La emoci¨®n se viste de rojo

Mi viaje a la Ant¨¢rtida comenz¨® el pasado 14 de febrero, d¨ªa en que tom¨¦ un avi¨®n en Madrid con destino a Santiago de Chile. Tras 13 horas de vuelo ¨Cla mayor parte de noche¨C, tanto yo como otros participantes de la campa?a ant¨¢rtica que viajaron conmigo, tuvimos que tomar un segundo vuelo hasta Punta Arenas, que sali¨® casi con 4 horas de retraso, tras otras tantas de tr¨¢nsito en el aeropuerto. Tres horas de vuelo m¨¢s sumaron un total de 24 horas ¨Cun d¨ªa entero¨C entre aviones y aeropuertos hasta llegar al destino: la ciudad m¨¢s al sur de Chile.

Eran las 20 horas de una tarde soleada y ligeramente fresca en Punta Arenas. Con un notable cansancio acumulado, tom¨¦ un taxi en el aeropuerto, junto a Nacho, Bea y Marina, tres cient¨ªficos de la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV) que participan en la campa?a con el proyecto TOPSTEP, sobre tolerancia al estr¨¦s ambiental de las plantas que logran sobrevivir en el entorno hostil de la Ant¨¢rtida. El aeropuerto de Punta Arenas est¨¢ a 16 km de la ciudad, por lo que el trayecto nos permiti¨® tener una primera toma de contacto visual con el lugar de destino. Durante el viaje, el taxista nos cont¨® con pasi¨®n y gran detalle la historia de algunos de los navegantes espa?oles y portugueses que llegaron por primera vez a aquellos parajes.

Empezamos a entrar en la ciudad y enfilamos una larga avenida que discurre junto al mar, en el mism¨ªsimo estrecho de Magallanes. Poco a poco, nos fuimos acercando al centro hist¨®rico de Punta Arenas, cuando de repente, al fondo, vimos el puerto, y all¨ª estaba nuestro barco: ?el Hesp¨¦rides!, que identificamos al momento por su color rojo, a pesar de encontrarnos a bastante distancia de ¨¦l.

Fue un momento que viv¨ª con emoci¨®n, con intensa emoci¨®n. Os pongo en situaci¨®n: Est¨¢s a m¨¢s de 12.000 kil¨®metros de casa, tras un d¨ªa agotador que no parec¨ªa llegar a su fin, y ves all¨ª fondeado el barco que te va a llevar a la Ant¨¢rtida; el viaje so?ado, con la fuerte carga emocional que eso conlleva. El Hesp¨¦rides y el color rojo que lo identifica est¨¢ y estar¨¢ para siempre ligado a la investigaci¨®n cient¨ªfica que nuestro pa¨ªs lleva a cabo en el continente blanco. Tener la oportunidad de navegar unos d¨ªas en ¨¦l y cruzar por dos veces el Drake creo que justifica por s¨ª mismo esa reacci¨®n que experiment¨¦ dentro del taxi camino del hotel.

Las emociones siguieron ayer por la ma?ana ¨Cestoy escribiendo esta entrada el s¨¢bado 17 de febrero¨C, cuando yo y los compa?eros de la UPV nos acercamos al puerto de Punta Arenas y, una vez all¨ª, nos dirigimos al barco y subimos a ¨¦l. Saludamos a varios miembros de la tripulaci¨®n, entre ellos a Miki (Miguel ?ngel Ojeda), de la UTM del CSIC, y principal responsable de la compleja log¨ªstica y coordinaci¨®n de las campa?as ant¨¢rticas (un aut¨¦ntico tetrix), y nos hicimos las fotos de rigor. Est¨¢bamos los cuatro como los ni?os la ma?ana de Reyes al abrir los regalos. El nuestro de este a?o ha sido un paquete; un gran paquete de color rojo que guarda en su interior uno de los sue?os que tenemos muchas personas desde la infancia: viajar a la Ant¨¢rtida.