Con los gl¨²teos sucede como con Santa B¨¢rbara. Solo nos acordamos de ellos cuando truena o, siendo m¨¢s exactos, cuando toca la operaci¨®n biquini y hay que cincelar unas nalgas marm¨®reas. El resto del a?o como si no existieran. Grave error que no solo pone en riesgo el sex appeal playero, sino que da lugar a disfunciones mucho m¨¢s importantes.
"De entrada, la musculatura gl¨²tea no es un m¨²sculo, sino tres: gl¨²teo mayor, gl¨²teo medio y gl¨²teo menor, si seguimos un orden de m¨¢s superficial a m¨¢s profundo. Entre otras funciones su misi¨®n es participar en la extensi¨®n y abducci¨®n de nuestra cadera, as¨ª como en la estabilizaci¨®n de la pelvis. Al estar todo el d¨ªa sentados, tienden a inhibirse. Esto puede ser el origen de malas posiciones de la pelvis que acaban en dolor de espalda o un trabajo menos eficiente al realizar otras actividades en el gimnasio o al correr", explica ?ngel Luis Clemente Rem¨®n, codirector en Entrenador de Atletas.
Cuando se habla de trabajar el gl¨²teo lo normal es pensar en las sentadillas. Y tambi¨¦n, aburrirse de hacer siempre el mismo ejercicio. "Hay muchas otras rutinas que nos van a permitir trabajar la regi¨®n gl¨²tea sin caer en la desidia, que es el principal enemigo a la hora de entrenar". Tambi¨¦n lo son las agujetas, que en esta regi¨®n ocasionan d¨ªas de sentado lento e ignominioso. "Se recomienda dejar entre 48 y 72 horas de descanso entre sesiones espec¨ªficas, aunque depender¨¢ del tipo de entrenamiento".
Acostumbrado a trabajar con corredores para los que un buen trabajo de fuerza muscular all¨¢ donde la espalda pierde su honroso nombre puede significar mejorar la potencia en las cuestas y galopar con menos esfuerzo en los llanos, este entrenador desglosa diversas variaciones de ejercicios frente a la sentadilla tradicional. P¨®ngase a ello y en unas semanas tendr¨¢ unas posaderas que ni el David de Miguel ?ngel. ?Cu¨¢ntas? ¡°A partir de las tres semanas ya se pueden apreciar resultados¡±.