Relegar la cooperaci¨®n
Espa?a vuelve a perder una oportunidad de estar a la altura de lo que le corresponde por su nivel de desarrollo econ¨®mico y social
Un a?o de trabajos, informes, comparecencias y consultas a expertos para acabar aprobando un plan de cooperaci¨®n que solo cuenta con el apoyo del Gobierno y de las Administraciones auton¨®micas y locales controladas por el PP. El V Plan de Cooperaci¨®n para el Desarrollo, que debe fijar los objetivos, estrategia y medios destinados a la cooperaci¨®n en los pr¨®ximos cuatro a?os, se someter¨¢ a la consideraci¨®n del Congreso de los Diputados sin consenso y con la oposici¨®n del sector de las ONG y los agentes sociales, con la excepci¨®n de los empresarios.
El plan no concreta prioridades estrat¨¦gicas claras, carece de ambici¨®n, es inconsistente en cuanto al desarrollo de las medidas previstas y no va acompa?ado de memoria econ¨®mica ni compromiso presupuestario preciso. Tras a?os de recortes, la ayuda al desarrollo se ha reducido m¨¢s del 70%. Lejos del objetivo del 0,7% del PIB marcado por Naciones Unidas y el Comit¨¦ de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE, Espa?a apenas dedica a la cooperaci¨®n el 0,12%. Varias resoluciones aprobadas en las Cortes fijan como objetivo para 2020 aumentar ese porcentaje hasta el 0,40%, pero parece lejos de poderse cumplir.
El presidente del Gobierno se comprometi¨® en 2013 ante la Asamblea General de Naciones Unidas a que en cuanto se recuperara la econom¨ªa, Espa?a volver¨ªa a invertir en cooperaci¨®n de forma ¡°generosa, inteligente y eficaz¡±. La econom¨ªa crece a buen ritmo, pero ninguno de esos tres adjetivos es aplicable al plan que el Gobierno acaba de imponer con el voto de calidad del secretario de Estado en la votaci¨®n del Consejo de Cooperaci¨®n al Desarrollo, un organismo creado para garantizar la participaci¨®n de Administraciones y agentes sociales. Si la cooperaci¨®n es una de las principales herramientas de justicia social y proyecci¨®n internacional de un pa¨ªs, Espa?a vuelve a perder una oportunidad de estar a la altura de lo que le corresponde por su nivel de desarrollo econ¨®mico y social.
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