Estertores de ETA
La banda pide perd¨®n reivindicando la legitimidad de su ¡°lucha armada¡±
Cualquier paso hacia la disoluci¨®n de ETA ha de ser bien recibido y, sin duda, el comunicado emitido ayer pidiendo perd¨®n a las v¨ªctimas lo es. No ser¨ªa cre¨ªble ese final cuyo anuncio se espera para el primer fin de semana de mayo sin esta previa disculpa. No espere la banda terrorista, sin embargo, el aplauso de esa misma sociedad a la que sus pistoleros amedrentaron durante tantos a?os cuando el arrepentimiento solo brota, y con retraso, de la derrota. En su situaci¨®n, ETA solo est¨¢ en disposici¨®n de pedir clemencia; clemencia sobre todo para sus presos, a los que los obispos vascos y navarros ya han lanzado el primer capote pidiendo el acercamiento de los presos.
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La banda terrorista, que durante d¨¦cadas sembr¨® el terror e impuso su sanguinaria agenda a la sociedad, est¨¢ en sus ¨²ltimos estertores. Diezmada por la implacable y eficaz lucha antiterrorista, tuvo que dejar de matar ya en 2010, entregar las armas el a?o pasado y, ahora, anunciar su pr¨®xima disoluci¨®n. El comunicado de ayer indica que la ¨²ltima banda terrorista en suelo europeo est¨¢ acabada, pero que se aferra a ese tradicional relato suyo en un intento de legitimar su est¨¦ril y cruel existencia.
ETA pide en su comunicado un perd¨®n universal por el da?o infligido y a todas las v¨ªctimas, pero a rengl¨®n seguido menciona a todos los ¡°ciudadanos y ciudadanas sin responsabilidad alguna¡± que han resultado perjudicados por sus acciones. As¨ª, introduce una obscena distinci¨®n entre sus v¨ªctimas como si la mayor¨ªa fueran responsables y/o culpables de los ataques que ellas mismas sufrieron. ETA muere y es de constatar que naci¨® ciega y sigue sin ver. Empe?ada en contextualizar sus fechor¨ªas en el llamado ¡°conflicto¡± con el Estado, ahora se remonta en su comunicado al bombardeo de Gernika de 1937 para hallar el origen de toda esa mort¨ªfera violencia que ejerci¨®, fundamentalmente, durante la joven democracia espa?ola. Al matonismo, ETA siempre sum¨® la incoherencia de sus presuntos planteamientos pol¨ªticos.
Pero es de ley reconocer que el terror que ETA sembraba con metralla y propaganda nacionalista y xen¨®foba ha cautivado ¡ªen gran medida por la fuerza¡ª durante mucho tiempo a una parte de la poblaci¨®n. El comunicado emitido tambi¨¦n ayer por los obispos vascos y navarros es de una importancia capital. Porque entre los graves perjuicios que produce una banda terrorista est¨¢ el silencio y la complicidad que genera en la sociedad que la sufre de cerca. La vasca en particular tiene tambi¨¦n en este sentido una deuda con las v¨ªctimas y los obispos han reconocido ahora p¨²blicamente el aval que dieron al terror con sus ¡°complicidades, ambig¨¹edades y omisiones¡±. El miedo es libre, pero, en efecto, la cobertura eclesi¨¢stica al nacionalismo sanguinario de ETA es una p¨¢gina negra de la historia de la Iglesia cat¨®lica.
ETA nunca debi¨® existir. Llevar¨¢ tiempo olvidar todo el dolor que sembr¨® y reconstruir todo lo que rompi¨®. Con ella se ir¨¢, ojal¨¢ tambi¨¦n, ese relato construido a medida para legitimar sus asesinatos, sus secuestros y sus vulgares extorsiones. En su epitafio pondr¨¢: derrotada por la democracia y por la raz¨®n.
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