Medalla ol¨ªmpica para Corea

Si los juegos ol¨ªmpicos fueron establecidos en la antig¨¹edad, entre otras cosas, como un periodo de tregua, se puede afirmar que los XXIII Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno que se celebran en la ciudad surcoreana de Pyeongchang han cumplido su funci¨®n con creces. Los gestos y el di¨¢logo abierto al m¨¢ximo nivel en apenas unas horas entre representantes de la dictadura del Norte y la democracia del Sur eran impensables pocas semanas atr¨¢s.

La llegada el viernes a Corea del Sur de Kim Yo-jong, hermana y mujer de confianza del dictador Kim Jong-un, ya constitu¨ªa un s¨ªmbolo sin precedentes por s¨ª mismo. Pero adem¨¢s el encuentro, y el tono de este, con el presidente surcoreano, Moon Jae-in, permiten albergar un cierto optimismo respecto a la apertura de un canal de contacto al m¨¢s alto nivel entre Pyongyang y Se¨²l. Esto permitir¨ªa descomprimir una situaci¨®n de alto el fuego b¨¦lico siempre tensa, y en los ¨²ltimos tiempos a menudo explosiva, donde cualquier incidente ¡ªo accidente¡ª puede desencadenar un conflicto b¨¦lico de consecuencias globales.

Pero un par de apretones de mano y unas sonrisas protocolarias ante los fot¨®grafos no pueden conducir autom¨¢ticamente al optimismo. Ha acertado el surcoreano Moon Jae-in al a?adir la coletilla ¡°cuando se den las condiciones¡± en su respuesta positiva a la invitaci¨®n realizada para visitar Corea del Norte. A ambos pa¨ªses les separa mucho m¨¢s que la frontera m¨¢s militarizada del mundo: tambi¨¦n los conceptos de libertad individual, democracia y paz, junto con la visi¨®n del papel que Corea debe jugar en el mundo. Corea del Norte no es solamente una de las dictaduras m¨¢s opresivas, sino tambi¨¦n peligrosamente agresiva y con unas amenazas respaldadas por las armas nucleares. En todo caso Corea del Sur se ha colgado una medalla al lograr rebajar de forma dr¨¢stica el nivel de enfrentamiento dial¨¦ctico con Pyongyang al que se ha mostrado tan aficionado Donald Trump. Para eso sirven los Juegos.