Habla Catalu?a
Esto no ¡°va de democracia¡±, sino de independencia. Siempre que haya que elegir entre una y otra, los soberanistas elegir¨¢n la segunda
SOS Racisme Catalunya ha dicho que los reiterados posicionamientos de Joaquim Torra, nuevo president de la Generalitat, le parecen ¡°peligrosos, irresponsables, inaceptables y basados en prejuicios¡±. Los discursos del odio, advierten, deterioran la convivencia y la cohesi¨®n social, sobre todo cuando quienes los emplean lo hacen desde posiciones de poder. En una sociedad racista, recuerdan, no hay derechos, libertades ni igualdad, por lo que instan a asociaciones y movimientos sociales a denunciarlos sin detenerse en la instrumentalizaci¨®n que se pueda hacer de dichas cr¨ªticas.
En una sociedad democr¨¢tica, uno esperar¨ªa que ese llamamiento fuera secundado por las instituciones de la sociedad civil, m¨¢xime, como ocurre en Catalu?a, cuando cientos de ellas, desde universidades hasta clubes de f¨²tbol, han adoptado posiciones pol¨ªticas a favor del derecho a decidir, cuando no directamente a favor de la independencia. El Colegio de Polit¨®logos de Catalunya, por ejemplo, colg¨® en su cuenta de Twitter un lazo amarillo y apadrin¨® en change.org una petici¨®n de mediaci¨®n internacional pero hoy guarda silencio. El Colegio de la Abogac¨ªa de Barcelona tambi¨¦n ha promovido cuantiosas llamadas al di¨¢logo, pero su duro comunicado secundando a SOS Racisme no aparece por ning¨²n lado. Tampoco en la cuenta oficial de Comisiones Obreras en Catalu?a es posible encontrar la firme condena de la organizaci¨®n sindical a las manifestaciones de Torra. Y as¨ª sucesivamente en lo que en tiempos fue una sociedad civil vibrante e independiente del poder pol¨ªtico.
En lugar de, como hubiera sido natural, desacreditar a Torra para as¨ª acreditar la legitimidad del soberanismo, los gestores ideol¨®gicos y medi¨¢ticos del proc¨¦s han decidido minimizar los hechos para as¨ª no da?ar a la causa. De ah¨ª que, ante todo, lo que se lamente no sean los hechos en s¨ª, sino que el contrario los vaya a aprovechar para impulsar una campa?a de descr¨¦dito del soberanismo en el exterior. Una vez m¨¢s se demuestra que esto no ¡°va de democracia¡±, sino de independencia. Siempre que haya que elegir entre una y otra, los soberanistas elegir¨¢n la segunda. Si ello conlleva dejar que el racismo personal acceda a la Presidencia y se convierta en institucional, se acepta el precio a pagar. Al fin y al cabo, hablamos de religi¨®n, no de pol¨ªtica. @jitorreblanca
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