Una ciudad que nos pertenezca
Es necesario defender los espacios que protejan a la ciudadan¨ªa de un modelo urbano enfocado al turismo que la excluye y precariza
La ciudad es el espacio en el que vive el 80 % de la poblaci¨®n espa?ola. No es un mero decorado, sino el lugar donde los seres humanos tejemos relaciones productivas y afectivas. Por eso estamos obligados, al menos, a pensar en qu¨¦ tipo de ciudad queremos vivir. Actualmente, el modelo que se impone en el Estado espa?ol apuesta de forma implacable por el turismo. Bajo el mantra de la creaci¨®n de empleo, todos los esfuerzos se proyectan en atraer a tantos turistas como sea posible. Plataformas como Airbnb, empresarios hosteleros de ¨¦xito y personalidades de la 'alta cultura' resultan ser los grandes beneficiarios. Como consecuencia de este turismo masificado, las ciudades se convierten en lugares de puro tr¨¢nsito, enfocados al divertimento vacacional de las clases medias europeas.
Un buen ejemplo de este fen¨®meno se encuentra en M¨¢laga. Desde hace alg¨²n tiempo, el centro hist¨®rico de la ciudad ¨Ccompletamente abandonado hasta hace unos a?os¨C ha sido sometido una operaci¨®n est¨¦tica, un barnizado que le otorga la apariencia de ciudad moderna con una amplia oferta cultural. Los diagn¨®sticos que se hacen sobre este fen¨®meno reciben el nombre de gentrificaci¨®n y turistificaci¨®n. La poblaci¨®n malague?a se ve en la necesidad de abandonar sus casas ante la subida de precios de las viviendas causada por la burbuja de los apartamentos tur¨ªsticos. En solo un a?o el n¨²mero de viviendas con este tipo de uso se ha doblado. Adem¨¢s, este modelo provoca un aumento de bares y terrazas ¨Cprivatizando el espacio p¨²blico¨C, y la desaparici¨®n de comercios tradicionales ¨Csustituidos por franquicias de restauraci¨®n¨C. Esto tambi¨¦n tiene como consecuencia que los puestos de trabajos que se crean est¨¦n ligados a la hosteler¨ªa. Es decir, empleos de baja cualificaci¨®n, alta precariedad laboral y temporalidad.
Frente a este modelo que genera desigualdad y precariedad son necesarios espacios que promuevan otro tipo de ciudad. Uno de los m¨¢s significativos es La Casa Invisible, un centro social y cultural, comunitario y autogestionado, ubicado en el mismo centro de la capital malague?a. Adem¨¢s de crear una amplia oferta cultural, es el lugar donde se defiende el derecho a la vivienda. All¨ª se realizan las asambleas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y acuden a reunirse las vecinas y vecinos del reci¨¦n nacido Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de M¨¢laga, surgido para combatir la burbuja del alquiler tur¨ªstico, siguiendo la estela de Madrid y Barcelona. En este lugar se dieron encuentro las personas que formaron la Plataforma contra el CIE de Archidona para protestar contra el racismo institucional. Tambi¨¦n donde se situ¨® el punto de cuidados del centro de la ciudad para la Huelga Feminista del 8 de marzo. La Casa Invisible es un espacio f¨ªsico, pero va m¨¢s all¨¢ de eso. El edificio en s¨ª y su emplazamiento simbolizan la resistencia a un modelo de ciudad que apenas le pertenece a los ciudadanos y en el que estos y sus necesidades son cada vez m¨¢s invisibles. Quiz¨¢ por eso se encuentre en riesgo de desaparecer tras once a?os de existencia.
Resulta significativo que, en una ciudad que pretender ser referente cultural y muse¨ªstico, sea una exposici¨®n de arte la que haya llevado al Ayuntamiento ¨Cdirigido por el Partido Popular con el apoyo de Ciudadanos¨C a ceder a las presiones de la formaci¨®n naranja y a incumplir el acuerdo de cesi¨®n del inmueble que mantiene con la organizaci¨®n desde 2015. A principios de octubre del a?o pasado, cuando el conflicto catal¨¢n alcanzaba sus cotas m¨¢s altas de conflictividad, la Casa Invisible alberg¨® una exposici¨®n art¨ªstica titulada 'La Guerra. Tiempos-espacios de conflicto'. Una bandera espa?ola con forma de horca hizo saltar el esc¨¢ndalo entre el grupo municipal de Ciudadanos, quienes aprovecharon para proponer la salida a concurso p¨²blico del edificio. Entre los autores de la obra se encontraba Santiago Sierra, artista recientemente censurado en ARCO por su obra titulada 'Presos pol¨ªticos'. As¨ª pues, este caso se integra dentro de los ataques a la libertad de expresi¨®n que estamos viendo en los ¨²ltimos tiempos.
Generar debates plurales es un ejercicio democr¨¢tico al que todos los ciudadanos tenemos derecho. En tiempos de censura y discriminaci¨®n, es importante mantener espacios inclusivos donde confluyan diversas problem¨¢ticas. En definitiva, lo que el posible desalojo de La Casa Invisible pone sobre la mesa es la desigual capacidad de los ciudadanos para tomar decisiones sobre el espacio que habitan. Este s¨¢bado se cumplen once a?os de su puesta en marcha, un momento inmejorable para defender no solo un proyecto consolidado que ha demostrado estar al servicio de la ciudadan¨ªa, sino algo m¨¢s. Un modo de vida que permite a todas las personas sin excepci¨®n, habitar la ciudad en lugar de consumirla.
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