Venezuela, ahora
Es hora de sacar a la mafia instalada en el Gobierno y organizar elecciones libres
Ahora que se cae a pedazos Venezuela, con sus m¨¢s de cuatro millones de huidos del neopara¨ªso socialista del siglo XXI, su promedio semanal de cinco a siete ni?os muertos por desnutrici¨®n, sus ejecuciones extrajudiciales, sus tres centenas de presos pol¨ªticos, sus documentadas torturas, sus ciudades sin servicios b¨¢sicos de luz, gas y agua, sus hospitales sin equipos ni m¨¦dicos convertidos en morideros. Ahora que la inflaci¨®n galopa a m¨¢s de 100% mensual y que los bancos niegan acceso a la moneda local porque el efectivo se evapora a la velocidad de esa luz hiperinflacionaria. Ahora que los trabajadores no pueden ir a trabajar todos los d¨ªas porque el sueldo del mes no cubre el coste de lo poco que queda de transporte p¨²blico. Ahora que los pensionistas se mueren de hambre porque la pensi¨®n mensual solo permite comprar medio quilo de queso. Ahora que j¨®venes mueren de una banal bronquitis porque en todo el pa¨ªs no se encuentra un banal antibi¨®tico de amplio espectro. Ahora que las mujeres cruzan la frontera con Colombia y a las afueras de C¨²cuta se cortan el pelo para venderlo y con ese pu?ado de d¨®lares compran algo de comida o medicinas que llevar¨¢n de vuelta a sus hogares. Ahora que hay madres que se separan en llanto de sus peque?os al confiarlos a las escasas fundaciones privadas que ofrecen servicios de orfanato dignos para librarlos de una muerte segura por desnutrici¨®n, la que les espera a ellas. Ahora que los jefes de los colectivos formados por Ch¨¢vez, el Comandante Eterno,intervienen junto a la fuerza p¨²blica para ejecutar a todo el que se atreve a levantar la voz, como supieron ?scar P¨¦rez y su media docena de compa?eros en El Junquito. Ahora que reclamar por las condiciones inhumanas en las minas de oro del Arco Minero acaba en docenas de trabajadores asesinados a balazos.
Ahora que el ¨²nico ¨¦xito que puede reivindicar Venezuela es el de ofrecer un ejemplo acabado de l¨®gica polivalente aplicada a la realidad y escala de todo un pa¨ªs, sost¨¦n de una ideolog¨ªa basada en la abolici¨®n de los principios de no contradicci¨®n y tercero excluido, muy ¨²til cuando lo que se pretende es divorciar legitimidad y legalidad para liquidar la democracia representativa y sustituirla por la protag¨®nica y participativa, plebiscitaria y maleable a placer. Ahora que la democracia polivalente del chavismo ha hecho de Venezuela un pa¨ªs donde el sistema judicial reposa en la provisionalidad de los jueces y el penitenciario est¨¢ en manos de los reclusos m¨¢s violentos, donde el estado de excepci¨®n es la normalidad del ejercicio del poder ejecutivo, con una Asamblea elegida mediante un proceso inconstitucional y fraudulento que convoca elecciones en las que se es posible votar pero no elegir. Un pa¨ªs con una oposici¨®n oficial que parece una caricatura del gato de Schr?dinger, que se opone y no se opone, que dialoga y finge que no negocia, y que no ha dudado en colaborar con el chavismo y hacer jugosos negocios. Un pa¨ªs con las mayores reservas de petr¨®leo del mundo que tiene que importar petr¨®leo y gasolina, con una econom¨ªa productiva destruida por una mara?a de regulaciones y controles estatales que promueven el arbitraje entre financieros rentistas y funcionarios corruptos.
Ahora que todo esto, adem¨¢s de sabido, es reconocido y denunciado por las democracias no polivalentes, ahora que por fin solo callan y miran a otro lado los menguantes compa?eritos de la izquierda reaccionaria, esa que hasta anteayer alababa al chavismo o se negaba a denunciar sus desmanes por lo de siempre, por no dar argumentos a los malvados capitalistas, porque el enemigo de mi enemigo es mi amigo y dem¨¢s astucias leninistas, por no decir nada de los que se beneficiaron de las largesses del chavismo en sus a?os de bonanza para fundar partidos pol¨ªticos o financiar proyectos antimperialistas.
Ahora, no porque ya hayan muerto y por desgracia tengan que morir miles de venezolanos, sino porque la tragedia de ese pa¨ªs ha desbordado sus fronteras y afecta a sus vecinos, ahora tal vez, con un poco de suerte, la comunidad internacional busque v¨ªas y concierte esfuerzos para procurar las dos condiciones, si no suficientes, al menos necesarias al cese de la tragedia de Venezuela: sacar del Gobierno a la mafia de asesinos y ladrones que tiene secuestrados a sus habitantes, y organizar elecciones libres, limpias, imparciales. En ese orden.
Ana Nu?o es escritora.
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