenazas, que bien podr¨ªan resumirse en una sola: la globalizaci¨®n est¨¢ en retroceso. La irrupci¨®n de Donald Trump y el desgarro del Brexit son la nueva realidad a la que, con graves voces pero escasos hechos, se oponen fuerzas pol¨ªticas y econ¨®micas como la Uni¨®n Europea y la propia China (recu¨¦rdese a Xi Jinping proponi¨¦ndose como gran defensor de la libertad mundial de comercio en la cumbre de 2017).
El diagn¨®stico de ?ngela Merkel es exacto: hacen falta pactos multilaterales y el populismo es veneno
Las voces europeas intentan recuperar el buen sentido y recordar las virtudes de un mundo econ¨®micamente integrado. Merkel ha reclamado soluciones multilaterales, en lugar de las unilaterales que se alientan desde Washington y Londres; la canciller ha definido el populismo como un veneno, afirmaci¨®n con la que es imposible estar en desacuerdo, en tanto que degrada las instituciones y niega los procedimientos; y Emmanuel Macron ha advertido de que ¡°si la globalizaci¨®n no resuelve los problemas, en 10 o 15 a?os nacionalistas y populistas ganar¨¢n en nuestros pa¨ªses¡±. Pero es m¨¢s f¨¢cil enunciar un problema que resolverlo. La presencia arrolladora de Trump en la localidad suiza ha mostrado la atracci¨®n del oropel de la trumpeconomics: crecimiento desorbitado de la Bolsa, una reforma fiscal encaminada a favorecer a la clase empresarial estadounidense menos comprometida con la sociedad y la pretensi¨®n de succionar inversiones mundiales con la gran aspiradora de la rebaja fiscal.
La pol¨ªtica de Trump, proteccionista y aislacionista, es la promesa cierta de un grave desequilibrio econ¨®mico mundial. La depreciaci¨®n del d¨®lar, impl¨ªcita en los regalos fiscales de Trump y en su rechazo al comercio multilateral, est¨¢ provocando ya los primeros da?os monetarios en el euro. Tiene raz¨®n Draghi cuando denuncia la posici¨®n de Estados Unidos de devaluaci¨®n competitiva; el euro se aprecia ¡ªcon evidente perjuicio para las exportaciones del ¨¢rea¡ª porque las autoridades estadounidenses est¨¢n forzando la depreciaci¨®n. Esto es lo que se esperaba de la siembra proteccionista (competencia monetaria entre pa¨ªses y divisas, defensas numantinas de los productos nacionales), y esto es lo que por desgracia se va a recolectar.
La cooperaci¨®n tributaria mundial reducir¨ªa la evasi¨®n y permitir¨ªa compensar la desigualdad
No ser¨ªa realista esperar de la cumbre de Davos soluciones concretas para problemas reales; el Foro sirve, eso s¨ª, para detectar corrientes econ¨®micas de fondo. De esta cita cabe extraer la conclusi¨®n de que la econom¨ªa global necesita un nuevo equilibrio o pacto global; que ese equilibrio es imposible sin Estados Unidos, a pesar de las buenas intenciones de China; pero, a cambio, es posible tomar decisiones nacionales o supranacionales que vayan favoreciendo ese nuevo equilibrio. Macron explic¨® algunas de ellas, viejas aspiraciones en las mentes de muchos. Invertir m¨¢s en educaci¨®n y en formaci¨®n es una de ellas. Pero la m¨¢s atractiva es la de aumentar la cooperaci¨®n fiscal internacional. Y lo es porque si se cierra el paso a la evasi¨®n fiscal y a la ocultaci¨®n offshore, aumentar¨¢n los recursos de los Estados, entre otras cosas para invertir m¨¢s en educaci¨®n; y tambi¨¦n para actuar de forma compensatoria contra la desigualdad agravada por la crisis y las pol¨ªticas proc¨ªclicas. Obs¨¦rvese adem¨¢s que el cerco al fraude y al escaqueo fiscal es uno de los mejores ant¨ªdotos institucionales contra el populismo y el nacionalismo.
S¨ª, se pueden tomar iniciativas, aunque sean parciales o de ¨¢mbito limitado, para conseguir un nuevo equilibrio econ¨®mico mundial en contra de la desigualdad, del proteccionismo y de la disgregaci¨®n pol¨ªtica. Despu¨¦s de Davos podr¨¢ comprobarse si las alarmas se traducir¨¢n en medidas correctoras. Advertencia: los antecedentes son pesimistas.
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