El champ¨¢n creado para los zares que conquist¨® a los raperos
M¨¢s que un champ¨¢n, Cristal es una leyenda. Creado por encargo del zar Alejandro II en 1876, encierra resonancias m¨ªticas. Lo producen los Rouzaud, una de las pocas sagas vitivin¨ªcolas independientes que quedan en Francia.
La perspectiva de una visita a la bodega de Louis Roederer podr¨ªa compararse con una expedici¨®n a un reino de cuento de hadas. A un enclave fant¨¢stico al que la mayor¨ªa de los mortales solo acceden a trav¨¦s del rumor de las leyendas. Es la fuente de la que mana Cristal, uno de los champanes m¨¢s suntuosos del mundo. Ese que continuamente recibe cr¨ªticas y puntuaciones sobresalientes y presume de venderse a un precio no apto precisamente para todos los bolsillos (215 euros la botella, pero m¨¢s de 500 en su versi¨®n ros¨¦). Es el n¨¦ctar creado en 1876 por encargo del zar Alejandro II, un esteta de los vinos que decret¨® su aspiraci¨®n de degustar la excelencia para conmemorar sus 20 a?os en el trono. El champ¨¢n que ahora, en nuestro tiempo, raperos enjoyados despilfarran en sus v¨ªdeos, y el que Quentin Tarantino inmortaliz¨® en su pel¨ªcula de 1995 Four Rooms, sentenciando que ¡°todo lo dem¨¢s es pis¡±.
En los alrededores de Reims, una ciudad recoleta y gris construida a la sombra de su imponente catedral g¨®tica, las vi?as imprimen la se?a de identidad del paisaje. A las puertas de una primavera remolona, los bosques de ¨¢rboles ramosos abrazan las colinas donde las cepas, a¨²n despojadas de verdor, se retuercen en una tierra roja y severa. En esta acomodada regi¨®n de Champa?a, en el noroeste de Francia, el terreno se comba en suaves ondas que distribuyen las parcelas a diferentes alturas y orientaciones. La maison Louis Roederer presume de poseer 240 hect¨¢reas de las mejor situadas: el 98% de los vi?edos son Grands Crus o Premiers Crus, esto es, de las m¨¢ximas calidades. Ese y no otro, dice Fr¨¦d¨¦ric Rouzaud, su director general, es el ingrediente no tan secreto de su receta. Otro es el tiempo: ¡°Los buenos vi?edos empiezan a producir uvas interesantes despu¨¦s de 20, 30, 40 a?os. Y necesitas envejecer tus existencias, as¨ª que es importante que una compa?¨ªa entienda esta visi¨®n a largo plazo¡±.
La ¡®maison¡¯ presume de que el 98% de sus vi?edos de Champa?a son Grands Crus y Premiers Crus, las m¨¢ximas calidades
La suya lleva esa filosof¨ªa, literalmente, inscrita en su ADN. Rouzaud representa a la s¨¦ptima generaci¨®n de una de las escasas familias que a¨²n mantienen viva la tradici¨®n de las dinast¨ªas vitivin¨ªcolas independientes en Francia. La maison se fund¨® en 1776 y el merchante Louis Roederer la hered¨® en 1833. El hijo de este fue quien recibi¨® el encargo de elaborar un espumoso apto para el paladar exquisito de los zares. Y quien comenz¨® a adquirir tierras en la zona para controlar todo el proceso (la costumbre era comprar las uvas) y elaborar un producto de sabores pre?ados de las cualidades del terroir, ambas ideas iconoclastas en aquella fecha. Actualmente, el t¨ºte de cuv¨¦e Cristal se sigue obteniendo de los vi?edos de pinot noir y chardonnay m¨¢s antiguos de la hacienda, solo en los a?os de mejores cosechas, y mantiene casi inalterado el dise?o de la botella: transparente para que el emperador de todas las Rusias supiera que no se le suministraba veneno; y con la base plana en vez de c¨®ncava para garantizar que no le colaban bombas en su mesa.
En la bodega, construida a partir de 1850 en pleno Reims, recibe al visitante el busto de Alejandro II nimbado por una c¨²pula de vanos cubiertos con esos gruesos culos de botella. Al descender hacia las profundidades de las cavas de siete kil¨®metros de longitud donde descansan las botellas de Cristal y de los otros vinos de la casa ¡ªel Blanc de Blancs, el Vintage o el Brut Nature¡¡ª, los olores, la humedad y la tiniebla, densos y penetrantes, se apoderan s¨²bitamente de los sentidos. En la primera sala reposan apiladas desde 2015 exactamente 34.668 botellas de la variedad Brut Mill¨¦sim¨¦; en los subsiguientes corredores se van perdiendo la visibilidad, la orientaci¨®n y la cuenta. Un cartel indica que en este espacio se celebraron en 1914 las misas de Navidad y Semana Santa. Si en la Segunda Guerra Mundial la gula de los nazis por el champ¨¢n salv¨® a la zona del desastre (f¨ªsico), durante la Primera no rein¨® la misma suerte. M¨¢s de la mitad de los terrenos de la familia fueron arrasados, una calamidad que se junt¨® con la revoluci¨®n en Rusia y la ley seca en EE UU, dos pa¨ªses a los que exportaban desde siempre. Louis Roederer consigui¨® salir adelante gracias al impulso de Camille, desde 1933 viuda de L¨¦on Olry-Roederer y bisabuela de Fr¨¦d¨¦ric. Por v¨ªa de matrimonio, su hija propici¨® el cambio de apellido de la saga. El nombre de la empresa no solo permaneci¨® intacto, sino que se volvi¨® a elevar a la categor¨ªa de mito gracias a los viajes y fiestas que la heredera celebraba en la mansi¨®n de la familia.
Aquel palacete, adquirido a principios del siglo XX, se encuentra situado a escasos metros de la bodega y las oficinas de la empresa. All¨ª se cri¨® Rouzaud. ¡°Me acuerdo del olor de mi padre cuando llegaba a casa despu¨¦s de una cata¡±, rememora en uno de los salones de la lujosa y ecl¨¦ctica vivienda, donde cohabitan muebles de estilo Imperio con obras de arte contempor¨¢neo, una de las pasiones del viticultor y, desde hace tres lustros, tambi¨¦n coleccionista y mecenas. ¡°Tambi¨¦n del momento m¨¢gico de la cosecha cuando mi padre me llev¨® con 12 o 13 a?os, aunque obviamente el trabajo infantil estaba prohibido¡±, se r¨ªe. ¡°Tengo grabada la emoci¨®n de aquel momento¡±.
Hace una d¨¦cada, Rouzaud protagoniz¨® una pol¨¦mica por menospreciar a los raperos que alardean de beber Cristal
A sus 50 a?os, Rouzaud no parece basar sus respuestas en el guion impuesto por el t¨ªpico gabinete de comunicaci¨®n corporativa. Esa ¡ªaparente¡ª candidez en tiempos de repetici¨®n de consignas le jug¨® una mala pasada hace algo m¨¢s de una d¨¦cada, cuando tomaba las riendas de la compa?¨ªa. A preguntas de un periodista, declar¨®: ¡°?Qu¨¦ le vamos a hacer? No se puede prohibir a la gente que lo compre¡±. Se refer¨ªa a esos raperos que hacen ostentaci¨®n de riqueza con Cristal. El todopoderoso Jay Z, que se tom¨® aquellas palabras como una afrenta personal y lleg¨® a hablar de racismo, elimin¨® las referencias a este champ¨¢n de sus versos y llam¨® a boicotearlo. Hasta que en 2014 acab¨® comprando su propia marca, Armand de Brignac. Dada por zanjada la pol¨¦mica, Rouzaud sostiene que la fama de Cristal como icono de la cultura popular le viene de nacimiento. ¡°No se trata de relacionarlo con una u otra comunidad, sino de que es un vino ¨²nico, accesible y sofisticado¡±.
Desde que su padre, Jean-Claude Rouzaud, asumiera el control de la empresa, Louis Roederer es m¨¢s que champ¨¢n. Tanto ¨¦l como Fr¨¦d¨¦ric han ido expandiendo sus propiedades a California y Portugal, as¨ª como Burdeos y Provenza. ¡°Dado que nuestro negocio es a largo plazo, tenemos que estar en movimiento¡±. El responsable de la coherencia de su cat¨¢logo es desde 1989 el en¨®logo Jean-Baptiste L¨¦caillon, que cuenta con la ¡°carta blanca¡± de la familia. Este enero certific¨® a Louis Roederer como bodega 100% ecol¨®gica y biodin¨¢mica, lo que quiere decir que solo usan productos y procesos naturales ¡ªllegando a arar con caballos¡ª, y que se basan en los movimientos de la luna y los astros para cultivar y recoger las cosechas. Una filosof¨ªa que convive con las t¨¦cnicas m¨¢s punteras. ¡°Todo nuestro equipo, unas 160 personas, estamos siempre creando, evolucionando, compartiendo¡¡±, presume Rouzaud. ¡°Esto es muy importante y, de hecho, resume nuestra manera de ser modernos¡±.?¡ªEPS
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.