Gracias por todo esto
El final de la etapa de Juan Luis Cebri¨¢n como ejecutivo del Grupo PRISA y, especialmente, de EL PA?S constituye un momento de gran trascendencia en la vida de este peri¨®dico y de los lectores que nos han acompa?ado a lo largo de 42 a?os.
Juan Luis continuar¨¢ escribiendo en nuestras p¨¢ginas y estoy seguro de que quienes trabajamos aqu¨ª seguiremos contando con su ayuda y su consejo durante mucho tiempo todav¨ªa. No es momento, por tanto, de despedidas. Pero s¨ª es justo aprovechar su salida de los cargos que ocupaba hasta ahora para reconocer la aportaci¨®n de Cebri¨¢n a EL PA?S, al periodismo y a la sociedad espa?ola. Es dif¨ªcil imaginar este peri¨®dico sin Cebri¨¢n y es dif¨ªcil imaginar la formidable obra de la Transici¨®n y consolidaci¨®n de la democracia en Espa?a sin este peri¨®dico.
Aunque siempre se ha asociado a EL PA?S con el ¨¦xito, no fue la gesti¨®n de Juan Luis Cebri¨¢n al frente de este diario una labor f¨¢cil. Quienes la conocen mejor, recordar¨¢n que hubo incertidumbre financiera, obst¨¢culos pol¨ªticos y dificultades empresariales de todo tipo.
Aunque yo no fui un testigo directo de aquellos tiempos, me consta que se requiri¨® mucho aplomo y firmeza en la direcci¨®n de EL PA?S para mantener a flote este proyecto y, sobre todo, para reivindicar a diario su raz¨®n de ser: la defensa de la libertad y de la convivencia pac¨ªfica en una Espa?a reformada y estrechamente vinculada a Europa.
Si EL PA?S es hoy una marca tan acreditada e influyente en Espa?a, Am¨¦rica Latina y Europa, si es hoy una garant¨ªa de independencia y credibilidad, es porque Cebri¨¢n cre¨®, no sin resistencias en su d¨ªa, las estructuras y los instrumentos que aseguran la misi¨®n profesional del director y de la redacci¨®n frente a cualquier amenaza.
No se puede en este breve espacio detallar los ¨¦xitos del peri¨®dico que Cebri¨¢n dirigi¨® y protegi¨® cuando ya no lo dirig¨ªa. Pero es obligatorio que todos los que trabajamos con ¨¦l, aprendimos de ¨¦l, mucho m¨¢s quien hoy tiene la enorme responsabilidad de ocupar su puesto, hagamos un p¨²blico reconocimiento de sus m¨¦ritos profesionales y de su inmenso legado.
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