Propuesta

Es muy sencillo. Las asociaciones que integran el movimiento feminista, que ha sido capaz de convocar y gestionar una movilizaci¨®n tan imponente, tan exitosa como el pasado 8 de marzo, formar¨ªan una comisi¨®n de mujeres prestigiosas, independientes y con capacidad de liderazgo que se reunir¨ªan con todos los partidos para negociar un programa de m¨ªnimos. Por ejemplo, un permiso de paternidad obligatorio en las mismas condiciones que el permiso de maternidad, una serie de medidas legislativas y sancionadoras para acabar efectivamente con la brecha salarial, la consideraci¨®n de la violencia machista como problema de Estado, con una dotaci¨®n econ¨®mica proporcionada a su importancia, y un programa educativo que instale la memoria y el presente de las mujeres no s¨®lo en los textos, sino tambi¨¦n en las aulas de las escuelas. Teniendo en cuenta que somos la mayor¨ªa de la sociedad, no me parece que sea pedir demasiado. Los partidos aceptar¨ªan incluir o no estas medidas en sus programas electorales y, en el primer caso, se comprometer¨ªan a cumplirlas. La comisi¨®n informar¨ªa a las mujeres espa?olas del resultado de esta negociaci¨®n, para que luego voten en conciencia y en libertad, pero sabiendo lo que se juegan en cada papeleta. Y en el caso, no descartable, de que ning¨²n partido estuviera dispuesto a asumir este programa, no quedar¨ªa otro remedio que fundar un partido nuevo, que trabaje para la consecuci¨®n de la igualdad real. Porque no podemos esperar m¨¢s. Porque el 8 de marzo no ha sido ni el d¨ªa de todos, ni la movilizaci¨®n de todos, ni el triunfo de todos. Porque nuestro ¨¦xito tiene que tener consecuencias, y no podemos consentir que el D¨ªa de la Mujer se convierta en una versi¨®n femenina de San Valent¨ªn. Eso jam¨¢s.