Netta: 12 ¡®points¡¯. Israel: 0 ¡®points¡¯

Por circunstancias de la vida que no vienen a cuento, s¨ª: fui una de los 7.170.000 espectadores que se tragaron el s¨¢bado noche en Espa?a las cuatro horas de canciones ¡ªalgunas cursis, otras esperp¨¦nticas, otras curiosas¡ª adem¨¢s de unos cuantos kilos de patatas y el atrezzo cervecero de cualquier acontecimiento de televisi¨®n grupal. La transmisi¨®n sum¨® un 43,5% de cuota de pantalla, al parecer la mayor en una d¨¦cada. Vaya por delante que una no sab¨ªa nada de la canci¨®n espa?ola y menos a¨²n de los representantes Amaia y Alfred, aparte de que su aparici¨®n siempre sube la audiencia en los medios. Una vive algo despistada.

Ignoro si alguien lo hab¨ªa dicho ya, seguramente era obvio, pero ah¨ª estaban los tres: ¨¦l con gallos, sin voz, sin liderazgo, ella pasable y la canci¨®n una ?o?ez. La cosa iba de mal en peor desde la quema del piano del cantante ucranio al empalago cargante de los espa?oles, hasta los neones del vestido gal¨¢ctico de una estupenda soprano estonia que El Mundo Today empez¨® a combinar r¨¢pidamente en redes con memes de Puigdemont proclamando la independencia entre sus pliegues de luz. La estonia cantaba esplendorosamente, pero estaba tan constre?ida por el aparato de fuegos artificiales que cargaba de cintura para abajo que, en momentos, apremiaban las ganas de acudir a su rescate.

Casi todo era entre hilarante y rid¨ªculo, con excepciones, hasta que lleg¨® Netta, una israel¨ª tan rompedora por su f¨ªsico y estilo que nos hizo saltar entre las migas de patatas fritas (es un decir).

Netta ¡ªse nos dijo¡ª hab¨ªa sufrido acoso en su ni?ez. Y su aspecto desacomplejado, sus kilos y su est¨¦tica colorida y valiente ya nos estaba transmitiendo una osad¨ªa interesante. Su letra contra las Barbies, su ¡°I,m not your toy, you stupid boy¡± fue contagiosa. Se podr¨ªa decir que, adem¨¢s de los heavies h¨²ngaros que recorrieron el escenario con los mejores gritos y flequillos a su alcance, fue lo m¨¢s sorprendente de Eurovisi¨®n. Todo lo dem¨¢s se hab¨ªa visto ya. Y Netta supo alegrar, desafiar, convencer, dar un corte de mangas al horterismo y la ?o?er¨ªa de casi todos los dem¨¢s. Desde un estilo opuesto al de Sobral, el intimista y carism¨¢tico ganador de 2017, Netta tambi¨¦n consegu¨ªa transmitir autenticidad. Y personalidad.

Despu¨¦s lleg¨® la pol¨¦mica. El movimiento Boicot, Desinversi¨®n y Sanciones que propugna el aislamiento econ¨®mico a Israel pidi¨® su boicot porque ella hizo la mili coincidiendo con la ofensiva militar israel¨ª en Gaza de 2014. Estaba en la banda de m¨²sica de la Armada cumpliendo su obligaci¨®n, que en Israel afecta a hombres y mujeres por igual. Como en los llamamientos al boicoteo de Woody Allen por las acusaciones de abuso por su hija adoptiva o a Roman Polansky por las que pesan contra ¨¦l en Estados Unidos, ?importa la obra o importan las sospechas? ?Importa la canci¨®n o, en este caso, su origen?

La crudeza de la coyuntura internacional nos obliga hoy a poner el foco en la salvaje represi¨®n con la que Israel azota a los palestinos. Pero dejen a Netta Barzilai y su canci¨®n feminista, moderna y rompedora, su presencia rotunda y su corte de mangas al acoso y los modelos rancios de feminidad y machismo fuera de aqu¨ª. Hoy toca premiar a Netta: 12 points. Y castigar a Israel: 0 points.