Adopta un abuelo
Una ONG manchega pone en contacto a j¨®venes y mayores necesitados de compa?¨ªa
A Joaquina, de 90 a?os, la vida se le puso patas arriba cuando el a?o pasado un problema de salud limit¨® la independencia de la que siempre hab¨ªa disfrutado. Tuvo que empezar a usar silla de ruedas e ingres¨® en una residencia para mayores, y su car¨¢cter reservado hizo que la adaptaci¨®n fuera especialmente dura. O al menos lo fue hasta que llegaron Gabriela y Carlota, ambas de 27 a?os y voluntarias de la ONG Adopta un abuelo, para hacerla compa?¨ªa y compartir tiempo, juegos y experiencias. Juntas, comentan las noticias del momento y hablan de la situaci¨®n de la mujer. ¡°Somos muy feministas las tres¡±, comenta Gabriela. ¡°Y nuestras perspectivas no son tan diferentes como uno podr¨ªa pensar; las cosas han cambiado pero no tanto¡±. Cerca de ella, Consuelo sonr¨ªe con una mezcla de felicidad y gratitud mientras habla con sus dos nietas, Luc¨ªa (de 19) y Sof¨ªa (de 20), que la rodean toc¨¢ndola los brazos. Tiene 75 a?os y lleva 14 en el mismo centro, la residencia Orpea de Valencia, donde otros ocho abuelos participan con ellas en este programa intergeneracional para que los mayores se sientan escuchados y acompa?ados. ¡°Yo apenas puedo salir, estoy con el andador y me da lo justo para andar por la residencia. Mis sobrinos me traen cosas, pero luego igual no vienen en dos meses¡ Entonces ellas vienen cada semana y me hacen mucha compa?¨ªa¡±.
Para Laura Hern¨¢ndez, psic¨®loga de la residencia Orpea, se trata de un programa beneficioso que aumenta la calidad de vida de los mayores: ¡°Mejoran a nivel funcional y an¨ªmico y se mantienen a nivel cognitivo¡ Hay quienes sufr¨ªan depresi¨®n y con Adopta un Abuelo han mejorado mucho y son m¨¢s positivos. Pero es que adem¨¢s se incrementa la red social de apoyo. Normalmente, participan personas que no tienen muchos familiares o que no reciben muchas visitas; al compartir el programa, crean v¨ªnculos entre ellos, comparten experiencias y tienen un tema com¨²n del que hablar. Suelen ser gente bastante solitaria que al pertenecer al grupo se vuelven m¨¢s sociales¡±. Laura sonr¨ªe al recordar cuando hace unos meses una residente recibi¨® un regalo de reyes de manos de su nieta adoptiva. ¡°Ella no tiene familia y me emocion¨®; estuvo una semana cont¨¢ndoselo a todo el mundo¡±. Cuando Joaquina sufri¨® un segundo ictus, estuvo ingresada en el hospital y lo primero que hizo al volver fue pedir que avisaran a sus nietas del programa para que fueran a visitarla.
Adopta un Abuelo naci¨® hace cuatro a?os en Ciudad Real cuando su fundador, Alberto Cabanes, conoci¨® a un amigo de su abuelo, Bernardo, de 86, viudo y sin familia, y tras varios meses decidi¨® adoptarlo. Fue conociendo a otras personas en situaciones similares y puso en contacto a Ver¨®nica, de 26, con Rosario, de 94. Las experiencias fueron tan buenas que en octubre de 2014 se cre¨® la ONG y en enero se firm¨® el primer acuerdo de colaboraci¨®n con el Grupo Orpea, incorporando 18 voluntarios en su centro de Loreto en Madrid. Desde entonces ha ido creciendo hasta incluir hoy unos 400 voluntarios que han adoptado a 325 abuelos en 27 centros de 21 ciudades. Y aunque tienen 7500 solicitudes en lista de espera (principalmente de Espa?a, pero incluyendo 12 pa¨ªses), Alberto confiesa que la evoluci¨®n no ha sido nada f¨¢cil. En 2016 contaban solo con media docena de centros, se fundi¨® sus ahorros, dej¨® su piso en Madrid y volvi¨® a casa de sus padres... ¡°?Sabes cu¨¢ntas veces he querido tirar la toalla? Pero yo soy un emprendedor social y eso es diferente. Emprendes para lograr un cambio social, porque detectas una necesidad a la que quieres dar una soluci¨®n. Eres m¨¢s perseverante porque tienes una motivaci¨®n personal que va m¨¢s all¨¢ de la financiera¡±. En el horizonte, expandirse a las 52 provincias espa?olas e iniciar la implantaci¨®n internacional, empezando por Portugal.
Claro que, al final, necesitas que sea sostenible. ¡°Nosotros lo logramos creando una sociedad limitada con la que ideamos una plataforma tecnol¨®gica para que las residencias gestionen su voluntariado. Con ella cobramos un dinero que sirve para financiar la asociaci¨®n. Luego tambi¨¦n tenemos donaciones, socios que colaboran monetariamente, en especie o a trav¨¦s de convenios estrat¨¦gicos, adem¨¢s de una aplicaci¨®n m¨®vil que lanzaremos en septiembre¡±. Esta app facilitar¨¢ no solo el seguimiento del voluntariado, sino el propio proceso de inscripci¨®n en Adopta un Abuelo: realizar un test psicot¨¦cnico, enviar un v¨ªdeo de un minuto, contestar un cuestionario y gestionar dos entrevistas personales, una con el embajador local y otra con el equipo central. A pesar del alto n¨²mero de solicitudes, se trata de un proceso minucioso en el que solo de un 5 a un 10% termina por adoptar a un abuelo. Los voluntarios que superen la selecci¨®n recibir¨¢n al abuelo que se adapte mejor a su personalidad, y siempre en parejas, ¡°para que no haya tanta dependencia emocional hacia una sola persona. Si son dos y se va uno de ellos, el golpe no es tan duro. Y adem¨¢s, las conversaciones a tres siempre son m¨¢s fluidas¡±, sostiene Alberto. Los voluntarios son siempre menores de 30 a?os, universitarios (en un 75%) y chicas (en un 90%), un hecho que no duda en se?alar Gabriela, la nieta de Joaquina: ¡°Este voluntariado es reflejo de los valores que se nos inculcan a hombres y mujeres. Justificamos que los chicos ¡°no tienen esa sensibilidad¡±, pero no es verdad¡ Se da por sentado que este rol corresponde a las mujeres¡±. Y Joan, nieto de Miguel, redunda en la idea: ¡°?A ver si se apuntan m¨¢s chicos como voluntarios!¡±
Luc¨ªa Pay¨¢, embajadora local en Valencia, explica que las visitas, semanales, ¡°suelen durar hora y media, m¨¢s o menos, un d¨ªa a la semana que se concreta con los abuelos o la residencia. Pasan el rato con ellos, charlan, juegan a las cartas, al domin¨®¡ Al principio cuesta m¨¢s, hasta que coges confianza con ellos, pero luego les quieres como a tus propios abuelos¡±. Todo ello hace que se desarrolle un v¨ªnculo afectivo que en la mayor¨ªa de los casos va m¨¢s all¨¢ del compromiso de un curso acad¨¦mico completo que se intenta garantizar de inicio. ¡°Se trata de rendir un tributo a la persona mayor, realzar la figura de los abuelos y abuelas¡±, a?ade Alberto. Y Sof¨ªa, nieta de Consuelo, apunta que ¡°no solo es voluntariado; se hace con el coraz¨®n. No me puedo ni imaginar el dejar de visitarla¡ Tambi¨¦n subimos fotos a las redes y as¨ª la gente se interesa en hacer algo similar¡±. Los datos as¨ª lo confirman: el 70% de los nietos se mantiene en el proyecto. ¡°El perfil de los abuelos es variado, aunque se da prioridad a aquellos que menos visitas reciben y con un estado an¨ªmico m¨¢s bajo, ya que son los que m¨¢s mejoran. Y se intenta que no haya deterioro cognitivo o que este sea leve, para que se pueda interactuar con ¨¦l¡±, dice Alberto.
Adopta un abuelo viene a unirse a otras iniciativas de apoyo a la tercera edad que ya exist¨ªan con anterioridad. Quiero un Abuelo pone en contacto a mayores que no tienen nietos (o que los tienen lejos) con familias cuyos ni?os se est¨¢n criando sin saber lo que significa tener un abuelo o una abuela, para que unos y otros puedan beneficiarse de ese cari?o desinteresado y de esa influencia positiva en sus vidas. El Programa Convive, de la ONG Solidarios para el desarrollo, colabora con siete universidades madrile?as para facilitar que un estudiante universitario viva en casa de una persona mayor durante un curso acad¨¦mico. Las personas mayores disfrutan as¨ª de acompa?amiento y los j¨®venes comparten las tareas dom¨¦sticas y los gastos, por los que aportan una ayuda que nunca supera los 70 euros. Forman parte de Homeshare, una red internacional de convivencia intergeneracional, y no se trata de una iniciativa ¨²nica en Espa?a, como comenta Alfonso Fajardo, director de Solidarios: ¡°En 2016 detectamos unos diecis¨¦is programas similares al nuestro por toda Espa?a, y decidimos formar una red (Convivencia Intergeneracional) para darnos a conocer, compartir pr¨¢cticas, experiencias¡ Tambi¨¦n realizamos acompa?amientos a domicilio en los que un voluntario les visita una vez por semana y durante unas horas dan un paseo, conversan, etc.¡± Una labor de especial relevancia teniendo en cuenta que casi dos millones de personas mayores de 65 a?os viven solas en Espa?a, y que tambi¨¦n realizan organizaciones como C¨¢ritas, Cruz Roja o Amigos de los Mayores.
Los nietos tambi¨¦n buscan abuelos
Aunque la mayor¨ªa de voluntarios de Adopta un Abuelo se acercasen con la altruista intenci¨®n de hacer una labor caritativa con respecto a los mayores, pronto aprendieron que los beneficios circulaban en ambas direcciones, e incluso m¨¢s en direcci¨®n opuesta a la que hab¨ªan imaginado. Por encima de las horas pasadas conversando o jugando a las cartas, al parch¨ªs o al domin¨®, los mayores obtienen compa?¨ªa y los nietos valiosas lecciones vitales producto de la experiencia de sus nuevos abuelos. Joan, nieto de Miguel, ha aprendido a "escuchar; la sociedad est¨¢ olvidando c¨®mo escuchar y respetar a los mayores". B¨¢rbara, su novia, perdi¨® a su abuelo hace dos a?os y ello le dej¨® un vac¨ªo importante. "Me mata ver que la gente no les habla con respeto, e incluso les grita¡ Creo que la gente joven que tiene a sus abuelos en casa no valora el tesoro que tienen, su experiencia, lo que saben¡". Luc¨ªa, de 19, est¨¢ encantada con su abuela Consuelo: "Ya he perdido a dos de mis abuelos y esto te compensa en parte, recupero parte de ese cari?o y cada vez que vengo me cambia el humor y me lleno de energ¨ªa". Andrea (24) y Vanesa (23), nietas de Celerina, una joven de 84 a?os, tambi¨¦n perdieron a sus abuelos cuando ten¨ªan cuatro a?os: "Nos gusta mucho porque te da otra perspectiva, un cari?o que no hab¨ªamos podido tener, y te enriquece much¨ªsimo. Aprendes a ver las cosas de otra manera y a relativizar los problemas que no son importantes". Para Teresa, Raquel y Carmen, "te piensas que vienes a ayudarles pero luego en realidad te ayudan m¨¢s ellos, aprendes a abrirte a los dem¨¢s, a respetar y escuchar".
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