Uber y Cabify: un mejor an¨¢lisis para una mejor regulaci¨®n
Si de verdad queremos mejorar la movilidad de nuestras ciudades, es hora de hacer una evaluaci¨®n m¨¢s completa de las ventajas e inconvenientes de las VTC
Uber y Cabify est¨¢n transformando el transporte urbano, generando en el proceso fuertes resistencias e importantes debates. El regreso de Uber a Barcelona no ha tardado en despertar recelos, y a la leg¨ªtima preocupaci¨®n del sector del taxi se le une la necesidad de configurar adecuadamente la relaci¨®n laboral de los conductores de las compa?¨ªas de arrendamiento de veh¨ªculos con conductor (VTC). Existen adem¨¢s otros posibles inconvenientes de las VTC, pero tambi¨¦n interesantes beneficios. El problema es que nuestra regulaci¨®n parece venir dictada solo por la capacidad de influencia de algunos de los principales grupos afectados, y no por un an¨¢lisis exhaustivo de los pros y contras de las VTC.
Las dos ¨²ltimas decisiones sobre las licencias VTC son buen ejemplo. La Autoridad Metropolitana de Barcelona presidida por Ada Colau acaba de aprobar un reglamento exigiendo a estas compa?¨ªas una licencia municipal para operar (adem¨¢s de la establecida por la ley). Un poco antes, el pasado 29 de diciembre, el Gobierno presidido por Mariano Rajoy limitaba la transmisi¨®n de licencias VTC. Ambas decisiones responden a la sentencia del Tribunal Supremo que abr¨ªa la puerta a m¨¢s licencias VTC, y reflejan la naturaleza de nuestra regulaci¨®n: una combinaci¨®n de decisiones judiciales y sucesivos parches legales de distintas administraciones.
Si de verdad queremos mejorar la movilidad de nuestras ciudades, es hora de hacer una evaluaci¨®n m¨¢s completa de las ventajas e inconvenientes de las VTC, para dise?ar una regulaci¨®n que atienda a las demandas leg¨ªtimas de todos los implicados.
Un an¨¢lisis m¨¢s global de los inconvenientes implicar¨ªa, por ejemplo, evaluar el efecto de estas compa?¨ªas en el tr¨¢fico y el uso del transporte p¨²blico, algo sobre lo que apenas se ha hablado. Este silencio contrasta con el debate que actualmente se est¨¢ viviendo en Estados Unidos, donde varios estudios han analizado esos impactos. En uno de ellos se conclu¨ªa que compa?¨ªas como Uber y Lyft en Nueva York habr¨ªan generado un incremento neto de 31 millones de viajes, 52 millones de viajeros y 600 millones de millas adicionales viajadas en tres a?os.
Prohibir las VTC sin aprovechar las oportunidades que ofrecen ser¨ªa resignarse a lo que tenemos, por miedo a gestionar un futuro mejor
Este aumento del tr¨¢fico ha ido unido a un descenso generalizado en la utilizaci¨®n del transporte p¨²blico. Aunque parte de esta ca¨ªda puede deberse al auge de estas compa?¨ªas, echarles toda la culpa ser¨ªa injusto. Tambi¨¦n cubren rutas a las que no llega el transporte p¨²blico, y ofrecen un servicio que muchos usuarios prefieren. No hay que olvidar que estos servicios se est¨¢n prestando a unos precios muy competitivos, ya que Uber baja precios incluso hasta incurrir en p¨¦rdidas, en una guerra a muerte con Lyft por adquirir las cuotas de mercado que exigen sus modelos de negocio. De momento el consumidor gana, pero el transporte p¨²blico lo nota en el bolsillo.
A diferencia de lo que sucede en EE UU, ciudades como Madrid y Barcelona han visto un incremento del n¨²mero de viajeros en los servicios de autob¨²s y metro urbano en los ¨²ltimos cinco a?os. Por otra parte, el volumen de tr¨¢fico en las calles con m¨¢s circulaci¨®n en Barcelona cay¨® del 2011 al 2015. Tambi¨¦n lo hizo la intensidad media del tr¨¢fico en Madrid entre 2011 y 2016. Poca sorpresa si comparamos la presencia de compa?¨ªas VTC en Madrid o Barcelona con la de ciudades como Nueva York, aunque llegar a conclusiones sobre el impacto de las VTC en Espa?a exige informaci¨®n m¨¢s detallada.
La generaci¨®n de informaci¨®n detallada es uno de los beneficios que precisamente podr¨ªan ofrecer las VTC ¨Ctambi¨¦n los taxis¨C si ponen los datos a disposici¨®n de los ayuntamientos (algo por lo que siguen peleando ciudades en EE UU). Otros posibles beneficios son la explotaci¨®n de servicios compartidos (car pooling) para favorecer un uso m¨¢s eficiente de los veh¨ªculos o el incremento de las oportunidades de transporte para personas de movilidad reducida, edad avanzada o con necesidades m¨¦dicas, como ya sucede en Estados Unidos. Para no renunciar a estos potenciales beneficios, una alternativa a la prohibici¨®n ¨Co limitaci¨®n extrema de licencias VTC¨C ser¨ªa permitir su expansi¨®n progresiva, reduciendo sus potenciales externalidades negativas v¨ªa impuestos (como hicieron en Chicago, donde utilizan esos ingresos para financiar el transporte p¨²blico).
Nuestros pol¨ªticos de momento prefieren la v¨ªa restrictiva, al parecer m¨¢s por presi¨®n pol¨ªtica que por motivos de pol¨ªtica p¨²blica. Si de algo nos sirve la experiencia de Estados Unidos es para concluir que negar los impactos negativos de las VTC ser¨ªa caer en el error del optimismo tecnol¨®gico, pero prohibirlas sin aprovechar las oportunidades que ofrecen ser¨ªa resignarse a lo que tenemos, por miedo a gestionar un futuro mejor.
Fernando Fern¨¢ndez-Monge es fellow de la Bloomberg-Harvard City Leadership Initiative. @FerMongeC.
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