Las ¡°bestias¡± de Torra no solo abundamos: entendemos
Podemos ser v¨ªboras, hienas y carro?eras, pero criaturas de Dios al fin y al cabo: tambi¨¦n sufrimos, lloramos y ¡ªen ocasiones¡ª nos enfadamos tanto que nos cuesta superarlo
Reconozc¨¢moslo: las explicaciones sobre el delito de rebeli¨®n que el juez Llarena imputa a Carles Puigdemont y otros l¨ªderes independentistas no solo han sido dif¨ªciles de entender para la justicia alemana y belga hasta la fecha. Tambi¨¦n para buena parte de la opini¨®n p¨²blica europea, que no ve violencia en lo ocurrido y que ha acogido la prisi¨®n preventiva de algunos y la huida de otros como una persecuci¨®n pol¨ªtica que se ha llegado a relacionar con el pasado franquista. La reafirmaci¨®n de Montoro de que no han malversado dinero para el refer¨¦ndum, en contra de lo que dice el juez, y el reciente rechazo de la eurorden por parte de B¨¦lgica por fallos de forma no ayudan. Nada.
Pero ahora hemos entrado en otra fase. Los insultos del president Quim Torra a los espa?oles (concretamente a los no independentistas, porque los suyos se libran) los puede entender cualquiera. ¡°Ahora miras a tu pa¨ªs y vuelves a ver hablar a las bestias. Pero son de otro tipo. Carro?eras, v¨ªboras, hienas. Bestias con forma humana que destilan odio. Todos conocemos alguna. Abundan las bestias. Viven, mueren, se multiplican¡±, escribi¨® Torra en 2012, no en un tuit incontrolado en horas de calent¨®n sino en un art¨ªculo en El Mon que llevaba por t¨ªtulo, sin disimulos ni pulsiones desmelenadas: ¡°La lengua y las bestias¡±. En otro art¨ªculo dio por extinguida la ¡°raza del socialista catal¨¢n¡±. No queda ¡°un ejemplar¡± ¡ªescribi¨®¡ª que no haya entrado en decadencia al mezclarse ¡°con la raza del socialista espa?ol¡±. Etc¨¦tera. Etc¨¦tera.
Y esto ya lo podemos entender todos. Las bestias con forma humana abundamos, s¨ª, podemos ser v¨ªboras, hienas y carro?eras, pero criaturas de Dios al fin y al cabo: tambi¨¦n comprendemos, sufrimos, respiramos, lloramos y ¡ªen ocasiones¡ª nos enfadamos tanto que nos cuesta superarlo. Quim Torra puede pedirnos perd¨®n pero ?despu¨¦s qu¨¦ hacemos? ?Despu¨¦s qu¨¦ hace la sociedad catalana con un president as¨ª?
ERC se ha tragado el sapo porque Carles Puigdemont fue el m¨¢s votado en diciembre entre los suyos, pero queremos suponer que no comparte el supremacismo de Torra, o que al menos estrat¨¦gicamente no le interesa. Los comunes han hecho un discurso claro, con Xavi Dom¨¨nech record¨¢ndole que al insultar a los ¡°espa?oles¡± est¨¢ insultando tambi¨¦n a los catalanes. Bien dicho. En Europa y Estados Unidos empiezan a alzarse voces de alerta y la prensa est¨¢ recogiendo ya sus proclamas xen¨®fobas. Tanto Le Figaro como The New York Times han publicado art¨ªculos en este sentido y el famoso relato de los independentistas, tan exitoso hasta la fecha gracias a la torpeza del Gobierno de Rajoy las porras de Zoido, puede peligrar.
Mientras contin¨²a la batalla judicial, la pol¨ªtica ha vuelto a tomar protagonismo. Y ese lenguaje lo entiende todo el mundo. Lo dicho ya est¨¢ dicho y ahora solo vienen los hechos. Falta ver d¨®nde quiere colocarse Torra y la mayor¨ªa independentista en el Parlament (que no en la calle): o al filo del 155 para seguir jugando al victimismo, la polarizaci¨®n y el vaciamiento de la convivencia que un d¨ªa fue posible, dando un paso hacia adelante y dos atr¨¢s, o pasando pantalla. Las ¡°bestias¡± estamos esperando y preferimos la paz, porque entre nosotras tambi¨¦n las hay bastante obcecadas.
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