Torra y el valor de las palabras

Todo va muy r¨¢pido. No se hab¨ªa terminado de asimilar que el nuevo president de Catalu?a exhibi¨® una imponente colecci¨®n de ideas xen¨®fobas cuando ya inici¨® una carrera de gestos que solo parec¨ªan tener sentido para dejar en la bruma su oscuro pasado. Lo primero fue la servil rueda de prensa en Bruselas con Carles Puigdemont. Luego propuso una toma de posesi¨®n como de tapadillo, ¨ªntima, para quitarle relieve a la instituci¨®n que va a presidir: solo estoy aqu¨ª de paso, ven¨ªa a decir con sus mustias pompas.

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Editorial | No hay Govern

Las nuevas caras del ¡®Govern¡¯ de Quim Torra

El tercer acto ha sido la formaci¨®n del Govern, una provocaci¨®n estudiada que puede servirle para fortalecer su liderazgo con una potente dosis de victimismo. Nada nuevo bajo el sol: el proc¨¦s sigue adelante. Nada parece haber cambiado.

?Nada? ?Es verdad que no ha cambiado nada? Todo va muy r¨¢pido y el bullicio de la actualidad enmascara las cosas, pero hace falta detenerse y rebobinar. Y claro que con Torra las cosas han cambiado. Hasta ahora, con lo que ha significado de ruptura de las reglas de juego y de violencia institucional, lo que hab¨ªa en el campo de batalla era un sector de catalanes independentistas que se bat¨ªa contra un Estado en el que no se sienten a gusto.

Lo que ahora hay, y por eso es importante darle su justo valor a las palabras, es que el hombre al que se le ha entregado el gobierno de la Generalitat entiende que lo que est¨¢ dirimiendo es la lucha entre un pueblo superior, los catalanes, contra los b¨¢rbaros que habitan en el resto de Espa?a y a los que, incluso, tienen dentro de sus fronteras ¡ªcomo una p¨²stula¡ª. Ya se les ha querido quitar valor a estas palabras de Quim Torra, como si fueran chiquilladas de patio de recreo. No lo son.

La rep¨²blica que se puede imaginar detr¨¢s de su discurso es una rep¨²blica supremacista, que sostiene de manera casi infantil que hay razas superiores a otras, y donde la xenofobia es el motor que mueve sus engranajes. Las cosas s¨ª han cambiado: ahora el foco ya no puede estar en el Gobierno espa?ol, ni siquiera en los catalanes constitucionalistas, sino justo en los otros independentistas. ?Es esa la rep¨²blica que quieren los liberales que quedan en el PDeCAT y los viejos izquierdistas de Esquerra? ?Es la que van a defender en las calles los anticapitalistas de la CUP? Las palabras de Torra no son palabras escritas en la arena que el mar va a ir desdibujando: se concibieron para quedarse en las entra?as de un proyecto. A los que lo defienden les toca borrarlas.