Le Pen, camino del El¨ªseo y Rajoy, a la oposici¨®n
Ciudadanos y Podemos quieren pactar un nuevo sistema electoral y, de hacerlo, han de evitar m¨¢s distorsiones
A menudo florece el debate del sistema electoral. En Espa?a ha venido servido por la victoria independentista en Catalu?a y, sobre todo, por la actual propuesta que Podemos y Ciudadanos quieren consensuar para pr¨®ximas elecciones. Parece extra?o que dos partidos antag¨®nicos est¨¦n dispuestos a ponerse de acuerdo, pero cuando el poder est¨¢ en juego la pol¨ªtica no se entretiene en peque?eces. Si un nuevo sistema favorece una mayor representaci¨®n en el Parlamento y facilita el camino hacia La Moncloa hay que explorarlo. Puede que de paso los electores perciban que la nueva f¨®rmula es m¨¢s justa, pues hace tiempo que los distintos equilibrios en la mayor¨ªa de las democracias del mundo han roto la estricta igualdad del voto.
El sistema electoral es heredero de la historia pol¨ªtica de cada pa¨ªs. En Francia rige el mayoritario a dos vueltas. El presidente socialista franc¨¦s Fran?ois Mitterrand lo cambi¨® al proporcional en 1986 para que fuera m¨¢s democr¨¢tico (y parar de paso a la derecha y los liberales) y se encontr¨® con la sorpresa de que el ultraderechista Frente Nacional se abr¨ªa paso con 35 diputados. Francia recuper¨® inmediatamente el viejo sistema y as¨ª es como el partido de Le Pen logra millones de votos en cada cita electoral, pero en la segunda vuelta queda arrinconado cuando no eliminado. Todos votan contra ¨¦l. La siempre ingobernable Italia, con un complejo mecanismo que premia a las mayor¨ªas y mezcla los sistemas mayoritario y proporcional, quiere ahora parar al Movimiento 5 Estrellas. ?Soluci¨®n? Se han aprobado nuevas reglas para perjudicar a Beppe Grillo.
El sistema espa?ol beneficia a los independentistas en Catalu?a y perjudica, a escala nacional, a Ciudadanos y Podemos. Ahora que hay en Espa?a cuatro grandes partidos, la distorsi¨®n no es tan exagerada. Recuerden a la siempre castigada Izquierda Unida, que en 2008, con el 3,81% de los votos solo obtuvo un esca?o mientras ERC, con un tercio de papeletas (1,14%), logr¨® tres. Es el resultado de los equilibrios territoriales y de la regla d¡¯Hondt, que favorece a las mayor¨ªas, a las provincias menos pobladas y a la concentraci¨®n del voto. Con un sistema de circunscripci¨®n ¨²nica, por ejemplo, como el que se aplica en las europeas, el PP de Rajoy habr¨ªa obtenido 119 esca?os (en vez de los 137 que posee), mientras que Ciudadanos y Podemos habr¨ªan sumado 123 (en vez de 103). Los independentistas, por su parte, han logrado en Catalu?a mayor¨ªa absoluta (51,8% de los esca?os) con el 47,5% de los votos.
La modificaci¨®n de las reglas debe hacerse en fr¨ªo, con tiento, con intenci¨®n de profundizar en la democracia y desterrando el inter¨¦s partidista. Con un peque?o retoque y la doble vuelta francesa Mariano Rajoy habr¨ªa tenido en Espa?a tantas opciones de gobernar como Marine Le Pen. Esta, por cierto, pocas veces critica unas reglas que tanto le perjudican. Sabe que si alg¨²n d¨ªa el FN llega al El¨ªseo esas mismas reglas mantendr¨¢n lejos a sus rivales.
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