Harry, el analfabeto. As¨ª es la serie sobre los Windsor que no se podr¨ªa hacer en Espa?a
La procaz 'The Windsors' se r¨ªe de la imagen de la familia real brit¨¢nica de una manera asombrosa. Y su ¨²ltima haza?a, claro, ha sido narrar la boda de Meghan y Harry
?Qu¨¦ suceder¨ªa si se hace en Espa?a una serie en la que la familia real fuese ridiculizada a base de humor zafio y grueso y con tramas en las que aparecen haciendo cosas directamente delictivas? No es ni tan siquiera una posibilidad. No podr¨ªa suceder, especialmente en la misma semana en que el Supremo ha ratificado tres a?os y medio de prisi¨®n para el rapero Valtonyc por delitos de calumnias e injurias graves a la Corona.
En Reino Unido, el respeto reverencial a una familia real que ha aireado casi m¨¢s que ninguna sus propios demonios nunca ha sido la norma. Ya en los a?os ochenta, el espect¨¢culo de marionetas Spitting Image (cuya versi¨®n espa?ola m¨¢s fiel ser¨ªa, tal vez, Las noticias del gui?ol, emitidas entre 1995 y 2008 en Canal Plus y Cuatro) representaban unos Windsor lamentables, con un Carlos despistado e incapaz de entender su propio cargo, una Diana ego¨ªsta y ¨²nicamente preocupada por cambiarse de ropa (atenci¨®n, en este sketch, a c¨®mo lleva un modelo diferente cada vez que la c¨¢mara la capta) y unos Guillermo y Enrique ni?os pero ya rivales.
En la irreverente serie, Kate Middleton tiene origen gitano y contrae el ?bola; Guillermo trabaja como camarero en un local de kebabs y Camilla decide quedarse embarazada con 68 a?os para que su hijo sea el heredero
Aquello, de todos modos, era humor con marionetas. Lo de The Windsors, que en Reino Unido emite Channel 4 y en Espa?a lleva unas semanas disponible en Netflix, es otra cosa. Probablemente, punk. En este universo paralelo en el que los Windsor se llaman igual que los reales y los actores que los representan tienen un evidente parecido f¨ªsico, ocurren cosas como estas: Kate Middleton tiene origen gitano y contrae el ?bola durante un viaje a ?frica; William (o sea, Guillermo) trabaja como camarero en un local de kebabs y organiza un refer¨¦ndum para debatir la continuidad de la monarqu¨ªa; Camilla decide quedarse embarazada con 68 a?os para que su hijo sea el heredero; un hijo negro ileg¨ªtimo de Carlos se presenta en palacio (con tr¨¢gicas consecuencias); Eugenia y Beatriz de York, youtubers de belleza, se radicalizan cuando son captadas por un extremista musulm¨¢n; Pippa intenta conquistar a Harry a base de sexo¡
?Y qu¨¦ hay de Harry, protagonista de la semana y casi del a?o? El miembro favorito de la realeza brit¨¢nica (y dos a?os seguidos, seg¨²n las encuestas publicadas por el rotativo brit¨¢nico?Daily Mail) es el que sale peor parado: es representado, pr¨¢cticamente, como un analfabeto ¨²nicamente interesado por el sexo y la fiesta. ?O es precisamente eso lo que hace que, incluso en este espejo deforme, su personaje siga siendo el ¨²nico con el que los espectadores se pueden identificar?
La representaci¨®n de Harry es la m¨¢s interesante de toda la serie tal vez por lo que tiene de relectura (no solo par¨®dica) del personaje real: en un entorno de ostentosa y falsa virtud, la oveja negra que no oculta sus m¨¢s bajas pulsiones acaba siendo el ¨²nico con el que el pueblo puede identificarse, el ¨²nico cuyas faltas lo acercan a cualquier persona de a pie.?
Harry ha cometido error tras error cuando crec¨ªa y en alguna ocasi¨®n cre¨ªmos que iba a hacer a?icos ese jarr¨®n ya astillado que era la familia Windsor, pero en un curioso caso de ¡°el peor es el mejor¡±, fue precisamente esa etapa humana y su todav¨ªa m¨¢s humana redenci¨®n la que lo ha llevado a coronar las listas de miembros favoritos de la realeza. El Harry que aparece en The Windsors (mucho m¨¢s feo y desali?ado que el original, por cierto) se despierta con una gigantesca resaca metido en un carguero camino a no se sabe d¨®nde, se acuesta con Pippa Middleton, con la hija del primer ministro australiano y con alguna que otra prostituta. Y casi no sabe escribir. Pero es tambi¨¦n el ¨²nico de la familia que no tiene la intenci¨®n de dinamitar algo o a alguien en cada episodio.?
El trailer del episodio especial centrado en la boda de Meghan y Harry.
?Pero c¨®mo ha llegado esta serie a ser posible? En declaraciones el peri¨®dico brit¨¢nico The Guardian, Louise Ford ¨Cque interpreta a Kate Middleton¨C dio una pista al respecto: aclar¨® que la serie coge ¡°los personajes p¨²blicos y toma un ¨¢ngulo de ellos. Por eso no tenemos que preocuparnos por si incurrimos en el insulto o en el bullying¡±. O sea, que la serie no se est¨¢ riendo de esa familia, sino de la imagen que los medios han construido de esa familia.
Eso nos devuelve a Harry. ¡°Harry solo tiene tres caracter¨ªsticas en el show¡±, aclar¨® Richard Goulding, el actor que le da vida. ¡°Uno: es un poco est¨²pido. Dos: le gusta beber e irse de fiesta. Y tres¡ bueno, eso es todo¡±. La serie, rabiosamente actual en su descripci¨®n de eventos que ocurren a la vez que se emite, introduce en su segunda temporada a personajes como Donald Trump o Jeremy Corbyn y, por supuesto, a Meghan Markle, con la que Harry (el de verdad) se casar¨¢ este s¨¢bado. De hecho, el pasado martes se emiti¨® un episodio especial de la serie en Reino Unido en el que se narraba (con humor grueso, zafio e irresistible, como en las dos temporadas existentes) la boda del pr¨ªncipe con la actriz.?
En el episodio se narra el choque entre dos nacionalidades y dos formas de entender la vida: Harry termina su despedida de soltero en prisi¨®n disfrazado de nazi tras una noche de excesos, mientras el pr¨ªncipe Carlos viaja a Estados Unidos para conocer a la madre de Meghan y termina ofendi¨¦ndola. Pippa Middleton, muerta de celos por no haberse casado ella con un pr¨ªncipe, se dedica a dar donuts a su hermana Kate para que engorde y no quepa en su vestido. Y Fergie, representada siempre en la serie como una pobre diabla que har¨¢ cualquier cosa por unas cuantas libras, intenta ganar una invitaci¨®n de las reservadas para los commoners, o sea, los ciudadanos de a pie, que podr¨¢n presenciar la boda desde los jardines del castillo de Windsor.?
Por cierto, la pregunta de oro, lo que todo el mundo quiere saber: ?ven los Windsor The Windsors? Seg¨²n el tabloide brit¨¢nico Express, citando fuentes tan difusas como ¡°amigos¡±, afirman que s¨ª. Y que Guillermo (el de verdad) encuentra ¡°hilarante¡± a Kate (la ficticia).
Las posibilidades que una serie con el mismo planteamiento tendr¨ªa en Espa?a (sin hacer sangre con los personajes reales, sino con lo que los medios reflejan de ellos) centrada en los Borbones nos hace pensar en aut¨¦ntico oro (y unas audiencias brutales). Por ahora, tristemente, es solo un sue?o.
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