Europarlamento antieuropeo

Poco alarmada parece Europa ante la posibilidad, muy real, de tener un Parlamento antieuropeo en un a?o. Hasta ahora, que euroesc¨¦pticos como Nigel Farage o Marine Le Pen ocuparan esca?os en el Europarlamento, era una mera an¨¦cdota. Pero en las elecciones de mayo de 2019 los populistas de izquierda y derecha, bajo los auspicios de Rusia, pueden formar un bloque que garantice que en Bruselas haya cinco a?os de caos. Mosc¨², por su parte, ha visto las grandes oportunidades que ese caos le reporta. Su maquinaria tecnol¨®gica de injerencia ha ayudado a desestabilizar, entre otros, al Reino Unido del Brexit, la Italia de la Liga y la Espa?a de la crisis independentista catalana. En la reciente victoria electoral de Vlad¨ªmir Putin ha sido crucial demostrar que al fin y al cabo en Rusia las cosas no est¨¢n tan mal, viendo la situaci¨®n en que se hallan Europa y Estados Unidos.

A pesar de las claras se?ales de actividad desinformativa rusa en todo el continente, la Comisi¨®n Europea se resiste a legislar para proteger el hasta ahora sagrado ejercicio de unas elecciones libres. Y nada, absolutamente nada, parece indicar que el Kremlin vaya a dejar pasar la oportunidad de llevar el caos a Bruselas. Ser¨ªa la mayor victoria de Putin sobre los valores occidentales.

Esta no es solo una cuesti¨®n de noticias falsas. El problema es mucho m¨¢s amplio y grave. Los malos titulares y la manipulaci¨®n han existido siempre. El problema es de escala. Hoy las mentiras se distribuyen en cantidades industriales, usando la tecnolog¨ªa para manipular los algoritmos de las plataformas sociales y enga?ar a los ciudadanos con una realidad alternativa de problemas exacerbados que requieren medidas radicales. Los medios rusos han retratado una Italia y una Alemania desbordadas por los delitos de los refugiados, un Reino Unido devorado sin piedad por Bruselas y un Estado espa?ol represor que ha anulado la voluntad un¨¢nime de todos los catalanes.

Todas estas mentiras han sido recogidas por medios financiados por el Kremlin como RT o Sputnik, con m¨¦todos de dudosa ¨¦tica period¨ªstica. Posteriormente, sus mensajes han sido amplificados con la interacci¨®n de centenares de miles de cuentas durmientes en redes sociales, activadas para cada campa?a que le convenga al Kremlin. Aprovechan que hoy los europeos no se informan principalmente a trav¨¦s de diarios, radio o televisi¨®n, sino por medio de sus m¨®viles. En Internet, esos medios rusos compiten sin trabas y en igualdad de condiciones con las cabeceras m¨¢s respetadas, acostumbradas a comprobar hechos y rendir cuentas.

Hoy las mentiras se distribuyen en cantidades industriales, usando la tecnolog¨ªa para manipular los algoritmos de las plataformas sociales

De momento, s¨®lo ha tomado medidas al respecto la comisaria de Econom¨ªa y Sociedad Digital, la b¨²lgara Mariya Gabriel. Tras encargar un informe a un grupo de expertos independientes, formular¨¢ una serie de recomendaciones a final de mes. La propia comisaria ha planteado la necesidad de que las plataformas tecnol¨®gicas sean m¨¢s transparentes con respecto a sus algoritmos, sin perjudicar sus derechos de propiedad intelectual. Pero de momento, carece de los apoyos necesarios, dentro y fuera de la Comisi¨®n, para aprobar medidas vinculantes, adem¨¢s de recomendaciones y programas educativos.

?Qu¨¦ medidas? Es cierto que la desinformaci¨®n, muy nociva, no es necesariamente ilegal. Se trata de un terreno complejo, en el que es necesario preservar la libertad de expresi¨®n y opini¨®n. Pero se requiere m¨¢s transparencia. Estas son s¨®lo algunas ideas: primero, que los medios de agitaci¨®n del Kremlin se identifiquen como tales como sucede en EE?UU. Segundo, las plataformas deben saber si las est¨¢n manipulando para viralizar informaciones falsas y deben informar a las autoridades electorales de ello. Tercero, esas empresas deben ser menos opacas, y permitir un acceso m¨¢s amplio a su interfaz de programaci¨®n de aplicaciones, algo que a los medios nos ayuda a identificar las manipulaciones malintencionadas. Y cuarto, las grandes redes sociales y plataformas de Internet deben ser tan responsables de los contenidos que publican como lo somos los medios de comunicaci¨®n.

La Comisi¨®n Europea ha demostrado que es capaz de aprobar medidas en este campo. El 25 de mayo entra en vigor el nuevo Reglamento de Protecci¨®n de Datos, aprobado en 2015, que restringir¨¢ considerablemente qu¨¦ informaci¨®n pueden guardar las redes sociales y otras plataformas de Internet. Si la Comisi¨®n, el Consejo y el Parlamento fueron capaces de ponerse de acuerdo con nuevas normas de privacidad para las empresas tecnol¨®gicas, ?por qu¨¦ no para impedir que se les utilice para da?ar directamente los pilares de la democracia en su propia cuna?

? Lena (Leading European Newspaper Alliance)