Reinventando Farnsworth
Esta vivienda de Str?m Architects en Swanage (Reino Unido) viste de madera y fuerza a adaptarse a la topograf¨ªa de un bosque a una heredera de la m¨ªtica vivienda de Mies van der Rohe
Era necesario un bosque para poder levantar Farnsworth. La m¨ªtica vivienda con la que Ludwig Mies Van der Rohe sedujo y hundi¨® a la nefr¨®loga Edith Farnsworth parti¨® del claro de un bosque junto al r¨ªo Fox en Plano, Illinois, y de la esperanza de que la frondosidad de ¨¢rboles de hoja perenne fueran capaces de arropar la desnudez de una arquitectura esencialista.
El tiempo, cronol¨®gico y climatol¨®gico, demostr¨® que el velo tupido de los ¨¢rboles no es suficiente para arropar el desamor de las goteras y la exposici¨®n de la soledad tras una fachada de vidrio. Por eso han sido muchos los arquitectos que, mitificando la marca de Farnsworth, una vivienda de acero y vidrio que apenas parece rozar un claro del bosque, han tratado de arroparla. Siempre que aparece alguna pienso, es curioso, que tratan de arroparla. No se me pasa por la cabeza que intenten mejorarla.
Farnsworth, como cualquier desamor apasionado, es al cabo de los a?os (67 van ya), la huella de una incomprensi¨®n. Dejando a un lado los mosquitos, las goteras, la factura de la calefacci¨®n y la dictadura de no poder convivir con tus cosas en tu propia casa, en 1951 el mundo no estaba, ni lo est¨¢ hoy a pesar de las redes sociales, preparado para la desnudez absoluta, las 24 horas del d¨ªa. Ese contacto continuo con el exterior exige orden, una voluntad de mostrarse o despreocupaci¨®n por dejarse ver. No es esa la actitud que permita a alguien descansar en un refugio ideado para desconectarse del mundo.
Tal vez por ello, el sueco Magnus Str?m, que en 2010 fund¨® un despacho de arquitectura en el Reino Unido dedicado ¡° a la salvaguardia de las cosas peque?as¡±, haya querido revestir y repensar el arquetipo de esa vivienda de una sola planta con su casa, con vistas al parque de Durlston, ideada para unos jubilados brit¨¢nicos.
Con el convencimiento de que una sola planta facilitar¨ªa la movilidad de los due?os y reducir¨ªa la huella en el paisaje, los cuatro arquitectos de Str?m recurrieron a la casa de cristal para, inmediatamente despu¨¦s, vestirla de madera y ubicar su voladizo lateral sobre el acceso formando, as¨ª, el garaje para el coche. El muro de contenci¨®n de piedra local y la madera arropan la vivienda y le confieren la privacidad de la que Edith Farnsworth jam¨¢s disfrut¨®. La casa tiene as¨ª un aire a otra ¨¦poca y, a la vez, una preocupaci¨®n contempor¨¢nea por el confort absoluto de sus habitantes. Fuera del tiempo, las fachadas unen y desunen, las copas de los ¨¢rboles dejan pasar el sol y, a la vez, protegen la vivienda de lluvias torrenciales y vendavales. Str?m arquitectos demuestra en este proyecto que lo simple se puede simplificar sin restar.
Fotograf¨ªas de Martin Gardner
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