?El mani¨¢tico soy yo?
La gente me mira como diciendo: "No te preocupes Joaqu¨ªn sabemos c¨®mo eres y te aguantamos, porque comprendemos que lo haces sin darte cuenta"
Mi mujer, mi m¨¢nager, mis vecinos¡ ¡ªla gentecilla que tengo en derredor¡ª se creen que no me doy cuenta. Sus miradas llenas de condescendencia; sus silencios donde se mezcla la abnegaci¨®n y el fatalismo ¡ªcomo diciendo: No te preocupes Joaqu¨ªn sabemos c¨®mo eres y te aguantamos, porque comprendemos que lo haces sin darte cuenta y porque somos conscientes de que no vas a cambiar¡ª me sacan de mis casillas.
Como si la culpa fuera m¨ªa, como si el mani¨¢tico fuera yo.
Vamos a ver, ?c¨®mo es posible que alguien te llame al m¨®vil y al momento le devuelvas la llamada y ¡°NO ESTE DISPONIBLE¡±? ?C¨®mo es posible? Consecuencia: la pantalla de mi iPhone est¨¢ resquebrajada porque, claro est¨¢, lo estamp¨¦ contra el suelo. Se lo he comunicado a mi m¨¢nager ¡ªya que ¨¦l era el culpable¡ª y me va a comprar uno nuevo, pero¡ ?lo hace resignado, joder! Y eso me fastidia.
Frases como: ¡°Se va a cagar la perrilla por la pata abajo¡±; ¡°tengo un hambre que da calambre¡±; ¡°Rosa y rojo, patada en el ojo¡±; "cada persona es un mundo"; ¡°Eso es como todo¡± o ¡°En fin, Seraf¨ªn¡± No deben ser pronunciadas en mi presencia. Esto no hace falta ni decirlo, pero mis vecinos me han obligado a tener que pornerlo en una nota en el ascensor.
La gente me admira y me adula, para todo el mundo soy ¡°elputoamo¡±, pero al llegar a mi casa eso cambia; es como si mi aura desapareciera: me tratan normal, como a un miembro m¨¢s de la familia ?Os lo pod¨¦is creer? Unas condiciones m¨ªnimas, ?caray! ?solo pido eso! Tampoco es tan dif¨ªcil. A saber:
¡ªProhibido re¨ªr si pap¨¢ est¨¢ meditabundo.
¡ªMi adorado esposo est¨¢ exento de las labores de la casa si estas son penosas.
¡ªEs obligatorio celebrar las ocurrencias de pap¨¢.
¡ªLa armon¨ªa debe reinar en la casa.
¡ªDebo conjuntar bien los colores para que mi adorado esposo no se contrar¨ªe.
En fin, que llevo mucho encima.
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