La burbuja es el alquiler
La distorsi¨®n econ¨®mica amenaza con convertirse en drama social, sobre todo si no se adoptan ya medidas reformistas
La burbuja es siempre financiera. Llega cuando un loco exceso de demanda y calentamiento de precios de un sector, sea de los tulipanes, las tecnol¨®gicas o la vivienda, se traslada a las finanzas.
No estamos ah¨ª todav¨ªa, porque a¨²n no ha enloquecido el sector bancario: La mayor parte de las compras se cubren con ahorro, m¨¢s que con cr¨¦dito. Aunque algunos bancos ya ofrecen cr¨¦ditos hipotecarios por el 100% de la vivienda: supervisores, ?vigilad!
Pero s¨ª apunta una burbuja sectorial. De la vivienda. No tanto de la compra como del alquiler. F¨ªjense, el 80% de los desahucios proviene del impago de alquileres, no de las hipotecas.
La burbuja del alquiler obedece a varias causas. Una, el precio de la vivienda. A¨²n no recupera la locura de 2007 (salvo en el subsector gran lujo), pero se va acercando. Con lentitud, pues los pisos de nueva construcci¨®n (algo m¨¢s de 80.000 visados) apenas alcanzan el 10% de los que se iniciaban en 2008. Pero sin pausa. Esa alza repercute en cascada sobre los precios de alquiler. Basten dos datos: en 2017, el precio de la vivienda terminada subi¨® en 2017 un 17% en Madrid y un 11% en Barcelona.
Dos, esa carrera la animan la demanda exterior, los grandes inversores y las plataformas internacionales: las rentabilidades se elevan a un 10% de la inversi¨®n en algunos segmentos.
Tres, por efecto de la crisis (y de la depresi¨®n salarial), el porcentaje del alquiler (que era nimio) aumenta sobre el de la compra (lo que nos acerca lentamente a la media europea), por lo que es l¨®gico que la litigiosidad se concentre en aquel.
La distorsi¨®n econ¨®mica amenaza con convertirse en drama social, sobre todo si no se adoptan ya medidas reformistas.
Deben ser contundentes. La m¨¢s evidente es la creaci¨®n de un amplio parque dc vivienda p¨²blica en alquiler: no solo porque satisface necesidades inmediatas de los inquilinos, sino, sobre todo, porque contribuye a moderar los precios del mercado.
Despu¨¦s viene la subvenci¨®n p¨²blica a los alquileres (sociales): Espa?a dedica a ello 300 millones anuales; Francia, 6.000.
La tercera medida debiera ser cambiar normas: alargar plazos de los contratos, establecer precios indicativos de referencia.
No hay que destruir el mercado, sino modularlo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.