Eguiguren

Para olvidar a ETA, para enterrar definitivamente sus siglas y sus actos en el desv¨¢n de las peores pesadillas, es imprescindible recordar. La memoria es bals¨¢mica, es justicia siempre y, sobre todo, ahora. Las im¨¢genes de las v¨ªctimas de ETA son una manera de contar la historia reciente de Espa?a, estremecedor el paso del tiempo sobre los peinados, los vestidos, los zapatos que testimonian la largu¨ªsima secuencia cronol¨®gica de la muerte repetida, el imperio del error que se transform¨® en terror, la violencia que infiltr¨® una sociedad entera, desde fuera hacia adentro, hasta las capas m¨¢s ¨ªntimas de la vida cotidiana, de la convivencia familiar, de la construcci¨®n de la identidad de generaciones enteras de ni?os y adolescentes. Aunque ETA dejara de existir hace ya tiempo, es justo, es bueno recordar, para que el horror no se repita, para que las familias de las v¨ªctimas sientan el calor de la solidaridad, para honrar a quienes se atrevieron a so?ar con la paz. Por eso quiero recordar hoy a Jes¨²s Eguiguren, el Negociador de la espl¨¦ndida pel¨ªcula de Cobeaga que deber¨ªan ver todos los espa?oles, el protagonista del no menos espl¨¦ndido documental El fin de ETA, que deber¨ªamos ver dos veces. Nunca olvidar¨¦ la impresi¨®n que me produjeron las palabras con las que resumi¨® su acercamiento a Otegi, mira, Arnaldo, no podemos dejarle esto as¨ª a nuestros hijos¡­ Muchas v¨ªctimas nunca le entendieron, y lo comprendo. Muchos de sus compa?eros del PSOE lo consideraron un traidor, y eso no lo entiendo. A m¨ª siempre me ha parecido un hombre valiente, inteligente, honrado, y digno de admiraci¨®n. Me habr¨ªa gustado ver su nombre destacado en las cr¨®nicas de la disoluci¨®n definitiva de ETA. Yo lo escribo aqu¨ª, y le doy las gracias.