Puigdemont a bordo
Nadie le dir¨ªa a un amigo ¡°iba a bordo de mi coche escuchando la radio"
El mal lenguaje period¨ªstico tiende a distanciarse de la manera sencilla de hablar de la gente instruida. Uno de los trucos de columnistas y redactores para tirarse el folio como si fueran de otra estirpe consiste en expresar con exceso todo aquello que se puede decir sin artificio.
Entre esos estiramientos figura la sorprendente querencia hacia la locuci¨®n adverbial ¡°a bordo¡±. El ¨²ltimo ejemplo general se dio con la detenci¨®n de Carles Puigdemont en Alemania. Rara fue la noticia que no incluy¨® oraciones como las siguientes (todas ellas reales): ¡°El dirigente catal¨¢n fue seguido mientras viajaba junto a otras cuatro personas a bordo de un veh¨ªculo Renault Espace¡±. ¡°A bordo del veh¨ªcu?lo en el que intentaba llegar a B¨¦lgica hab¨ªa otras cuatro personas¡±. ¡°La Polic¨ªa Nacional ha ordenado investigar a los dos miembros de la polic¨ªa auton¨®mica catalana que acompa?aban a Puigdemont a bordo del veh¨ªculo¡±. ¡°A bordo iban dos mossos y dos amigos del expresident¡±.
Nadie imaginar¨ªa una conversaci¨®n entre dos conocidos que se dijeran en la calle frases como ¨¦stas: ¡°Ayer me llev¨® mi hermana a casa a bordo de su Opel Corsa¡±. ¡°Iba a bordo de mi coche cuando o¨ª por la radio que hab¨ªan detenido a Puigdemont¡±. ¡°No s¨¦ si ma?ana nos desplazaremos a bordo del coche o a bordo de la moto¡±.
Cu¨¢nto estar¨¢ sufriendo en su rinconcillo la modesta preposici¨®n ¡°en¡±.
La locuci¨®n ¡°a bordo de¡± se usa desde hace siglos para mencionar el interior de una embarcaci¨®n; es decir, de lo que tiene borda o bordo (antiguamente, las lindes de un nav¨ªo). Mucho m¨¢s tarde se extendi¨® a los aviones, igual que gran parte del l¨¦xico marino (¡°embarcar¡±, ¡°proa¡±, ¡°popa¡±, ¡°babor¡±, ¡°estribor¡±, ¡°navegaci¨®n¡±, ¡°borda¡±, ¡°nave¡±, ¡°velocidad de crucero¡±, ¡°bodega¡±¡). Pero la Academia manten¨ªa quieta desde el siglo XVIII la definici¨®n de ¡°a bordo¡± (¡°en la embarcaci¨®n¡±, dec¨ªa simplemente), sin ampliarla a la aviaci¨®n pese a la frecuencia de ejemplos como ¡°estoy a bordo del avi¨®n¡±, ¡°no se puede fumar a bordo de la aeronave¡±, o ¡°los secuestradores siguen a bordo del aparato¡±.
El uso se ci?¨® a barcos y aviones durante muchos decenios hasta que a cierto gabinete de prensa policial le dio en los a?os ochenta por escribir cada dos por tres ¡°los atracadores huyeron a bordo de un coche¡±. Recuerdo haber le¨ªdo con extra?eza oraciones como ¨¦sa en las notas oficiales que llegaban a la Redacci¨®n para dar cuenta de los sucesos madrile?os. La nueva expresi¨®n fue invadiendo los teletipos y los diarios porque algunos redactores la reproduc¨ªan textualmente. Despu¨¦s empezaron a aparecer en los coches los carteles de ¡°beb¨¦ a bordo¡±, copia literal del ingl¨¦s baby on board (hay un beb¨¦ dentro).
La Academia percibi¨® con el tiempo ese uso frecuente (tal vez ese abuso) de ¡°a bordo¡± para los autos, y lo reconoci¨® a partir de la edici¨®n del Diccionario de 2001. En ella se?alaba ya que significa ¡°en una embarcaci¨®n y, por extensi¨®n, en otros veh¨ªculos¡±.
No se precisa cu¨¢les son esos ¡°veh¨ªculos¡± de la extensi¨®n, y por tanto podr¨ªan acogerse a ella todas las personas que dijesen haber viajado a bordo de una bicicleta, o quiz¨¢s a bordo de un patinete. Y tambi¨¦n los dos amigos que acompa?aban a Puigdemont, quienes tendr¨¢n a su alcance alegar que formaban parte de su ¡°dotaci¨®n de a bordo¡±; mientras que los dos polic¨ªas auton¨®micos, lejos de actuar como supuestos c¨®mplices de su fuga, siempre pueden aducir que los hab¨ªan contratado como tripulaci¨®n.
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