La correci¨®n patri¨®tica
El estilo de gobierno del Partido Popular consiste en la correcci¨®n de sus errores
En La cultura de la queja (Anagrama, 1994), el cr¨ªtico Robert Hughes dice que ¡°la derecha tiene su propia forma de correcci¨®n ¡ªla correcci¨®n patri¨®tica¡ª, dise?ada asimismo para ocultar verdades desagradables. Tambi¨¦n tiene un inter¨¦s inconmovible en mantener dividida a Am¨¦rica, una estrategia que es mucho peor para la pol¨ªtica del pa¨ªs que cualquier cosa que pueda hacer la d¨¦bil izquierda americana¡±. Aunque es un libro muy estadounidense, diagnostica con acierto los males contempor¨¢neos del victimismo. Y define una actitud transversal: toda tribu pol¨ªtica es pol¨ªticamente correcta con los suyos. La derecha tambi¨¦n tiene sus eufemismos pol¨ªtica (o patri¨®ticamente) correctos, su victimismo y sus guerras culturales, aunque acuse a la izquierda de eso.
En Espa?a, y torciendo el significado del concepto, la verdadera correcci¨®n pol¨ªtica es la del PP. Su estilo de gobierno consiste en la correcci¨®n de sus errores. Como explic¨® en este peri¨®dico Sandra Le¨®n, el Gobierno muestra ¡°una atrofiada capacidad de respuesta¡±. Es un p¨¦simo lector de la opini¨®n p¨²blica: cuando ha de calmar la alarma la eleva, y cuando ha de actuar con convicci¨®n no reacciona. Lo hemos visto con las declaraciones inaceptables de Rafael Catal¨¢ contra uno de los jueces de La Manada, y durante a?os con el debate de la prisi¨®n permanente revisable. Tambi¨¦n con el caso Cifuentes, que comenz¨® con el apoyo del partido y acab¨® humillada por ¨¦l. Se ha convertido en un clich¨¦ afirmar que el Gobierno del PP es solo reactivo y nada proactivo. El problema es que no es solo eso, y que se mueve por espasmos. Administra el Gobierno de manera tecnocr¨¢tica y a la vez se deja llevar por las m¨¢s bajas pasiones de una opini¨®n p¨²blica encendida que no atiende a razones; dice defender el gradualismo y la moderaci¨®n pero se sube al populismo punitivo cuando cree que puede pescar votos. Es su estilo de ¡°correcci¨®n patri¨®tica¡±: corregir la direcci¨®n con excesos pseudopopulistas.
No es algo exclusivo del PP (Podemos pidi¨® un refer¨¦ndum sobre la prisi¨®n permanente revisable y ha reprobado las palabras de Catal¨¢, cuando su partido siempre ha estado inc¨®modo con la separaci¨®n de poderes). Pero sorprende en un partido que tiene el m¨¦rito de haber contenido, en una crisis econ¨®mica tremenda, el radicalismo y la xenofobia. Podr¨ªa haber explotado prejuicios y estereotipos latentes en una sociedad con ansiedad y miedo. No lo hizo. ?Por qu¨¦ lo hace ahora? ?Es porque se siente amenazado? Si realmente es as¨ª, lo que ocurra cuando pierda las elecciones y la hegemon¨ªa en la derecha ser¨¢ a¨²n m¨¢s preocupante. Si finalmente desaparece superado por Ciudadanos, lo que parece a¨²n inveros¨ªmil, le ocurrir¨¢ como al capitalismo en ?C¨®mo acabar¨¢ el capitalismo? (Traficantes de sue?os, 2017), de Wolfgang Streeck: ¡°Antes de que se vaya al infierno, durante un tiempo previsiblemente largo permanecer¨¢ en el limbo, muerto o agonizante por una sobredosis de s¨ª mismo, pero todav¨ªa muy presente porque nadie tendr¨¢ poder suficiente para apartar del camino su cuerpo en descomposici¨®n¡±.
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