Alarma por Alsasua
El Gobierno de Navarra se equivoca gravemente participando en una manifestaci¨®n en favor de los agresores de dos guardias civiles y sus parejas
El lunes comenz¨® en la Audiencia Nacional el juicio contra los ocho presuntos agresores de dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua en octubre de 2016. Es un caso pol¨¦mico, puesto que la fiscal¨ªa ha tipificado la agresi¨®n de terrorismo, castigado con alt¨ªsimas penas, frente a los que minimizan lo sucedido calific¨¢ndolo de ¡°pelea de bar¡±. En torno a este lamentable suceso, sin embargo, hay m¨¢s elementos alarmantes cuya gravedad supera, con creces, la mera discrepancia de opiniones t¨¦cnico-jur¨ªdicas.
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El m¨¢s importante de ellos es la injustificable actitud del Gobierno de Navarra. El Ejecutivo de Ux¨²e Barkos (Geroa Bai, m¨¢s EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra) ha criticado la petici¨®n fiscal, ha elevado su protesta a la Comisi¨®n Europea ¡ªen total desconocimiento del funcionamiento de las instituciones comunitarias¡ª y, lo que es m¨¢s grave, ha convocado y liderado la manifestaci¨®n del s¨¢bado pasado en favor de los agresores. ?Acaso desconoce este Gobierno democr¨¢tico la separaci¨®n de poderes? ?Tiene el Poder Judicial tambi¨¦n la potestad de presionar al Ejecutivo de Barkos como este ha intentado hacerlo justo dos d¨ªas antes del inicio del juicio oral?
Las explicaciones ofrecidas por el propio Gobierno navarro son inconsistentes. ¡°Estuvimos donde deb¨ªamos estar¡±, ha dicho su portavoz Mar¨ªa Solana. Ser¨ªa una explicaci¨®n cre¨ªble si ese mismo Gobierno hubiera apoyado tambi¨¦n la marcha de este martes en favor de las v¨ªctimas de la agresi¨®n. Pero no lo hizo. De modo que el Gobierno navarro ha estado en este caso donde nunca debi¨® estar y sus explicaciones son un insulto a la raz¨®n. Porque una cosa es discrepar de la fiscal¨ªa y otra muy distinta sembrar la duda sobre la independencia judicial, agitar las calles con tal espantajo y tratar a los verdugos como v¨ªctimas, la estrategia mil veces utilizada por el terrorismo etarra y las organizaciones pol¨ªticas y sociales que le dieron y le dan cobertura.
Otro elemento grave, resultado en parte de esa tradicional connivencia oficial con la violencia, es la hostilidad que sufren polic¨ªas y guardias civiles en el Pa¨ªs Vasco y en Navarra. La declaraci¨®n de las v¨ªctimas, corroborada por la polic¨ªa foral, refleja los modos de una sociedad intolerante secuestrada todav¨ªa por la xenofobia y el silencio c¨®mplice. Es un rasgo tr¨¢gico que el Gobierno de Barkos parece estar dispuesto a preservar.
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