Abreu s¨ª
Un cargamento de instrumentos musicales para ni?os y partituras recopiadas en papel barato se han convertido en el armamento de una revoluci¨®n verdadera
En los ¨²ltimos tiempos casi todos los esfuerzos propagand¨ªsticos est¨¢n puestos en la autoadulaci¨®n. Es f¨¢cil abandonar las redes sociales cuando percibes en ellas un desmesurado empe?o por propagar las virtudes propias. A m¨ª me ense?aron de peque?o que eso era un s¨ªntoma de mala educaci¨®n. Porque el esfuerzo ha de estar puesto en hacer y no decir, el autoelogio no pasa de ser la epopeya de los mastuerzos. En tiempos oscuros donde el inter¨¦s por los otros es sepultado por el selfie, destacan las acciones eficaces de quienes sirven a los dem¨¢s con el hincapi¨¦ en un rasgo muy sencillo: mejorarles la vida. Jos¨¦ Antonio Abreu muri¨® este fin de semana, pero deja a los venezolanos el orgullo de haber parido un h¨¦roe contempor¨¢neo.
Con su rara mezcla de economista y m¨²sico, Abreu fund¨® el ya ic¨®nico Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela. Su meta era dignificar la vida de los ni?os condenados a la pobreza a trav¨¦s del orgullo cultural y art¨ªstico. Se trataba de, all¨¢ donde unos prometen dinero o armas, las dos caras de una misma estafa, entregar instrumentos musicales y acompa?arlos de clases intensivas para permitir que los talentos se desarrollaran sin limitaciones. El resultado han sido varias generaciones de virtuosos escapados de la humillaci¨®n absoluta que es la pobreza. M¨¢s humillante a¨²n en territorios donde la desigualdad permite la convivencia irremediable de enormes fortunas pornogr¨¢ficas al lado de miserias insultantes. Abreu convenci¨® al mundo de que los recursos gastados en cultura y ense?anza art¨ªstica revert¨ªan en la riqueza nacional a trav¨¦s del progreso humano, y dej¨® en evidencia el circuito cerrado que perpet¨²an el dinero p¨²blico malgastado y la corrupci¨®n.
Dos semanas atr¨¢s vi en Bogot¨¢ a Gustavo Dudamel dirigir con una sonrisa de iron¨ªa venezolana a la muy uniforme y nada multicolor Orquesta Filarm¨®nica de Viena en una interpretaci¨®n de la Cuarta de Tchaikovski. Es Dudamel uno de los triunfos personales de Abreu, y es quiz¨¢ su sonrisa al mando de una instituci¨®n cultural tan relevante la declaraci¨®n de una anomal¨ªa. Porque no deja de ser una anomal¨ªa que, entre tantas grandilocuencias inanes, un cargamento de instrumentos musicales para ni?os y partituras recopiadas en papel barato se hayan convertido en el armamento de una revoluci¨®n verdadera. Que en los ¨²ltimos a?os haya crecido la indiferencia hacia la pobreza y el rechazo a los refugiados procedentes de pa¨ªses en conflicto significa el fracaso de las recetas tecnol¨®gicas que fomentan la adulaci¨®n y la egolatr¨ªa. La muerte de Abreu es un reto para quienes apuestan por un futuro de hechos y no de poses.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.