Las Coreas hacen historia

La jornada de ayer fue el escenario del que probablemente sea uno de los mayores ¨¦xitos diplom¨¢ticos de lo que va de siglo. El encuentro personal entre los presidentes de Corea del Sur, Moon Jae-in, y su hom¨®logo norcoreano, Kim Jong-un, supone la culminaci¨®n de unos esfuerzos pol¨ªticos que durante a?os parecieron est¨¦riles y hasta ingenuos. Asimismo, marca un punto de inflexi¨®n, esperemos que definitivo, en la pen¨ªnsula de Corea desde que el Norte y el Sur libraran la guerra entre 1950 y 1953.

M¨¢s all¨¢ de lo simb¨®lico, lo verdaderamente trascendente es la declaraci¨®n conjunta en la que ambas naciones se comprometen a desnuclearizar la pen¨ªnsula que comparten. Dado que Se¨²l no posee armamento at¨®mico, significa que, por primera vez, Pyongyang anuncia su intenci¨®n de desarmarse. Esto, unido al anuncio hecho la semana pasada de que ya no efectuar¨ªa m¨¢s pruebas nucleares ni de misiles intercontinentales, y desmantelar¨ªa su sitio de pruebas nucleares en Punggye-ri, cambia por completo el panorama estrat¨¦gico de hace apenas unos meses. Entonces, el nivel de enfrentamiento dial¨¦ctico ¡ªcon cruce de insultos y amenazas incluidas¡ª entre Kim Jong-un y Donald Trump hac¨ªan presagiar un enfrentamiento armado de consecuencias imprevisibles entre Washington y Pyongyang.

Ahora, los primeros pasos escenificados por ambas Coreas durante la celebraci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno y el tono mesurado y pr¨¢ctico ejercido en todo momento por Se¨²l han cristalizado en un hist¨®rico contacto al m¨¢s alto nivel.

En cualquier caso, la entrevista y la declaraci¨®n conjunta son un primer paso en un complejo proceso que requiere de la participaci¨®n en alguna medida de China y EE?UU. Solo la diplomacia y el compromiso multilateral son eficaces a la hora no ya de rebajar tensiones sino de lograr la paz. Lo ocurrido ayer en el paralelo 38 es un buen ejemplo.