Hablemos de seguridad
Hacerse cargo de la seguridad no ser¨¢ posible sin el respaldo de la ciudadan¨ªa
Los desaf¨ªos de seguridad exigen que la sociedad tome clara conciencia de una realidad que nos advierte de m¨²ltiples amenazas: del terrorismo internacional a las pandemias pasando por la ciberguerra, el cambio clim¨¢tico o las injerencias externas, entre otras. Un denominador com¨²n de todas estas amenazas es la complejidad de los fen¨®menos que las impulsan y la dificultad creciente que encuentran los Estados para hacerles frente.
En este contexto, los europeos vamos asumiendo, no sin resistencias, la importancia que tiene hacernos cargo de nuestra propia seguridad. Se trata de una necesidad que hemos apreciado tras comprobar c¨®mo las amenazas materializadas en territorio europeo no siempre resultan coincidentes con las que perciben como propias nuestros aliados. Tambi¨¦n ha ayudado en este proceso de toma de conciencia escuchar al Presidente Obama, desde su correcci¨®n diplom¨¢tica, invitarnos a asumir un compromiso m¨¢s exigente en la OTAN para, tiempo despu¨¦s, asistir a una bater¨ªa de declaraciones de Donald Trump con la misma intencionalidad, aunque hayan sido otras las formas utilizadas.
Parece claro que cuando se trata de cuestiones de seguridad, los Estados debemos considerar m¨²ltiples estrategias, de naturaleza civil y militar, que debemos consensuar en el plano nacional; sin ignorar que una buena parte de las decisiones son el resultado de compromisos adoptados en el marco de estructuras supranacionales de las que formamos parte, como es el caso de la OTAN. En este mismo sentido, resulta particularmente interesante subrayar los ¨²ltimos avances de la Uni¨®n Europea en seguridad y defensa a trav¨¦s de la puesta en marcha de una "cooperaci¨®n estructurada permanente" de la que Espa?a es parte junto al resto de Estados miembros de la Uni¨®n, salvo Dinamarca y Malta. De hecho, si bien la seguridad ha estado presente en la agenda pol¨ªtica desde los or¨ªgenes del proyecto europeo, s¨®lo un contexto como el propiciado por el Brexit ha permitido superar las cl¨¢sicas resistencias estatales y facilitar la consecuci¨®n de los acuerdos pertinentes para el dise?o de una pol¨ªtica de seguridad y defensa de la Uni¨®n con cierta ambici¨®n.
No es el momento de detenerse en aspectos t¨¦cnicos sobre la cuesti¨®n. Basta con subrayar que convertir en realidad la voluntad de los europeos de hacerse cargo de su seguridad no ser¨¢ posible sin contar el respaldo de la ciudadan¨ªa, especialmente en decisiones relevantes como la que representa la definici¨®n de las capacidades militares requeridas. Hacer de la seguridad un compromiso de todos exige articular un debate abierto y en profundidad en el que se ofrezcan las explicaciones pertinentes sobre la seguridad que queremos, la seguridad que necesitamos y los recursos que podemos comprometer para garantizarla. No es un debate c¨®modo, pero quien ostenta la m¨¢xima responsabilidad pol¨ªtica tiene la obligaci¨®n de facilitarlo sin demora. No hacerlo es una irresponsabilidad cuyas consecuencias se percibir¨¢n en un futuro cercano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.