El verdadero relato
La realidad de la Espa?a de hoy, de los ¨²ltimos 40 a?os, es una indudable historia de ¨¦xito
Con frecuencia se dice que falta un relato de Espa?a. Confieso que el t¨¦rmino relato, tal como ahora se utiliza, me resulta inc¨®modo y hasta antip¨¢tico. Por supuesto no tanto como empoderamiento, que ya es el colmo. Pero relato, en este nuevo sentido, es un t¨¦rmino de moda, ¨²til sobre todo por su imprecisi¨®n.
Veamos, ?el relato debe contar la verdad? No, se invent¨® para no contarla, m¨¢s exactamente para esconderla. En realidad, el relato s¨®lo debe incluir algunos hechos verdaderos, mezclarlos con otros falsos y, una vez todo agitado a conveniencia, poder concluir con aquello a lo que previamente se pretend¨ªa llegar. En literatura el relato es ficci¨®n. En el nuevo invento lo sigue siendo.
Ello lo muestran muy bien Jos¨¦ ?lvarez Junco y Gregorio de la Fuente en su reciente libro El relato nacional. Historia de las historias de Espa?a (Taurus). Las historias de Espa?a han sido muchas y est¨¢n escritas desde muchos puntos de vista, los autores las repasan con detalle y comprueban que todas amagan aquellos hechos que no encajan en sus intenciones dando una excesiva relevancia a otros que les convienen. Todas son relato, mito, leyenda, f¨¢bula.
?Esto es lo que se necesita en Espa?a? ?Necesitamos un relato de este tipo? En el que es, quiz¨¢s, su peor poeta, durante el franquismo de nunca acabar, Jaime Gil de Biedma escribi¨®: ¡°De todas las historias de la historia, la m¨¢s triste sin duda es la de Espa?a, porque termina mal¡¡±. El pesimismo de la Generaci¨®n del 98 trasplantados a la Espa?a de los a?os cincuenta.
No, no es esto lo que se necesita ahora. Quiz¨¢s, porque en los ¨²ltimos a?os se ha dicho que el nacionalismo catal¨¢n hab¨ªa construido un relato de ¨¦xito, ahora le queremos oponer otro de signo inverso pero de la misma naturaleza. Ser¨ªa un error, un gran error. Lo que necesitamos es reconocer la realidad que tenemos a mano, la que hemos vivido o contemplamos d¨ªa a d¨ªa: la Espa?a de hoy, la de los ¨²ltimos 40 a?os, una indudable historia de ¨¦xito.
Como dec¨ªa hace poco el mismo ?lvarez Junco, ¡°ahora le puedes decir a un ni?o que se sienta orgulloso de haber nacido en Espa?a, pero antes del 78 este discurso era imposible¡±. No imitemos a los nacionalistas catalanes. Abramos los ojos a la realidad actual: Espa?a es un Estado muy importante de la Uni¨®n Europea, econ¨®micamente pr¨®spero, pol¨ªticamente democr¨¢tico e internacionalmente respetado. Con problemas y deficiencias, como todos, pero dotado de los instrumentos para resolverlos. No rebusquemos en las supuestas glorias del pasado sino en la realidad del presente. Este es nuestro preciso y verdadero relato.
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