La triste historia del primer maquillador famoso
Kevyn Aucoin lleg¨® a lo m¨¢s alto gracias a estrellas como Whitney Houston. Esta semana se estrena un documental sobre su vida, que tuvo un final tr¨¢gico
Octubre de 1986. El fot¨®grafo Richard Avedon retrata a una joven modelo llamada Cindy Crawford para la portada de Vogue USA. La sesi¨®n de fotos catapult¨® a la maniqu¨ª, que marcar¨ªa una ¨¦poca como una de las supermodelos de los a?os noventa. Detr¨¢s de aquellas im¨¢genes alguien m¨¢s hab¨ªa cumplido un sue?o. Era Kevyn Aucoin, un maquillador nacido de una adolescente y criado en Louisiana (Estados Unidos) por una pareja que lo adopt¨® cuando era solo un beb¨¦. Alcanz¨® la cima de su profesi¨®n con veintipocos a?os, gracias a un lema: Lo importante es la belleza interior. Para Aucoin, el maquillaje solo deb¨ªa servir para ayudar a que una mujer descubriese esa belleza en s¨ª misma. Bajo esa consigna se convirti¨® en uno de los maquilladores de famosos mejor pagados de la historia, y trabaj¨® con centenares de celebridades de la ¨¦poca. Tambi¨¦n era una persona obsesiva con documentar todo, y grab¨® todas y cada una de sus sesiones de trabajo, as¨ª como momentos clave de su vida. Todo ello se recoge ahora en el documental, Beauty & The Beast in Me, que estrena el s¨¢bado 24 de marzo Movistar Plus. Una cinta conmovedora, ya que revela al hombre tras la figura del maquillador, atormentado desde la infancia por su condici¨®n de homosexual, y que justo tras lanzar su propia l¨ªnea de maquillaje enferm¨® y muri¨®.
La carism¨¢tica personalidad de Kevyn Aucoin se forj¨® desde la infancia. A los seis a?os ya sab¨ªa que era gay y se crio en un ambiente traum¨¢tico, marcado por los abusos de sus compa?eros de colegio en un entorno rural del sur de Estados Unidos. Se traslad¨® a Nueva York a principios de los ochenta con solo 18 a?os, y pronto tuvo su gran oportunidad, trabajar junto a Steven Meisel para Vogue. Pas¨® de cobrar 150 d¨®lares por sesi¨®n a 10.000. Por sus manos pasaron Cher, Janet Jackson, Tina Turner o Whitney Houston. Tambi¨¦n Kate Moss, Naomi Campbell, Christy Turlington o Cindy Crawford, con la que hizo otras 18 portadas. Fue el hombre detr¨¢s del look de Gwyneth Paltrow la noche que gan¨® el Oscar a la mejor actriz, y tambi¨¦n se convirti¨® en el maquillador favorito de Oprah Winfrey. Le apasionaba transformar a los famosos en otros, incluso usando pr¨®tesis. Lo hizo con Liza Minelli, a la que convirti¨® en Marilyn Monroe, o a Winona Ryder en Elizabeth Taylor.
Vivi¨® varios a?os con su pareja, Jeremy Antunes, con quien se cas¨® en una ceremonia no oficial en 2000. Un a?o despu¨¦s y justo un mes despu¨¦s de lanzar su propia l¨ªnea de cosm¨¦tica, fue diagnosticado de acromegalia. Un tumor en la pituitaria que ten¨ªa hace a?os sin ser diagnosticado y que le provoc¨® deformidades y fuertes dolores en el rostro y extremidades. Falleci¨® unos meses despu¨¦s, en mayo de 2002, por una insuficiencia hep¨¢tica y renal a causa de la toxicidad del Tylenol. Era adicto a los calmantes que tomaba para mitigar el dolor de su enfermedad. Una semana antes de su muerte, su marido se sent¨® junto a ¨¦l en la cama y le dijo que no pod¨ªa seguir viendo c¨®mo se destru¨ªa. ¡°Te quiero, pero me prometiste que no har¨ªas esto m¨¢s, y no voy a quedarme sentado viendo c¨®mo te matas¡±.
¡°Podr¨ªa pontificar durante horas sobre el genio, talento y versatilidad de Kevyn, pero simplemente dir¨¦ que lo mejor de que te maquillase era que te permit¨ªa pasar tiempo con ¨¦l¡±, dijo Gwyneth Paltrow sobre su amigo. ¡°Perderle ha sido como perder una parte de la naturaleza, se hace dif¨ªcil respirar sin ¨¦l aqu¨ª¡±, declar¨® Sharon Stone. Su gran amiga Tori Amos le rindi¨® un homenaje en su canci¨®n Taxi Ride. Todas las grandes celebridades a las que maquill¨® lamentaron p¨²blicamente su muerte. Tambi¨¦n su familia, que despu¨¦s de su desaparici¨®n apoyaron numerosas causas del colectivo LGTB en su ciudad natal. Hoy su firma de cosm¨¦ticos mantiene vivo su legado. Su obsesi¨®n por inmortalizar cada instante permite ahora disfrutar de archivo impagable de la historia de la moda y belleza de aquellos a?os, adem¨¢s de una lecci¨®n de vida que invita a reflexionar.
S¨ªguenos en Twitter y en Flipboard
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.