Ser aut¨®nomo perjudica seriamente la salud mental
Trucos para que la vida 'freelance' no le destroce los nervios. De la cartera, se encarga usted
El freelance: ese afortunado trabajador que puede currar en pijama o mientras guisa, sin pegarse madrugones para ir a una oficina perif¨¦rica, que puede decidir sus propios horarios y tomarse d¨ªas libres a placer. La buena vida. Pero tambi¨¦n hay inconvenientes, claro est¨¢: inestabilidad, alta cuota de aut¨®nomos, tarifas bajas, vacaciones no pagadas e ingresos fluctuantes. Vivir en la cuerda floja. Lo que no se se?ala tanto son los peligros que este tipo de actividad supone para el bienestar mental y la vida cotidiana de estos surfistas del mercado laboral. La libertad es muy dura, y viene acompa?ada de la procrastinaci¨®n, la mala gesti¨®n del tiempo, el sedentarismo, la ansiedad, la apat¨ªa, el miedo. ?C¨®mo superarlos?
De la peligrosidad del trabajo aut¨®nomo (que supone alrededor de un 19% de la poblaci¨®n ocupada: 3.100.000 personas, aproximadamente) da cuenta un estudio del hospital de Bellvitge (Barcelona), publicado el pasado enero. Los investigadores encontraron que el factor m¨¢s directamente asociado con la toma de una baja de larga duraci¨®n por problemas de salud mental (de ansiedad a esquizofrenia) es el r¨¦gimen laboral: los aut¨®nomos tienen el doble de posibilidades de necesitarla. ?Por qu¨¦? El estudio no investig¨® las causas, pero los psiquiatras lo achacan, especulativamente, a la mayor vulnerabilidad de estos profesionales y tambi¨¦n a que tienen una prestaci¨®n econ¨®mica menor (los que la tienen) y esperan al ¨²ltimo momento para coger la baja, cuando la enfermedad ya se ha agravado.
No deje para ma?ana¡
De entre todo lo que puede suceder dentro de la cabeza de un freelance, uno de los problemas fundamentales es la procrastinaci¨®n: la tendencia a dejar para ma?ana (o m¨¢s tarde) lo que podemos hacer hoy (o ahora mismo). Las distracciones cada vez son m¨¢s: las redes sociales, los videojuegos, la prensa digital, la nevera, la tele, el bar. ?Total, somos nuestros propios jefes! Pero la procrastinaci¨®n no es ninguna broma: hay quien deja su visita al m¨¦dico siempre para el d¨ªa siguiente y, cuando finalmente acude, su enfermedad ya se ha vuelto grave, o irreversible, como se?ala Piers Steel en su libro Procrastinaci¨®n (Debolsillo).
El ser humano es m¨¢s tendente a aprovechar una recompensa a corto plazo (como mirar las redes sociales y salir a fumar) que a largo plazo (como acabar el trabajo y cobrar a fin de mes)
¡°Cuando procrastinamos la conciencia se queda machacando y vivimos inmersos en un continuo malestar¡±, dice el psic¨®logo cl¨ªnico Fernando Azor, director de Gabinetedepsicologia.com. El ser humano es m¨¢s tendente a aprovechar una recompensa a corto plazo (como mirar las redes sociales y salir a fumar) que a largo plazo (como acabar el trabajo y cobrar a fin de mes), as¨ª que siempre encontramos explicaciones racionales para dejar las cosas para luego. ?Qui¨¦n no se ha puesto a limpiar la casa en vez de a terminar la labor?
¡°Fundamentalmente hay varias razones para procrastinar: el exceso de perfeccionismo, el miedo y la inseguridad, y el tener que hacer cosas que realmente no deseamos. Son tres factores que nos paralizan¡±, explica Azor. El ant¨ªdoto: ¡°la renuncia correcta¡±, seg¨²n el psic¨®logo. Es decir, renunciar a hacer demasiadas cosas en un d¨ªa o a ser demasiado perfeccionista. Hay otros consejos: hacer listas de objetivos diarios, priorizar las tareas m¨¢s importantes, eliminar distracciones (desactivando las redes sociales, por ejemplo) o, sobre todo, tener expectativas realistas: no proponerse hacer m¨¢s cosas de las que realmente podemos hacer en un d¨ªa, postura que aboca al fracaso, la frustraci¨®n y el desencanto. Lo m¨¢s costoso es romper la barrera mental del minuto uno: lo dif¨ªcil es ponerse. Una vez haya comenzado usted a trabajar las cosas transcurrir¨¢n m¨¢s fluidamente.
No tema al futuro
Los freelance suelen vivir agarrados, porque siempre vienen curvas. La carga de trabajo fluct¨²a: hay d¨ªas sin nada que hacer y d¨ªas en los que no se da abasto. En las temporadas en las que el trabajo escasea, el freelance piensa que el futuro viene muy negro, cuando hay picos de trabajo el freelance se llena de optimismo¡ y estr¨¦s.
Una vez m¨¢s la soluci¨®n est¨¢ en organizarse correctamente. ¡°De nuevo hay que acudir a la renuncia¡±, dice Azor, ¡°los aut¨®nomos suelen aceptar todos los trabajos que se les ofrecen, porque el trabajo en el futuro no est¨¢ asegurado. Pero a veces hay que reconocer que estamos al l¨ªmite y renunciar¡±.
Una forma obvia y buena de enfrentar esa inestabilidad, ese miedo al futuro laboral, es el ahorro. Con un buen colch¨®n econ¨®mico todo se ve de otra manera. As¨ª que aproveche esas temporadas de desenfreno para ir llenando la hucha.
Es importante, para frenar la ansiedad galopante, aprender a desconectar. ¡°Los aut¨®nomos suelen estar siempre pendientes del correo y el tel¨¦fono, porque nunca se sabe cu¨¢ndo puede aparecer un cliente, pero hay que tener horas de desconexi¨®n¡±, dice Azor. Para el cliente es muy bueno que el freelance est¨¦ siempre disponible, pero no tanto para la salud del propio trabajador. As¨ª que aprenda a separar tiempo de ocio y tiempo de trabajo, y no acab¨¦ respondiendo correos electr¨®nicos desde la butaca del cine o acabando un proyecto de madrugada. Por lo dem¨¢s, conviene combatir los nervios como cualquier hijo de vecino: con buena alimentaci¨®n, ejercicio f¨ªsico (el gimnasio adem¨¢s de proporcionarnos b¨ªceps contundentes, ayuda a salir de casa), reduciendo el consumo de alcohol y practicando yoga o meditaci¨®n, seg¨²n dictan los expertos consultados.
Salga de su jaula
"Esto es como mi segunda casa", afirma el escritor y periodista Eduardo Laporte, sentado en una mesita de la librer¨ªa-caf¨¦ La Fugitiva, en Madrid. "Si, como aut¨®nomo, me quedase todo el d¨ªa en la m¨ªa, acabar¨ªa hablando con las plantas. Paso en estos sitios alrededor de un tercio de mi vida laboral¡±.
Muchos trabajadores aut¨®nomos tienen la oficina a escasos cinco metros de su cama: los que van del dormitorio a la mesa del comedor. Trabajar en casa puede ser fant¨¢stico, pero tambi¨¦n harto complicado. Los individuos que van a una oficina se ven obligados, cada ma?ana, a ducharse, acicalarse y tomar un medio de transporte hasta llegar a su puesto: en ese momento ya han aceptado que es la hora y el lugar de trabajar. Pero si uno se afana en casa, ?c¨®mo se detecta que ha llegado el momento de arrancar, si seguimos adormilados en el sof¨¢ con la lega?a puesta y la mirada perdida en el informativo matinal?
Las soluciones son varias: desde ducharse y vestirse como si fu¨¦ramos a una oficina (cosa, reconozc¨¢moslo, poco realista) hasta salir a desayunar fuera o ir al gimnasio. Al regreso a casa ya lo tendremos claro: ahora s¨ª es hora de currar.
Lo que est¨¢ realmente en boga es trabajar fuera de casa. La opci¨®n cara es apuntarse a un espacio de coworking de los que ¨²ltimamente proliferan por doquier. Adem¨¢s de obligarse quitarse el pijama y ponerse al tajo, en estos lugares se promete compa?¨ªa (as¨ª el freelance ve que no est¨¢ solo) y las famosas sinergias que hacen que, en el caldo de cultivo del coworking, surjan nuevos y apasionantes proyectos.
La versi¨®n barata, y cada vez m¨¢s popular, es el bar con conexi¨®n a Internet, la que practica el ya citado escritor Laporte y toda una tropa de aut¨®nomos que invade las cafeter¨ªas sedientas de wifi fresco. Existen algunos que ya est¨¢n perfectamente preparados para el trabajo (como La Bicicleta Workplace, en Madrid), donde ofrecen grandes mesas y una potente conexi¨®n a Internet. Algunos establecimientos ya est¨¢n tan en silencio y tan llenos de gente tecleando en ordenadores y tabletas que parecen oficinas m¨¢s que cafeter¨ªas y da reparo hacer demasiado ruido. En ese caso, mantenga un silencio hospitalario y trabaje duro.
Sociabilice y sonr¨ªa
¡°Para un aut¨®nomo el reverso oscuro de la libertad es el caos¡±, escribe el periodista freelance Toni Garc¨ªa en Aut¨®nomos, la gu¨ªa definitiva (Blackie Books). Un libro en el que entre tropecientos consejos sobre facturas, contratos e interacciones diversas con Hacienda, da algunos consejos para la sufrida vida cotidiana. Por ejemplo, la disciplina, el ahorro, el buen manejo de la incertidumbre (¡°mantener la cabeza clara en tiempos convulsos¡±) o la justa competencia: ¡°Intente mantener la competencia en t¨¦rminos leg¨ªtimos: no deje de pedir lo que cree que es justo y no haga nada que no querr¨ªa que le hicieran a usted¡±, recomienda.
Tambi¨¦n la sociabilidad importa, porque trabajar todo el d¨ªa solo y limitar el contacto con otros seres humanos a correos electr¨®nicos y llamadas puede resultar muy triste. Pero, adem¨¢s, porque frecuentar diferentes reuniones sociales y saraos hace al freelance m¨¢s conocido entre su posible clientela y atrae m¨¢s trabajo. ¡°Siempre que le sea posible, obl¨ªguese a pisar la calle (¡) Aprender¨¢ much¨ªsimo sobre c¨®mo funcionan los modernos circuitos de trabajo y conocer¨¢ a personas que le pueden ayudar en un futuro¡±.
Ah, y a?ada siempre una sonrisa, seg¨²n Garc¨ªa: ¡°Esto no le servir¨¢ de nada, pero desconcertar¨¢ al Estado, al director del banco, a su competencia y hasta al vecino. Los aut¨®nomos han de ser desconcertantes, no lo olvide¡±.
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