El calendario chino del embarazo para saber el sexo del beb¨¦: "?por qu¨¦ acierta tanto?"
La primera prueba m¨¦dica para saberlo se realiza en la semana 11, pero hay quien cree que puede averiguarlo antes
?Ni?o o ni?a? Es la primera pregunta que asalta a madres y padres cuando acaba de llegar la noticia de un embarazo. La ciencia solo puede responderla a partir de la semana 11 con una anal¨ªtica en sangre o de la 12 o 13 con una ecograf¨ªa y no es hasta la 15 que se sabe con total seguridad. En las semanas de espera anteriores a este momento, son muchas las parejas que se invocan a m¨¦todos disparatados para conocer cuanto antes el sexo del beb¨¦ que esperan.
Entre los m¨¢s conocidos hay varios relacionados con el aspecto de la madre: la forma de la barriga o la de su rostro. Pero tambi¨¦n existen, desde tiempos remotos, otros m¨¦todos que pueden parecer m¨¢s sofisticados, como los calendarios o tablas de origen chino, japon¨¦s o maya, basados en factores como la edad de los progenitores, el mes de concepci¨®n o la luna.
"Todos intentan adivinar el sexo del beb¨¦, sobre todo al principio del embarazo", se?ala la ginec¨®loga Sof¨ªa Fournier, especializada en obstetricia de alto riesgo y en el diagn¨®stico prenatal, autora de Voy a ser mam¨¢, ?y ahora qu¨¦ hay? Sin embargo, a?ade, "no tienen validez cient¨ªfica".
Si es as¨ª, se preguntan muchos de los que consultan estos m¨¦todos para llevarse la sorpresa de que en su caso s¨ª funcionan, "?por qu¨¦ aciertan tanto?". Preguntamos a cient¨ªficos y estad¨ªsticos y estas son las explicaciones que han encontrado; eso s¨ª, advierten, con poca base cient¨ªfica.
En qu¨¦ consiste.
Este m¨¦todo promete programar el embarazo y planificar el sexo del beb¨¦, al ayudar a averiguar en qu¨¦ mes habr¨¢ m¨¢s posibilidades de que el beb¨¦ sea ni?o o ni?a, teniendo como variables la edad de la madre y el mes de concepci¨®n. Aunque, puede haber variaciones si se desconoce el momento exacto de la relaci¨®n sexual, si se ha producido entre dos meses, o si la menstruaci¨®n es irregular.
C¨®mo se consulta.
Este calendario, que se basa en las trece lunas de la civilizaci¨®n maya, recoge, en la filas, la edad de la madre en el momento de la concepci¨®n y, en las coumnas, el mes de concepci¨®n. As¨ª, por ejemplo, si la madre tiene 29 a?os y la fecha de concepci¨®n corresponde al mes de mayo, las probabilidades de tener una ni?a ser¨¢n mayores.
La explicaci¨®n.
A pesar de haber perdurado tanto tiempo, estos calendarios no tienen ning¨²n fundamento en la ciencia, se basan, explica el ginec¨®logo Francisco Carmona, jefe servicio de Ginecolog¨ªa del Hospital Cl¨ªnico de Barcelona y director m¨¦dico de Women's Health Institute, en la supuesta mayor resistencia de los cromosomas X.
Para comprender el dato, recuerde: cuando se produce la fecundaci¨®n de los gametos, cada gameto tiene un solo cromosoma, en el caso de los ¨®vulos los gametos de la mujer son siempre X, y en el caso del var¨®n puede ser X o Y, que ser¨¢n los responsables de que el futuro embri¨®n sea un ni?o o una ni?a.
¡°Se dice que los espermatozoides con cromosomas X resisten m¨¢s que Y, pero no hay una base real cient¨ªfica", aclara Carmona y a?ade: "Si la mujer acidifica ¡ªes decir, si hay un mayor nivel de ¨¢cido en su vagina¡ª el medio resulta m¨¢s hostil para la supervivencia de los espermatozoides y se mueren antes los que tienen cromosoma Y, aumentando la proporci¨®n de X y la posibilidad de que sea una ni?a". Tambi¨¦n, "si la mujer tiene relaciones unos d¨ªas antes de la ovulaci¨®n, habr¨¢n muerto m¨¢s Y que X, entonces la probabilidad de que sea ni?a es mayor y si es justo un d¨ªa de ovulaci¨®n, esta ser¨¢ de un 50-50. Pero nunca se aumenta la posibilidad del feto var¨®n¡±, contin¨²a Carmona. As¨ª, "estos m¨¦todos pseudocient¨ªficos basados en la resistencia de los cromosomas de los gametos X o Y pueden conseguir aumentar la proporci¨®n de X, pero nunca la proporci¨®n de Y", matiza el experto.
En qu¨¦ consiste.
Concebida en su origen para escoger el sexo del beb¨¦ antes de engendrarlo, se basa en dos variables: la edad de la madre ¡ªrepresentada en las filas¡ª y el mes en el que se produce la concepci¨®n ¡ªrepresentado en las columnas¡ª. La casilla al cruzar un mes con una edad es la que predice el sexo del beb¨¦.
Su origen.
Seg¨²n la historia m¨¢s elaborada, la tabla original pertenece a la dinast¨ªa Qing (entre los a?os 1644-1912) y desapareci¨® en 1900 en el Palacio de Verano del emperador Guangxu, despu¨¦s de perder la guerra con la Alianza de las Ocho Naciones. Al final de la contienda, la tabla original habr¨ªa sido enviada a Inglaterra, donde la monarqu¨ªa brit¨¢nica la manten¨ªa escondida como un tesoro. En 1972, el papel apareci¨® en Austria, donde fue visto por un historiador chino que copi¨® el contenido y lo public¨® en un peri¨®dico de Taiw¨¢n. Desde entonces, se publica anualmente por el Almanaque de los Hacendados Chinos y est¨¢ disponible en los paritorios de los hospitales chinos.
C¨®mo se consulta.
Su funcionamiento es sencillo, solo hay que recordar un detalle: se rige por las fases de la luna (de 28 d¨ªas) y no por las del sol como el calendario gregoriano de Occidente. Para calcular la edad lunar de la madre solo hay que tener en cuenta que si cumple a?os en enero o febrero, debe sumar dos a?os a su edad actual. Si los cumple cualquier otro mes, deber¨¢ a?adir solo un a?o. As¨ª, si tiene 25 y cumple a?os uno de los dos primeros meses del a?o, tendr¨¢ que fijarse en la fila de los 27, pero si hubiera nacido en marzo, en la de los 26 a?os. En caso de no recordar la fecha exacta de la concepci¨®n, se puede calcular sumando 14 d¨ªas a la fecha del primer d¨ªa de la ¨²ltima menstruaci¨®n.
La explicaci¨®n.
Al igual que el calendario maya, el chino conf¨ªa en la supuesta supervivencia mayor de los espermatozoides X.
En qu¨¦ consiste.
A diferencia de los anteriores, este m¨¦todo japon¨¦s atiende al mes de nacimiento de ambos progenitores.
C¨®mo se consulta.
En la tabla nipona, las columnas representan el mes de nacimiento del padre y las filas, el de la madre. Hay que buscar la casilla en la que se interseccionan ambas fechas. All¨ª se encontrar¨¢ un n¨²mero secreto imprescindible para el segundo paso. En una segunda tabla en la que hay una columna de n¨²meros del 1 al 12 y una fila de meses del a?o hay que buscar la casilla de intersecci¨®n entre el n¨²mero secreto y el mes de concepci¨®n del beb¨¦, all¨ª estar¨¢ el sexo.
La explicaci¨®n.
El problema con este m¨¦todo sigue siendo el mismo de los anteriores: no hay evidencia cient¨ªfica de que funcione. Son pocas las investigaciones que aborden estos m¨¦todos y las que hay, como un estudio sueco publicado en Paediatric and Perinatal Epidemiology en 2010, a partir de una poblaci¨®n de tres millones de personas, con acceso a las fechas exactas de nacimientos de madres e hijos, advierte a los padres que no pinten la habitaci¨®n del beb¨¦ confiando en estos m¨¦todos.
"Debe existir un m¨ªnimo de plausibilidad a la hora de proponer los modelos estad¨ªsticos, al menos una presunta relaci¨®n causal. En este caso, no est¨¢ en absoluto clara la relaci¨®n causal de la edad lunar o la posici¨®n de la luna, como sugieren estos calendarios", afirma el estad¨ªstico Carlos J. Gil Bellosta.
Diversos estudios comparativos muestran las contradicciones entre distintos m¨¦todos alternativos a la hora de predecir el sexo del beb¨¦, "lo cual es motivo adicional de escepticismo", se?ala este experto: "Existe una literatura extensa sobre supuestos factores que pueden influir en el sexo de los ni?os ¡ªla dieta, la menstruaci¨®n, la temperatura atmosf¨¦rica la contaminaci¨®n ambiental¡ª, pero las muchas causas que se plantean son contradictorias", describe Gil Bellosta.
En qu¨¦ consiste.
De entre todos los trucos para anticiparse a una anal¨ªtica en sangre, hay uno que busca un relativo respaldo cient¨ªfico: el de la cara de la madre. Incluso "en los hospitales hay comadronas que siguen diciendo aquello de: 'Tienes cara de ni?a, no fallo nunca, miro la barriga y la cara y te digo el sexo", cuenta Fournier.
C¨®mo se interpreta.
Si la madre est¨¢ muy guapa de cara ser¨¢ un ni?o, y si est¨¢ m¨¢s fea ser¨¢ una ni?a.
La explicaci¨®n.
"Se podr¨ªa respaldar en el hecho de que cuando se espera una ni?a, la madre tiene una mayor dosis de estr¨®genos en sangre que cuando est¨¢ embarazada de un ni?o, lo que produce una mayor tendencia a la retenci¨®n de l¨ªquidos o a padecer acn¨¦", cuenta Fournier. "Podr¨ªa justificarse, pero la teor¨ªa est¨¢ muy cogida con pinzas".
En la reproducci¨®n asistida es posible elegir el sexo del beb¨¦ pero, como recuerda Fournier, esto est¨¢ afectado por una cuesti¨®n ¨¦tica: "El desequilibrio poblacional que podr¨ªa producirse en ciertas sociedades, por ejemplo".
"En Espa?a es legal seleccionar el sexo del beb¨¦ en casos de enfermedades que se transmiten solo a los varones; en ese caso se ofrece la posibilidad de evitar que nazca un ni?o enfermo y que nazca, en su lugar, una ni?a sana. Pero una selecci¨®n arbitraria y voluntaria del sexo fetal, no es ¨¦tica", contin¨²a la ginec¨®loga.
Para esta especialista, "que esta siga siendo una de las pocas cosas que quedan en manos del azar es algo bonito. Cuando ves que lo que m¨¢s emociona a los padres es saber el sexo, m¨¢s a¨²n que conocer el estado de salud del feto, resulta chocante. Hoy en d¨ªa lo controlamos todo, y el sexo del beb¨¦ tiene todav¨ªa esa parte maravillosa de azar".