Cinco lugares de Espa?a que est¨¢n donde nunca imaginar¨ªas que estaban
Ni todos los palacios ¨¢rabes est¨¢n en Andaluc¨ªa ni todas las dunas de arena en el S¨¢hara
A veces la vista enga?a. O las cosas no son ni lo que parecen ni lo que los clich¨¦s nos han hecho imaginar. Aqu¨ª van cinco localizaciones en Espa?a de las que te sorprender¨¢ saber d¨®nde se ubican. Nada es lo que parece.
?Andaluc¨ªa? No, Zaragoza
El poder musulm¨¢n lleg¨® mucho m¨¢s al norte de lo que estamos acostumbrados a creer. Ahmad Ab¨² Ya?far ibn Hud al-Muqtadir, rey de la taifa de Saraqusta entre 1046 y 1081, durante cuyo mandato lleg¨® a su m¨¢ximo apogeo pol¨ªtico y cultural, mando construir en lo que hoy es Zaragoza una residencia de recreo seg¨²n la tipolog¨ªa constructiva de los palacios omeyas del desierto. El resultado (o lo que nos ha llegado de ¨¦l) es la Aljafer¨ªa, el mejor palacio musulm¨¢n del norte de Espa?a; un soberbio recinto del siglo XI con arquer¨ªas de yesos, arcos polilobulados, estanques llenos de fuentes y flores y salones forrados en m¨¢rmol que en la actualidad acoge a las Cortes de Arag¨®n. Se conserva incluso el mihrab (oratorio) del p¨®rtico norte.
?El S¨¢hara? No, Galicia
Es uno de los paisajes m¨¢s extra?os de Galicia. Un mar de dunas que podr¨ªa haber escapado de una relato sahariano, pero que est¨¢ en la pen¨ªnsula de Barbanza, entre la r¨ªa de Arousa y la de Muros-Noia, en el municipio coru?¨¦s de Ribeira. El parque de Corrubedo comprende la zona de dunas, de unas 9.600 hect¨¢reas de superficie, m¨¢s las cercanas lagunas de Carregal y Vix¨¢n. La duna m¨¢s grande, que a¨²n est¨¢ activa, tiene un kil¨®metro de longitud por 250 metros de ancho y 20 de alto. La vegetaci¨®n se ha adaptado a este suelo arenoso y est¨¦ril e incluye especies tan poco frecuentes en Galicia como el cardo marino o la ammophila.
?Flandes? No, Castilla
Centroeuropa est¨¢ llena de canales navegables que durante siglos facilitaron la navegaci¨®n y con ella el comercio y la prosperidad. Los monarcas de la corte castellana siempre envidiaron esa red fluvial, verdaderas autopistas en comparaci¨®n con la prehist¨®rica red de sendas y caminos de la Castilla profunda por la que era dif¨ªcil y costoso mover las mercanc¨ªas para su exportaci¨®n. En plena Ilustraci¨®n, el marqu¨¦s de la Ensenada, ministro de Fernando VI, convenci¨® a la corte para excavar a pico y pala una red similar que unieran las capitales castellanas con el puerto de Santander. La obra nunca se termin¨® pero nos leg¨® 203 kil¨®metros de canales a¨²n en uso por las provincias de Palencia y Valladolid.
?Marte? No, R¨ªo Tinto
La calificaci¨®n de marciano a un paisaje le viene que ni pintado a las riberas del r¨ªo Tinto, en Huelva. El alto contenido en minerales de hierro confiere a este arroyo andaluz un color rojo caracter¨ªstico que le ha hecho famoso en todo el mundo. Incluso la NASA ha llegado a probar material espacial en sus marcianas tierras ocres. De las minas de r¨ªo Tinto se ha estado extrayendo cobre y hierro desde la Antig¨¹edad. Pero la ¨¦poca dorada de la miner¨ªa acab¨®, y el abandono y el olvido se hicieron presentes en los pozos. Hoy, los castilletes, las cortas a cielo abierto, los trenes que acarreaban mineral y los poblados mineros se han reconvertido en un parque tur¨ªstico en torno a la industria minera. Y el antiguo hospital ingl¨¦s se ha transformado en un museo. Lo que no ha cambiado nada es el color del paisaje.
?Alpes b¨¢varos? No, Vizcaya
Parece una construcci¨®n de aquel legendario Exin Castillos. O una fortaleza b¨¢vara sacada de los Alpes y trasladada tal cual a las suaves colinas vascas. El castillo de Butr¨®n, en Gatika (Vizcaya), es uno de los m¨¢s emblem¨¢ticos e incongruentes de Vizcaya. Su origen es medieval, pero en el siglo XIX su propietario, el marqu¨¦s de Cubas, mand¨® levantar sobre sus ruinas un castillo de f¨¢bula, que nada ten¨ªa que ver con la tipolog¨ªa constructiva de las fortalezas vascas, y si mucho con una imaginaci¨®n de opereta. Su alta torre del Homenaje presidiendo todo el conjunto y sus infranqueables muros resultan a la larga poco pr¨¢cticos. El interior es tan exiguo que a muchas estancias hay que entrar por pasarelas exteriores. Est¨¢ rodeado por un jard¨ªn con especies bot¨¢nicas.
Fe de errores: en una primera versi¨®n de este art¨ªculo hab¨ªa una referencia a Al-Andalus cuando en realidad deb¨ªa decir Andaluc¨ªa.
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