Victoria Hohenlohe, 21 a?os y 43 t¨ªtulos nobiliarios
La heredera del ducado de Medinaceli es la mujer espa?ola con m¨¢s distinciones de nobleza y pertenece a una de las casas con m¨¢s tradici¨®n nobiliaria del pa¨ªs
Victoria Hohenlohe estudia Relaciones Internacionales en el Instituto de Empresa de Madrid, comparte piso con una amiga y viste con la despreocupaci¨®n caracter¨ªstica de cualquier chica joven de 21 a?os. Quien la vea pasear por la ciudad con las bolsas ¨¦tnicas en las que lleva sus libros, dif¨ªcilmente podr¨¢ llegar a imaginar que muy pronto se convertir¨¢ en la mujer espa?ola con m¨¢s t¨ªtulos nobiliarios.
Aunque en la actualidad tener estos sellos de raigambre no conlleva privilegios legales o fiscales y solo aporta los que quiera otorgarles la sociedad en cada momento, Victoria Hohenlohe tuvo claro desde que su padre falleci¨® en agosto de 2016 a causa de un c¨¢ncer, que no renunciar¨ªa a la herencia de sus antepasados. Un legado que conlleva posesiones inmobiliarias donde se llevaron a cabo encuentros y haza?as que forman parte de la historia de Espa?a, pero tambi¨¦n la responsabilidad de llevar sobre los hombros el peso de distinciones que se remontan a siglos de tradici¨®n familiar.
Porque una parte de la herencia que recibe Victoria Hohenlohe no se entiende sin atender al prolijo ¨¢rbol geneal¨®gico de su progenitor, Marco Hohenlohe-Landgenburg, heredero del ducado de Medinaceli, t¨ªtulo con Grandeza de Espa?a que da nombre a una de las casas nobiliarias con m¨¢s tradici¨®n y boato del pa¨ªs, descendientes del rey Alfonso X El Sabio.
Cuando la joven todav¨ªa lloraba su muerte reclam¨®, a finales del verano de 2016, los t¨ªtulos que ya pose¨ªa su progenitor y se subrog¨® en una solicitud que su padre interpuso en 2014 para sumar a su ducado de Medinaceli, otros 38 expedientes nobiliarios, nueve de ellos con grandeza de Espa?a que pertenecieron a su abuela, Victoria Eugenia Fern¨¢ndez de C¨®rdoba. La titularidad de algunos de ellos estaba en litigio desde que el tio abuelo de Victoria, el duque de Segorbe, solicit¨® en marzo de 2015 la sucesi¨®n de 20 de ellos, cuyos derechos hab¨ªa reservado su sobrino Marcos con anterioridad.
Una situaci¨®n que se remonta a a?os atr¨¢s, cuando en 2006 la ley de la nobleza equipar¨® los derechos de la mujer con los de los varones en la sucesi¨®n de t¨ªtulos y priv¨® al duque de Segorbe de una herencia, que daba por supuesta, en favor de su hermana mayor, Ana, abuela de Victoria. Ella muri¨® un a?o antes que su propia madre y nunca recibi¨® los t¨ªtulos de la discordia que recayeron directamente en Marco Hohenlohe, su primog¨¦nito.
La joven heredera, a quien la legislaci¨®n va dando la raz¨®n y concediendo un t¨ªtulo detr¨¢s de otro, se ha criado en Munich durante a?os bajo la tutela de su madre, Sandra Schmidt-Polex, que estuvo casada con Marco Hohenlohe desde 1996 hasta 2004 cuando la pareja se divorci¨® y ella regreso a vivir a su ciudad de origen junto a sus hijos. A pesar de esta separaci¨®n f¨ªsica tanto Victoria como su hermano Alexander pasaban las vacaciones en Espa?a con su padre y en concreto ella siempre ha sentido un fuerte v¨ªnculo con el pa¨ªs. Cualquier momento era bueno para escaparse a la casa de Pilatos, en Sevilla, donde viv¨ªa su padre. Con ¨¦l ten¨ªa esa afinidad que va m¨¢s all¨¢ de los v¨ªnculos de sangre y con ¨¦l estuvo durante los ¨²ltimos meses de su vida, cuando se agrav¨® el c¨¢ncer que padec¨ªa y que fue la causa de su muerte cuando solo contaba 54 a?os.
Marco Hohenlohe sufri¨® un grave accidente de moto al poco tiempo de casarse con la madre de Victoria del que le quedaron importantes secuelas de por vida, pero los que le conocieron hablan de su gran humanidad y sentido del humor. De ¨¦l recibi¨® Victoria los secretos, la historia y las tradiciones de la familia, aunque lo que no pudo hacer por su t¨ªmida hija fue ense?arle a sobrellevar el inter¨¦s medi¨¢tico que iba a perseguir a una joven que preferir¨ªa poder pasar desapercibida.
Responsable de un legado con peso hist¨®rico
Enumerar los 43 t¨ªtulos que recaen en Victoria Hohenloe puede resultar tan mon¨®tono como innecesario en este contexto. M¨¢s importante es resaltar que tambi¨¦n recibe otra misi¨®n a la que su padre se dedic¨® durante sus ¨²ltimos a?os de vida en calidad de patrono de la Fundaci¨®n Casa Ducal de Medinaceli: describir, catalogar y preservar su archivo hist¨®rico. Y hacer lo mismo con los palacios ¡ªentre los que se encuentra el Hospital Tavera en Toledo, la Casa de Pilatos en Sevilla o el Palacio de Oca, en Pontevedra¡ª e importantes colecciones de arte que pertenecen a la familia y que controla la Fundaci¨®n, cuyo presidente es Ignacio de Medina, duque de Segorbe, y en la que tambi¨¦n participan su t¨ªos, Pablo y Flavia Hohenloe.
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