El agujero

Se llama agujero negro a una estructura masiva del universo, que engulle planetas, estrellas, galaxias, y deja como ¨²nico rastro de su existencia un murmullo remoto en forma de radiaci¨®n semejante al lamento que emiten los torturados antes de morir. Es exactamente lo que sucede ahora con el Gobierno. Debido a la falta de impulso pol¨ªtico del presidente Rajoy, el poder ejecutivo, al perder masa y por tanto fuerza de atracci¨®n, ha dejado de ser el centro gravitatorio del sistema y se ha precipitado en el agujero negro del poder judicial, que frente al desaf¨ªo del soberanismo catal¨¢n ha tomado las riendas del Estado para evitar su desintegraci¨®n. Hoy son los jueces y fiscales los que realmente dirigen la pol¨ªtica a trav¨¦s del C¨®digo Penal ante la par¨¢lisis del Gobierno, hasta el punto de que el Tribunal Constitucional deber¨ªa instalarse de una vez en La Moncloa. Pero los jueces son como los balones de rugby. Nunca sabes a ciencia cierta de qu¨¦ lado van a botar. El poder judicial es un oscuro laberinto lleno de sutiles entresijos que sirven unas veces para escabullirse, pero otras act¨²a como un inexorable martillo pil¨®n sin reparar en las consecuencias pol¨ªticas m¨¢s all¨¢ de la justicia. As¨ª ha botado el Tribunal alem¨¢n de Schleswig-Holstein en el caso de Puigdemont. La precipitaci¨®n del Estado en ese agujero negro solo har¨¢ que el poder judicial por propia inercia gane m¨¢s masa cr¨ªtica cada d¨ªa hasta que finalmente ocupe por entero el vac¨ªo que deje la pol¨ªtica. Primero fueron los titiriteros; luego, los raperos; despu¨¦s, los tuiteros; siguieron los vi?etistas de humor ¨¢cido; m¨¢s tarde, los independentistas catalanes y los republicanos activistas, y al final ser¨¢n triturados en el agujero negro los que levanten la voz y no se dobleguen. Y todo este maldito embrollo por la est¨²pida galbana del Gobierno de no hacer pol¨ªtica como es su deber.

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