Francia se repliega

Un proyecto de ley lanzado por el Gobierno franc¨¦s va a intentar mejorar la acogida de refugiados y, al tiempo, endurecer las medidas contra la inmigraci¨®n econ¨®mica. Es una propuesta que ha soliviantado a parte del movimiento pol¨ªtico gubernamental, lo que es una cierta novedad desde que Emmanuel Macron alcanz¨® el El¨ªseo en mayo y logr¨® despu¨¦s una abultada mayor¨ªa en el Parlamento. A la derecha le parece la nueva norma demasiado permisiva porque ampl¨ªa los supuestos de reagrupaci¨®n familiar y facilita la acogida, y a la izquierda, demasiado dura porque convierte en delito el paso ilegal de fronteras y trata de agilizar las deportaciones.

Francia, como tantos otros pa¨ªses europeos, se enfrenta al dif¨ªcil equilibrio de acoger a los peticionarios de asilo y, al tiempo, frenar los flujos migratorios (mayoritariamente de ¨ªndole econ¨®mica) para dar satisfacci¨®n a unas sociedades acomodadas que reclaman firmeza contra los extranjeros, percibidos cada vez m¨¢s no por la riqueza que aportan, sino por los problemas que pueden generar. El aumento del populismo y la relativa derrota de Angela Merkel tras su pol¨ªtica de apertura hacia los refugiados es un espejo en el que los l¨ªderes europeos se miran.

Macron aludi¨® siempre al humanismo para afrontar la inmigraci¨®n en un pa¨ªs que recibe cada a?o 100.000 solicitantes de asilo y deporta a 26.000, pero siempre tuvo un discurso firme contra la inmigraci¨®n ilegal. Es una posici¨®n aceptada en toda Europa que aboca a pol¨ªticas contradictorias y resulta poco eficaz contra las mafias que comercian con seres humanos. En este proyecto de ley se quiere instituir un ¡°pasaporte talento¡± para los empleados de empresas innovadoras y se favorece la movilidad de estudiantes e investigadores. Francia, cuna de los derechos humanos, pero tambi¨¦n el pa¨ªs donde triunfa el Frente Nacional, se repliega un poco m¨¢s sobre s¨ª misma.