Cinco claves para hablar bien en p¨²blico (y disfrutarlo)
Si quieres hablar bien en p¨²blico, tendr¨¢s que pensar bien en privado
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Dec¨ªa el escritor Mark Twain que hay dos tipos de oradores, los que se ponen nerviosos y los que mienten. Y los nervios van a variar dependiendo de lo que tengamos que contar o de qui¨¦nes nos escuchen. Muchas veces nos toca hablar en p¨²blico en una reuni¨®n de trabajo, en la junta de vecinos o en el brindis de la boda de nuestro mejor amigo. Y aunque no nos lo ense?aran en el colegio o hayamos tenido una mala experiencia, hablar en p¨²blico se puede entrenar si se sabe c¨®mo. M¨®nica Gal¨¢n, en su libro M¨¦todo Bravo, nos ense?a los cinco pasos para conseguirlo y aplicarlo en nuestro d¨ªa a d¨ªa.
El primer paso es la bienvenida. Necesitamos invertir tiempo para un buen comienzo. Deber¨ªamos huir como la p¨®lvora de expresiones t¨ªpicas como ¡°bueno¡±, ¡°pues¡¡± o dar una palmada, que solo demuestran que estamos hechos un flan. La propuesta de M¨®nica es comenzar con alguna de estas ideas: contar una historia que enganche a la audiencia, aportar un dato o un hecho sorprendente, o hacer una pregunta que despierte la atenci¨®n, como por ejemplo: ¡°?Cu¨¢ntos de nosotros querr¨ªamos ganar m¨¢s dinero?¡±. Si empezamos haciendo una menci¨®n a todas las personalidades presentes (cl¨¢sico de los discursos institucionales), las personas desconectan desde el primer minuto.
El reconocimiento es la segunda clave para una buena presentaci¨®n y este ha de ser de varios tipos, el primero el reconocimiento a ti como orador. Si han le¨ªdo previamente tu curr¨ªculum quiz¨¢ no haga falta, pero si no, puedes contar alguna experiencia derivada de tu trayectoria o tu experiencia. No obstante, hay que tener cuidado en este punto con no resultar excesivamente pretencioso (esta sugerencia no tendr¨ªa sentido en Estados Unidos, puesto que son diametralmente opuestos a nosotros en esto). Otro reconocimiento que se ha de hacer es a la audiencia por su tiempo y su atenci¨®n. Curiosamente, las gracias se han de dar despu¨¦s del punto anterior y no antes¡ aunque pensemos que somos descorteses.
La tercera clave que nos ayuda a hablar en p¨²blico es la autoridad, y esta se consigue con las palabras y con el lenguaje no verbal. La mejor manera de reducir los nervios es estudiando lo que se va a explicar. Pero las emociones y nuestra personalidad se perciben cuando hablamos delante de otras personas. Nuestras inseguridades o dudas se expresan con gestos, de los cuales no siempre somos conscientes. Por eso, a la hora de prepararnos para algo importante, tambi¨¦n necesitamos trabajar en la seguridad en nosotros mismos. M¨®nica Gal¨¢n lo resume del siguiente modo: si quieres hablar bien en p¨²blico, tendr¨¢s que pensar bien en privado.
El valor es otro de los elementos esenciales que necesitamos trabajar. Debemos aportar algo a las personas que nos escuchan, porque el tiempo es preciado pero la atenci¨®n, mucho m¨¢s. Para conseguir enganchar, una recomendaci¨®n es narrar historias. As¨ª aprendimos de peque?os y seguimos haci¨¦ndolo como adultos, o como dicen James Carville y Paul Begala, dos relaciones p¨²blicas de la Casa Blanca: ¡°Si no comunicas con historias, no comunicas. Los hechos hablan, pero las historias vencen¡±.
Y por ¨²ltimo, la ovaci¨®n, que significa un cierre inolvidable. Aqu¨ª existen varias posibilidades: un cierre emocional con una historia en primera persona; una repetici¨®n de un primer mensaje como en el famoso discurso de Martin Luther King ¡°I have a dream¡± (tengo un sue?o). Tambi¨¦n podemos cerrar con un proverbio o una cita famosa¡ Es decir, necesitamos terminar con un mensaje que quede en la mente de quien lo escucha.
Hablar en p¨²blico puede ser maravilloso si uno se siente preparado y pone en pr¨¢ctica varias herramientas. La buena noticia es que se puede entrenar y adaptar a la personalidad de cada uno, porque, como dijo Voltaire, ¡°todos los estilos son buenos, menos el aburrido¡±.
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