Pacto educativo

Tras un a?o y medio de debate, la subcomisi¨®n del Congreso de los Diputados que discute el Pacto Educativo ha comenzado a trabajar para concretar los 15 puntos considerados estrat¨¦gicos para mejorar la calidad de la ense?anza y dotarla de un marco jur¨ªdico estable y duradero. El esfuerzo merece la pena y todos los partidos deben poner de su parte el m¨¢ximo empe?o. Para ello deben dejar de lado c¨¢lculos electorales y apriorismos ideol¨®gicos. Es preciso poner fin a una din¨¢mica en la que se han sucedido las leyes educativas, todas ellas fugaces. La ¨²ltima, la LOMCE, ni siquiera se ha llegado a aplicar completamente. Ni la comunidad educativa ni el pa¨ªs pueden permitirse tanta inestabilidad e incertidumbre.

Es una buena se?al que en la primera reuni¨®n se haya salvado el escollo de la metodolog¨ªa. Cada parte del acuerdo requerir¨¢ una mayor¨ªa de tres quintos y el apoyo de al menos tres partidos, lo que impedir¨¢ que uno de ellos tenga capacidad de veto. Ahora queda lo m¨¢s arduo: negociar aspectos centrales como la financiaci¨®n, el papel de la escuela concertada, el tratamiento de la religi¨®n, la formaci¨®n del profesorado o los m¨¦todos de evaluaci¨®n.

En el caso de la financiaci¨®n es importante pactar una inversi¨®n anual que nos sit¨²e lo m¨¢s pronto posible en la media europea. El PP no ha hecho una propuesta concreta, pero el resto de partidos est¨¢ de acuerdo en que debe recuperarse el nivel de gasto previo a la crisis. El m¨¢ximo se alcanz¨® en 2009, con 53.375 millones de euros, lo que representaba el 5% del PIB. No es eso lo que est¨¢ previsto. El informe que el Gobierno ha enviado a Bruselas prev¨¦ una inversi¨®n del 3,8% del PIB en 2018, del 3,7% en 2019 y del 3,6% en 2020. Es decir, un presupuesto menguante, cuando la media europea es del 4,9%. Sin suficiencia financiera dif¨ªcilmente podr¨¢n alcanzarse los objetivos de calidad.

Tambi¨¦n hay que garantizar una distribuci¨®n equitativa de los recursos. La propuesta de crear un fondo para paliar las diferencias territoriales debe ser tenida muy en cuenta. Sea esa u otra la f¨®rmula, es preciso acabar con las actuales desigualdades. En estos momentos el Pa¨ªs Vasco, con una inversi¨®n de 8.976 euros por alumno y a?o, gasta el doble que Andaluc¨ªa, que invierte 4.443 euros. La cuant¨ªa de los recursos no es ajena seguramente a que en Andaluc¨ªa haya el triple de abandono escolar que en el Pa¨ªs Vasco.

La formaci¨®n de los docentes es otro de los puntos centrales. La propuesta de instaurar una especie de MIR adaptado a la especificidad educativa es un buen punto de partida para el debate pues hay consenso en que es preciso revisar el sistema de formaci¨®n del profesorado de manera que la nota de acceso sea m¨¢s alta y se puedan garantizar una preparaci¨®n pr¨¢ctica de calidad. Esta formaci¨®n deber¨ªa hacerse en centros de excelencia especialmente acreditados, como ocurre en Medicina y con parecidos sistemas de evaluaci¨®n.

En todo caso, el debate sobre el modelo educativo debe partir de la premisa de que excelencia y equidad no son t¨¦rminos antag¨®nicos. Es posible encontrar una f¨®rmula que garantice a la vez una ense?anza de calidad integradora e inclusiva.