El (?involuntario?) arte de despreciar a las mujeres
Proponer a una mujer de perfil t¨¦cnico en vez de a Luis de Guindos para el BCE era una baza perdedora
La ausencia de mujeres en los ¨¢mbitos de poder es tan palmaria que la conservadora Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU) le ha pedido a Angela Merkel que su pr¨®ximo gobierno sea paritario. El llamamiento es justo y necesario, pero al tiempo produce una cierta incomodidad que es dif¨ªcil sacudirse porque a partir de ese momento sobre las elegidas siempre se cernir¨¢ la sombra de la duda: ?fueron nombradas por su val¨ªa o para cubrir la cuota?
En Espa?a hemos vivido una de esas situaciones que producen incomodidad en muchas mujeres. Frente a la candidatura del ministro Luis de Guindos para formar parte del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), los socialistas han exigido una mujer de perfil t¨¦cnico. Mala estrategia. Primero, porque obliga a pensar en nombres que no siempre son f¨¢ciles de hallar. Son poco visibles, dada la estructura de poder. Segundo, porque si el Gobierno espa?ol hubiera hecho caso, sobre la elegida habr¨ªa reca¨ªdo esa sospecha, esa lacra (para algunos) de ser ¡°mujer cuota¡±. De no hacerlo, como as¨ª ha ocurrido, se da a entender que no hay candidata posible para sustituir a Luis de Guindos. Y el problema es que, en efecto, as¨ª es. Porque para lograr que alguien llegue a ser vicepresidente del BCE lo que debe hacer (y suele hacer) un Gobierno europeo es elegir al personaje, consensuarlo con la oposici¨®n y trabajar su candidatura en el seno de la UE discreta y sostenidamente. No presentar una desconocida en el ¨²ltimo momento.
Y as¨ª, a base de imprevisi¨®n, de no creer verdareramente en la igualdad, de esquivar el asunto de la cuota de g¨¦nero (el territorial y el ideol¨®gico siempre se anteponen) es como se sigue despreciando a las mujeres y a su talento, aunque sea, a la postre, de manera involuntaria. Y hay que escuchar al ministro de Exteriores Alfonso Dastis decir que ¡°da la casualidad de que el candidato m¨¢s id¨®neo en Espa?a para ese puesto es un caballero¡±. No, se?or Dastis, no es una casualidad. Su Gobierno solo ha trabajado la candidatura de ese caballero al que, seguramente, le adornan m¨¦ritos para ocupar tan alto puesto, pero todos sabemos, adem¨¢s, que en la UE estos cargos se eligen por cooptaci¨®n, que los que elegir¨¢n a Guindos son camaradas de altas reuniones en las que se saludan con palmadas en la espalda y que no es una casualidad que ning¨²n otro pa¨ªs haya presentado para el BCE una candidatura femenina, como tampoco que de los 25 miembros del Consejo de Gobierno de ese banco solo dos sean mujeres. Los resortes de poder son muy parecidos en todas partes.
Algunos medios han ofrecido un buen abanico de nombres de mujer que podr¨ªan haber sido dignas candidatas al BCE. El problema no es que no haya mujeres preparadas, sino que en la pol¨ªtica, como en otros ¨¢mbitos, no se suele pelear con convicci¨®n por la igualdad y se emprenden campa?as menores que no modifican lo sustancial. As¨ª solo queda de esta an¨¦cdota del BCE un amargo sabor, un inc¨®modo sentimiento de batallita perdida.
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