Los lujos del nuevo palacio dividen a los bolivianos
El edificio presidencial que ha construido Evo Morales provoca un intenso debate p¨²blico
¡°Muy buen trabajo¡±, felicit¨® el presidente Evo Morales a los obreros que conclu¨ªan los ¨²ltimos detalles del nuevo edificio presidencial, situado en pleno centro de La Paz, al lado del hist¨®rico Palacio Quemado, desde donde gobernaron los dirigentes republicanos del pa¨ªs. El Gobierno lo llama ¡°La Casa Grande del Pueblo¡±; la oposici¨®n prefiere el apelativo de ¡°palacio de Evo¡±.
¡°El palacio de Evo¡¯ muestra cu¨¢les son las prioridades del Gobierno: lujos y comodidades que los bolivianos corrientes no pueden conocer m¨¢s que en fotos¡±, declar¨® la diputada opositora Mar¨ªa Calcina, que desde hace semanas intenta, con poco ¨¦xito, fiscalizar la obra. Por su parte, los dirigentes de sindicatos y organizaciones sociales, parte fundamental del oficialismo, aplaudieron una obra que ¡°representa el ¨¦xito de la gesti¨®n de Evo¡± y ¡°causa la envidia de la oposici¨®n¡±. Calcina hizo hincapi¨¦ en el hecho de que la oficina del presidente vaya a tener dormitorio, gimnasio, sauna y que el edificio est¨¦ coronado por un helipuerto. Seg¨²n los voceros oficialistas, todo esto, que resulta suntuoso para las posibilidades locales, no es para Evo, sino para todos los presidentes. Sin embargo, algo as¨ª es dif¨ªcil de visualizar en la Bolivia contempor¨¢nea. Despu¨¦s de 12 a?os de mando evista, los recuerdos de otros mandatarios resultan remotos. Pese a perder un refer¨¦ndum constitucional en 2016, Morales encontr¨® un modo de habilitarse para las elecciones de 2019 y entonces es posible que gobierne al menos hasta 2025. Adem¨¢s, cada vez que puede, afirma que los ind¨ªgenas (41% de la poblaci¨®n, seg¨²n el censo de 2012) se quedar¨¢n en el poder ¡°para siempre¡±.
Otro ¨¢ngulo de la pol¨¦mica es el urban¨ªstico. El edificio de 26 plantas se erige en una zona patrimonial de casonas de estilo republicano, algo que hombres de la cultura han considerado una aberraci¨®n. Otros, sin embargo, respondieron que el rechazo a la edificaci¨®n es en el fondo una oposici¨®n a que los ind¨ªgenas sumen sus propios s¨ªmbolos a los dejados por el dominio de los criollos durante varios siglos.
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