Lo legal y lo correcto

No todo comportamiento legal merece la simpat¨ªa, la confianza o la adhesi¨®n hacia el autor de dicho comportamiento. Si yo me cruzo en el portal de mi casa, o en el ascensor, con un vecino y lo saludo y no me responde, no est¨¢ cometiendo un acto ilegal, y no merece sanci¨®n penal de ninguna clase. Pero est¨¢ siendo incorrecto, y su conducta genera desconfianza y disgusto. Los pol¨ªticos investigados por presuntas conductas impropias tienen tendencia a alegar que lo que hacen es legal. Es lo que est¨¢ haciendo la presidenta de la Comunidad de Madrid, o Pablo Casado, a prop¨®sito del modo en que obtuvieron t¨ªtulos acad¨¦micos en la Universidad Rey Juan Carlos. O lo que respondi¨® el exdiputado Vicente Mart¨ªnez Pujalte cuando fue interrogado acerca de ciertas pr¨¢cticas econ¨®micas: es legal. Pues bien eso no basta. La legalidad o no de una conducta debe ser determinada por los tribunales de justicia.

M¨¢s informaci¨®n

Opini¨®n | ?Amnist¨ªa curricular! (M¨¢ster de Carnaval)

Cristina Cifuentes renuncia al m¨¢ster, pero culpa a la Universidad de las irregularidades

A un pol¨ªtico se le supone legalidad estricta en todo lo que hace, faltar¨ªa m¨¢s. Pero, al contrario que un particular, un pol¨ªtico, en una sociedad democr¨¢tica, debe suscitar la confianza de los ciudadanos. De muchos y todo el tiempo. Y eso es justamente lo que no consiguen cuando se empe?an en plantearlo ¨²nicamente en t¨¦rminos de legalidad.

Sobre el caso de Cristina Cifuentes, ser¨¢n los jueces quienes dictaminen si se ha cometido una o varias ilegalidades. Pero, aun poni¨¦ndonos en el caso m¨¢s favorable de que sea exonerada por los tribunales de justicia y no se encuentre ning¨²n acto sancionable, cosa que est¨¢ todav¨ªa por ver, el conjunto de circunstancias que han rodeado la obtenci¨®n de su famoso m¨¢ster, o las convalidaciones y tratos de favor de su compa?ero de partido Pablo Casado, configuran un caso claro de conducta incorrecta, que se prevale de una posici¨®n privilegiada para obtener de forma m¨¢s sencilla que el com¨²n de los ciudadanos lo que a estos les cuesta un mayor esfuerzo. Independientemente de su legalidad, son a todas luces conductas impropias que deber¨ªan invalidarles para tareas de representaci¨®n pol¨ªtica. Todos conocemos personas mal educadas, ego¨ªstas o aprovechadas, que se mueven dentro de un marco legal, pero utilizan sus m¨¢rgenes o sus intersticios en su propio beneficio, import¨¢ndoles muy poco nociones como la equidad o la igualdad de oportunidades. No iremos a denunciarlos a los tribunales pero, desde luego, tampoco ser¨¢n personas en las que confiemos. Si en un particular, estas personas suelen suscitar rechazo, en un pol¨ªtico, cuya conducta debe ser m¨¢s escrupulosa en raz¨®n de su posici¨®n, el rechazo es todav¨ªa mayor. Mala se?al es que nuestros representantes insistan en que lo que hacen es legal en lugar de argumentar que es lo correcto.

Cayetano L¨®pez fue rector de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.