El motivo por el que nos cuesta conseguir nuestros sue?os
Si un sue?o no nos inspira ni nos pone las pilas, se queda en mera fantas¨ªa
Todos tenemos sue?os, pero no siempre los alcanzamos. Tanto es as¨ª que, por ejemplo, de los objetivos que nos planteamos a comienzo de a?o, tan solo conseguimos el 12%, seg¨²n Richard Wiseman, de la Universidad de Hertfordshire en Reino Unido. Los motivos son muchos. Por un lado, porque nos come el d¨ªa a d¨ªa, porque no tenemos recursos o por cualquier otra excusa. Por otro lado, existe una raz¨®n m¨¢s silenciosa de fondo: porque confundimos los sue?os con las fantas¨ªas o con los meros deseos.
Nuestra fantas¨ªa podr¨ªa ser ir a dar la vuelta alrededor del mundo, perder peso o estudiar medicina, sin plante¨¢rnoslo realmente. Pensarlo nos sirve como evasi¨®n y nos entretiene. Una fantas¨ªa tambi¨¦n act¨²a como un bal¨®n de ox¨ªgeno. Cuando estamos cansados, el mero hecho de imaginarnos en una playa paradis¨ªaca en las ant¨ªpodas nos alivia de los d¨ªas dif¨ªciles. El objetivo real no es tomar el avi¨®n y desaparecer, sino sencillamente distraer a nuestra mente con los cocoteros de una posibilidad remota. Igualmente, tienen un efecto directo sobre la motivaci¨®n. Seg¨²n un estudio de la Carnegie Mellon University, el mejor d¨ªa de la semana es el viernes (algo que m¨¢s de uno ya sab¨ªa sin demasiadas investigaciones). Sin embargo, el argumento que aporta este estudio es interesante: preferimos los viernes a los domingos porque disfrutamos m¨¢s de la anticipaci¨®n que de la realizaci¨®n. Aunque los viernes trabajemos, suponen la l¨ªnea de salida del fin de semana, que es lo opuesto a lo que ocurre el domingo. Ese d¨ªa no solemos trabajar, pero es la v¨ªspera del lunes. Por ello, la fantas¨ªa se queda en la simple anticipaci¨®n de un acontecimiento que nunca vas a molestarte en conseguir, aunque lo verbalices a tus amigos o a ti mismo. Un sue?o, sin embargo, es diferente.
Los sue?os que realmente importan y que cambian nuestras vidas son aquellos que nos inspiran y que nos ponen las pilas. Cuando tenemos el sue?o de cambiar de trabajo o de ir a un safari en ?frica, por ejemplo, nos leemos todos los anuncios de b¨²squeda de empleo o todos los cat¨¢logos de viajes que caen en nuestras manos. Son capaces hasta de molestar, porque no hay manera de quit¨¢rselos de la cabeza ni de las conversaciones. Nos llevan al esfuerzo, a dejarnos la piel para conseguirlos y no se contentan con el pensamiento o con la anticipaci¨®n, como sucede con las fantas¨ªas.
Dicho todo lo anterior, si hici¨¦ramos un listado de nuestros sue?os, ?cu¨¢ntos nos llevan a la acci¨®n y cu¨¢ntos se quedan en meros deseos? Necesitamos diferenciarlos previamente para no frustrarnos. Si fu¨¦ramos capaces de distinguirlos, seguramente la cifra del 12% aumentar¨ªa algo m¨¢s, porque ser¨ªamos m¨¢s honestos con nosotros mismos. Tambi¨¦n reducir¨ªamos frustraciones. Si en realidad, no estamos interesados en hacer deporte o en ponernos a dieta, ?para qu¨¦ vamos a tenerlos en cuenta cuando son fracasos a priori?
En definitiva, los sue?os nos ayudan a avanzar y a crecer como personas. No tienen por qu¨¦ ser grandiosos. Un buen sue?o puede ser pasar los d¨ªas dif¨ªciles con una bonita sonrisa. O pueden ser m¨¢s ambiciosos, como aspirar a un mejor puesto de trabajo o a una relaci¨®n de pareja m¨¢s saludable. Pero, sea lo que sea, si no nos lleva a la acci¨®n, si no nos incomoda porque nos supone esfuerzo y si no nos inspira, posiblemente estemos cayendo en los brazos de las fantas¨ªas o de los meros deseos. No suceder¨ªa nada si fuera as¨ª, pero al menos, reconozc¨¢moslo de partida para evitar frustraciones y ser conscientes de ello cuando hagamos el listado de nuestros sue?os incumplidos.
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